Caminando con Jesus Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
TERESA DE LISIEUX,
UN MILAGRO DE AMOR Y SABIDURÍA Autor: Padre Jesús
Martí Ballester Pedían a Dios la gracia de un hijo misionero.
Admirable el poder de la oración de la familia de tres generaciones. Con su
oración perseverante han conseguido que Teresita fuera misionera. Abuelos,
padres, hermanitas, todos constantemente se reúnen en oración para que el
Señor les conceda un nieto, un hijo, un hermano, misionero. La oración se
intensifica cuando viviendo en los Buissonets de
Lisieux, se espera, después de cinco niñas, el nacimiento del misionero. Aún
no existen, por supuesto, las ecografías. Todos reunidos esperando la noticia
del médico, que anuncia a la familia expectante: "Será misionera".
La familia ha puesto la primera piedra de esta gran santa que vivió y murió
enamorada de Dios porque supo cuánto la amaba Dios. La familia primero y
después los que se nos acercan o a quienes nos
acercamos y nos rodean, son el espejo donde vemos o no el amor de Dios, que
será el motor de nuestra vida o no, e influirá en la imagen que nos hagamos
de Dios. Teresita queda sin madre a los cuatro años. Su padre y sus hermanas
mayores se hacen cargo de que aquella tierna florecita
no se sienta huérfana y cumplen admirablemente el papel de madre. Y la
ternura con que se sintió amada repercutió en la imagen que se hizo de Dios
Padre y en cuánto lo amó, hasta morir amor. Muchas personas hoscas y
difíciles para la alegría, secas en su relación con Dios, vienen martirizadas
por las exigencias y por el trato que recibieron de escasa o ninguna
aprobación o estímulo personal. Para ellas Dios más que un papá es un
padrastro exigente, que siempre examina hasta los mínimos detalles, que nunca
están a su gusto, porque siendo él tan perfecto, nunca encuentra a su altura
lo que hacen estas criaturas, llenas a veces de buena voluntad, pero débiles
y frágiles. Que no han comprendido la palabra revelada “Que soy Dios y no
hombre, enemigo a la puerta”. Que sienten a Dios como quien no está
interesado más que en vigilar y corregir y castigar, y no como un padre,
hermano, esposo y amigo, siempre atento a ayudar, fortalecer y desbrozar el
camino. No fue esta la situación de la pequeña florecita,
que sabe cuánto la ama Dios y cómo se le gana por el corazón, pues tiene dos
lunares: carece de memoria para recordar las faltas y no sabe de cálculo para
contarlas. Teresita vivirá en el Carmelo la confianza de su Fundadora, Santa
Teresa de Jesús, que decía: ”No es delicado mi
Dios”. Esperemos que la flor que brotó en aquel árbol frondoso que consagró a
Dios a sus cinco hijas, recupere para España la fecundidad humana que
engendre vocaciones a la vida consagrada, como antaño. UNA MONJA DE CLAUSURA, PATRONA DE LAS
MISIONES En el siglo XX, caracterizado por una
transformación del mundo, una joven, que vivió durante nueve años
enclaustrada en un Carmelo desconocido, cuando ya san Pío X, la había llamado
«la santa más grande de los tiempos modernos», fue proclamada por Pío XI, en
1927, Patrona de todas las misiones, junto con el intrépido y activísimo
jesuita, san Francisco Javier. Audacia y profecía de Pío XI, al otorgar ese
título a una monjita de clausura, que no salió nunca de su monasterio. Con
este gesto llamó la atención de que la fe se propaga, no sólo por la
actividad, sino también y fundamentalmente, por la contemplación. Y Juan
Pablo II confirma la doctrina al concederle el título de DOCTORA, en esta
hora, aún confusa a Santa Teresa del Niño Jesús. Como Patrona de las Misiones
propicia la acción evangelizadora; como Doctora, pone en orden la
inteligencia y el convencimiento, resalta el criterio y cataloga los valores,
es Maestra. Su doctorado versa sobre el AMOR. Y eso sólo ya lleva a la
sencillez, que no superficialidad, de su CAMINITO. EL AMOR Y SUS CONSECUENCIAS Si amo, tengo el deber de evitar cuanto pueda
no sólo mis propios pecados, sino también las obras malas de mis hermanos,
que repercuten en todo el Cuerpo Místico, corregir, aconsejar, dar buen
ejemplo, orar mucho, sacrificarme para que todas las obras de los hermanos
lleven la luz de Dios y testimonien su participación en la divina naturaleza,
para que viendo todos sus frutos buenos se den cuenta, de que Dios está en
ellos, ya que, conociendo el árbol por sus frutos, no pueden nacer de árbol
malo, si son buenos, sino de la luz. EL AMOR EN La entrega de una persona no estará nunca
motivada por leyes, sino por amor. Así hemos comprobado el fracaso de la
formación que se ha dado a base de órdenes y mandatos, de prohibiciones y
distingos; los así educados han caído en la vulgaridad. Es necesario cuidar
mucho de que nuestra teología y psicología no siga los derroteros de la ley
mosaica que fue perfeccionada por Jesús en el Evangelio. Una espiritualidad
basada limpia y genuinamente en el Evangelio será mucho más cautivadora y
eficaz. Y es porque el Evangelio se resume en el amor, «la plenitud de la ley
es el amor» (Rm 13, 10); por eso remontando la corriente y poniendo en la
base el amor, el ser humano respira hondo, da su mejor sonido y está
dispuesto a los más altos saltos, a las entregas más sacrificadas. Éste es el
caso de Teresa del Niño Jesús. Ella amó, hasta morir de amor. Comprendió lo
que desea Dios ser amado y se dio totalmente. No habría podido hacerlo esto
un mandato. Lo hizo el amor. «Soy de un carácter tal, que el temor me echa
para atrás, mientras el amor no sólo me hace correr, sino volar». «Amándole,
no temiéndole, ninguna alma llegaría a ofenderle» «El amor es lo único que me
atrae» "El amor es el único bien que deseo". Ni Contemplando Teresita una estampa de Cristo
en la cruz sangrando, comprende la necesita de orar y sufrir por los
pecadores, que es recoger la sangre de Cristo que chorrea, inmolarse por los
sacerdotes que han de convertir a esos pecadores y ayudarles a que salgan del
pecado. TERESITA INTENTA DESCLAVAR A JESUS DE «Le llevaban rosas, que ella deshojaba sobre
su crucifijo, acariciándole con cada pétalo» Dice una hermana: «Un día que la
vi tocando dulcemente la corona de espinas y los
clavos de su Jesús con la punta de los dedos, le dije: "¿Qué
hacéis?". Entonces, con un suave gesto de admiración ante mi sorpresa,
me confesó: "Estoy desclavándole y quitándole la corona de
espinas". Escribe LOS FRUTOS DEL SUFRIMIENTO DE TERESITA Teresita viene a visitar España. Cuando
apenas podía caminar por el huerto porque se lo había ordenado el médico, le
dijo una hermana: ¿Pero no ve que eso la fatiga más? –Ando por un misionero.
Se ha comprobado que a la misma hora un misionero lejano y enfermo, se había
podido levantar de la cama para asistir a un moribundo. Sus sufrimientos la
traen ahora a España, después de haber recorrido los cinco continentes a
seguir haciendo el bien sobre la tierra y a derramar una lluvia de rosas. Es
el fruto que profetizó Isaías: “¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se
reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en
tierra árida, sin figura, sin belleza. El Señor quiso triturarlo con el
sufrimiento y entregar su vida como expiación; verá su descendencia,
prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los
trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi
siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré
una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso
su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él cargó con el pecado
de muchos e intercedió por los pecadores. Alégrate, estéril, que no dabas a
luz, rompe a cantar con júbilo la que no tenías dolores; porque la abandonada
tendrá más hijos que la casada. Ensancha el espacio de tu tienda, despliego
sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas; porque te
extenderás a izquierda y derecha. Tu estirpe heredará las naciones y poblará
ciudades desiertas” (Is, 53-54). La fuerza del amor es inmensa. Por amor la
madre se inmola día y noche. Por amor el hombre deja a su padre y a su madre.
Por amor el joven modifica su carácter a voluntad de su amada. Por amor se
realizan las más heroicas acciones, las gestas más generosas. Dile a un niño
que estudie. No lo hace. Proponle una motivación de amor, que,
desgraciadamente suele ser de amor propio, y ese niño, que no se movió por la
orden, se mueve y estudia para conseguir el premio que le han propuesto
conquistar; le mueve el amor del premio, del honor y del valor de lo que
piensa ganar. Y estamos aún en el terreno de psicología humana desnudamente.
Si a toda esa fuerza de amor, le añadimos la potenciación, que es el amor
divino, todo se ilumina con una luz nueva de poder y de altura incomparable.
Es que el ser humano ha entrado a participar en la fuerza de Dios; es la
misma acción de Dios la que el hombre posee. Se mueve desde Dios, en Dios,
por Dios, con los motivos de Dios, con sus propias fuerzas y ahora sí que es
realidad la expresión de Pablo: «Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí
" (Ga 2,20). Ese ser humano ahora ya es capaz de todo lo que antes le
acobardaba. Comprendemos ahora lo que les sucedió a los Apóstoles después de
Pentecostés: gozosos salían de las palizas recibidas; valientes predicaban el
nombre de Jesús: "era necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres" (CC 4, 19). Y eran los mismos que antes se habían dado a la
fuga y habían negado al Maestro, ¿quién había intervenido para que se diera
tal cambio? No era otro que el Espíritu, que es Amor. No era otro que el
Espíritu que derramó en sus corazones la caridad, obra suya, por la que el
hombre vive en Dios (2 Co 3,14; 1 Pe 4,6). ¡MISTERIO DEL AMOR DE DIOS! Misterio de su participación de su vida en
nosotros... Si lo comprendiéramos mejor, si lo reflexionásemos más,
estimaríamos mucho más el crecimiento en el amor que la salud, y el dinero y
el amor humano. No hay nada que se pueda comparar con este don sublime de la
misma vida de Dios que nos diviniza y nos hace poderosos en Dios y nos
sumerge en el misterio de SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, MAESTRA DEL
AMOR. Ella ha vivido con genial intuición, de la
que no estaba ausente la gracia, la espiritualidad del Evangelio, cuyo
resumen es amor, como hemos dicho, pero además ha captado la fuerza galvanizante del amor, aun del humano, lo que pasa es que
ella vio con una caridad impropia de sus años, aparte de que no había
experimentado desengaños que la amaestrasen, que las criaturas humanas la
dejaban con hambre. Escuchemos sus palabras: «Necesito un corazón ardiente de ternura, que sea mi apoyo para siempre; que ame todo en mí, hasta mi debilidad, que no me abandone ni
de día ni de noche. No he podido encontrar criatura alguna que me amara siempre sin morir; necesito un Dios que tome mi naturaleza, que se haga mi
hermano y pueda sufrir». «Cuando en mi joven corazón se encendió esta llama que se
llama amor,.. viniste tú a reclamarla. Y tú solo, oh Jesús, pudiste Contentar mi alma. Porque tenía necesidad de amar hasta el infinito Y quiso enseñar ese camino a las almas para que
no se dejen deslumbrar por espejismos. Aprendamos sus lecciones y dejémonos
influenciar por su acción apostólica aún actual. Imposible escribir o hablar
de Teresa del Niño Jesús, pensar en ella o rezarle, sin verla totalmente
penetrada de amor. Su vida, su virtud, todo en ella parece la obra del Amor.
El amor de Dios ha sido la fuente de energía que fecundó toda su vida
espiritual; este amor se ha explayado en la práctica de todas las virtudes y
valores humanos y en filigranas de delicadeza, ha encontrado su
perfeccionamiento en el espíritu de infancia y ha engendrado en su alma
ubérrimos frutos. En el alma de Teresa hay una disposición, que es la
primordial, y que siempre permanecerá como fundamental: el amor. CARACTERES COMPLEMENTARIOS El Dios que Teresa ama no es un dios
abstracto, el dios de los filósofos y de los sabios; es el Dios hecho hombre,
el Verbo encarnado. Es un amor vitalista el suyo. El segundo carácter de este
amor no es un sentimiento, una emoción, una delicadeza del corazón que puede compaginar
con todas las debilidades y caprichos de la infancia. Su niñez se revela
heroica: "Desde la edad de tres años no he negado nada a Dios", nos
confiesa. La historia de su alma no es, en el fondo, otra cosa que el
cumplimiento y la manifestación de lo que Dios puede hacer cuando nada
entorpece su libertad soberana. A sus catorce años y medio se despertó en
ella la pasión de la ciencia. ¿Será una intelectual? La cautivaban la
teología, la filosofía, las ciencias naturales. Pero la más grande santa de todos
los tiempos decidió dedicarse sencillamente a la ciencia del Amor. Estuvo a
punto de recibir lecciones de pintura junto con su hermana Celina, pero no
quiso insinuar a su padre que eso le gustaba, y por delicadeza sacrifica su
propio impulso. Por el amor teologal llamará a Dios mi Padre y será siempre
su hija. Pero esta filiación divina, tomada en el sentido más estricto de la
palabra. Ella tuvo un concepto de santidad bíblico, genuino y perfecto y fue
consciente de que tenía que enseñarlo al mundo. Escribe a Paulina: «La
santidad no consiste en ésta o la otra práctica, sino en una disposición del
corazón que nos hace humildes y pequeños entre los brazos de Dios,
conscientes de nuestra flaqueza y confiados hasta la audacia en su bondad de
Padre». El amor para ella será el ascensor para subir a Dios, al que verá
significado en la madre que ve a su pequeñín haciendo esfuerzos inútiles por
subir los escalones uno a uno y a gatas, y ante la impotencia del querido
pequeño, la madre se abaja y coge a su niño y lo sube en brazos. Dios Padre
será el águila que remonta al pajarillo que agita impotente sus alas
intentando volar. Esta es la gran intuición de Teresa: que el amor nos viene
de Dios. Y dirá “lo propio del amor es agacharse”. Si Dios no se hubiera agachado
hasta aniquilarse, hasta ser aniquilado atrozmente en la cruz y sepultado, le
habría faltado algo para ser Dios, para ser el Amor. El Amor es el deseo
ardiente de querer todo el bien para el Amado. Quitar todo el mal al Amado.
Hacer feliz al Amado. Evitar disgustos al Amado. San Juan de SU PRIMER HIJO Aún vivía en su casa de Lisieux donde conoció
la noticia: «Oí hablar de un gran criminal que acababa de ser condenado a
muerte en castigo de sus horribles crímenes. Todo hacía creer que moriría
impenitente. Me propuse impedir a toda costa que cayera en el infierno. Para
conseguirlo empleé todos los medios imaginables.... Le dije a Dios que estaba
segurísima de que perdonaría al pobre desgraciado Pranzini,
y que así lo creería aunque no se confesase ni diese muestra alguna de
arrepentimiento, ¡tanta era mi confianza en la misericordia infinita de
Jesús! Pero, que para animarme a seguir orando por los pecadores, y
únicamente para mi consuelo, le pedía sólo, "una señal" de
arrepentimiento. Mi oración fue escuchada al pie de la letra. Al día
siguiente de su ejecución, cayó en mis manos el periódico AMOR PURO SIN ESPERAR RECOMPENSAS Su gesto y actitud vital es un latigazo para
nuestra sociedad de consumo, de competitividad y de inexistencia de la
gratuidad: «En el rezo de Sexta hay un versículo que pronuncio siempre con
repugnancia. Es éste: "Decidí en mi corazón cumplir tu voluntad por la
recompensa". Me apresuro a decir interiormente: "¡Oh, Jesús mío,
bien sabéis que no os sirvo por la recompensa, sino únicamente porque os amo
y por salvar almas!"» "Yo presentía ya lo que Dios reserva a los
que le aman... y viendo estas recompensas eternas desproporcionadas con los
sacrificios de esta vida quería amarle con pasión, darle mil muestras de
ternura mientras aún podía hacerlo”. VICTIMA DE AMOR Yo soy sólo una niña impotente y débil; sin
embargo mi misma debilidad me da la audacia de ofrecerme como víctima de
vuestro amor. Antiguamente sólo las hostias puras y sin tacha eran aceptadas
por el Dios fuerte y poderoso; para satisfacer a SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y SU CAMINITO. Se llama caminito porque prescinde de los
caminos extraordinarios, y demuestra el estado de infancia ante Dios y porque
es corto en cuanto renuncia a distancias que se pueden medir. No es caminito
porque es el que recorren las personas imperfectas. La misión de santa Teresa
del Niño Jesús será enseñar su caminito: "Presiento que voy a entrar en
el descanso, pero sobre todo presiento que mi misión va a comenzar: la misión
de hacer amar a Dios como yo le amo, de entregar mi caminito a las
almas". El caminito de Teresa es el primer mandamiento cumplido con toda
verdad. Tras la anestesia puedes cortar lo que quieras. El amor de Dios
adormece los apetitos. Ella nos cuenta que cuando ve a su Dios mendigo de
amor no lo puede resistir. El crucifijo del patio le mendiga sacrificios.
Pero su amor es tan delicado que quiere ser "imitación de la humilde
violeta, que derrama su aroma sin que las criaturas sepan de dónde viene el
perfume. Lo ha aprendido en su Maestro y consanguíneo, San Juan de LAS NECESIDADES DE NUESTRO TIEMPO. El Papa Pablo VI, en carta dirigida al obispo
de Bayeux - Lisieux, con motivo del Centenario del
nacimiento de santa Teresa, quiso que el mensaje de RÁFAGAS DE SU VIDA Su vida se desliza uniforme casi monótona,
por claustros, celdas y oficinas. Por la mañana trabaja en la ropería; barre
la escalera y el dormitorio. Por la tarde sale a arrancar hierbas en la
huerta. Otra temporada se encarga del comedor: prepara el pan, sirve el agua,
distribuye la cerveza entre las hermanas. La nombraron sacristana y con gozo
manejaba los vasos sagrados. A veces pinta o escribe poesías. Nada
extraordinario. Dada su debilidad de enferma no puede seguir todos los actos
de comunidad ni practicar las penitencias de ABNEGACIÓN HEROICA Una noche al salir del coro para ir a la
celda se encuentra sor Teresa con que su linterna no está en el anaquel.
Alguien se la llevó equivocadamente. Si no la reclama tendrá que estar en la
celda a oscuras una hora. Y sin poder trabajar, hoy precisamente que tenía
mucho trabajo. Teresa calla. Se va a oscuras a la celda, y a oscuras se pasa
una hora, ofreciendo gustosa aquella privación que ocasiona la pobreza. ¿Veis
por qué he dicho antes que Papa Pablo VI señaló con dedo certero las
necesidades de nuestro tiempo? Cualquier joven de hoy creerá que así no se
realiza, que es hora de protestar y de contestar. La contestación tan en
moda, no entra en el camino sencillo, pero arduo, de la infancia espiritual.
Durante la oración de comunidad en el coro, al lado de Teresa una hermana
hace ruido molesto y persistente moviendo su rosario grande. Teresa, que
tiene un oído finísimo, afinado aún más por su enfermedad, se siente muy
molesta. Ha sentido muchas veces el impulso de volver la cabeza para llamar
la atención a la hermana del ruido, pero se ha dominado pensando que sufrir
aquello por amor de Dios y del prójimo, es mejor que gozar de un místico
recogimiento y se vence, aunque la violencia que tiene que hacerse le hace
sudar copiosamente. Y en vez de taparse los oídos, los aplica al ruido
desagradable con el mismo interés que si escucharía un concierto delicioso.
Frente a sor Teresa, que lava ropa, una hermana le salpica la cara con agua
sucia de pañuelos. Siente el impulso de alejarse limpiándose la cara, como
una manera de advertir a la hermanita su faena. Pero, no; aquellas gotas que
son de agua sucia para el cuerpo, pueden convertirse en perlas para el alma,
Teresa aguanta con rostro sereno, y hasta con espíritu gozoso, mientras el
natural siente la repulsa de aquella rociada desagradable. Algunos se
resignan con pasividad; otros se encierran en su egoísmo o en el goce
inmediato; otros se endurecen o se rebelan; otros, se desesperan. A unos y a
otros Teresa del Niño Jesús y de SEMBRADORA DE AMOR Santa Teresa del Niño Jesús sembró amor y
cosechó amor. Amor hace falta ya, ahora mismo. Cuando Pablo VI en la apertura
de la cuarta y última sesión del Concilio dijo: "éste ha sido un grande
y triple acto de caridad hacia Dios, DOCTORA DE El Pontífice Juan Pablo II declaró el 19 de
octubre de1997 a Santa Teresa del Niño Jesús, Doctora de TERESA DE LISIEUX CON LOS DOCTORES A partir del siglo IV brillan los llamados
doctores de Su obra escrita de su doctrina, es modesta:
sólo tres manuscritos autobiográficos, dos, escritos por mandato de dos
prioras, y uno en forma de carta a una hermana; 274 cartas escritas a
diversas personas a lo largo de sus nueve años de vida monástica; un volumen
de poesías religiosas, género literario usado también por Juan de TERESA PROFETIZO SU DOCTORADO Por inverosímil que parezca, HA ILUMINADO A MUCHOS TEOLOGOS Numerosos teólogos se han dejado ya
«iluminar» por Teresa. El Cardenal Urs von Balthasar, ya en 1957
publicó su obra "Teresa de Lisieux. Historia de una misión",
editada en castellano por Herder. El ha demostrado
que Teresa ha fecundado y rejuvenecido la teología, y en su última gran obra,
"Teología", cita a santa Teresa de Lisieux junto a santa Catalina
de Sena, para ilustrar cómo "el Espíritu Santo se manifiesta en cada uno
según las necesidades» de TAMBIEN HA INFLUIDO EN PAPAS, FILOSOFOS,
NOVELISTAS Y SANTOS Uno de los que han gozado su influencia es el
Papa Juan Pablo II. Surgen también testigos de la presencia de Teresa entre
los ortodoxos, los protestantes, e incluso entre los musulmanes. Su alcance
ecuménico y religioso universal, es evidente. Ella está extendiendo su
«doctrinita» hasta los confines de la tierra. Juan Pablo II manifestó en
Lisieux que el carisma de Teresa es a la vez «la confirmación y la renovación
de la verdad más fundamental y más universal» de La doctrina de Teresa es inseparable de su
vida, pues su "doctrinita" brotó de los acontecimientos de su corta
existencia. No escribió ningún tratado sistemático. El camino de la infancia
espiritual, hunde sus raíces en el Evangelio. Su único «Director» es Jesús.
Aunque san Juan de ESCRIBIO POR OBEDIENCIA Ya he dicho que sus páginas, auténtico
«best-seller» mundial, no han sido escritas con afanes literarios. Ella lo
dijo: "no escribo para hacer una obra literaria, sino por
obediencia". Exactamente lo mismo ocurrió a su Madre, Santa Teresa. Los
Manuscritos autobiográficos sólo son unos «cuadernos de obediencia». Las
Poesías, la mayoría de las veces, se las encargaban las carmelitas, y el
"Teatro" va rimando las fiestas comunitarias para recreación de las
hermanas. Escribió muchas veces sus cartas de prisa. Pero, de esos borradores
de ortografía vacilante, y que no estaban destinados a la publicación, surge
una doctrina coherente y de una transparente sencillez que desafía el
análisis de los teólogos. La experiencia demuestra que muchos no asimilarán
su lenguaje, que es el del mundo religioso de finales del siglo XIX. Pero a
las nuevas generaciones, ávidas de autenticidad, ese lenguaje les brinda la
exigencia de un Amor único, el de Jesús, acrisolado en el fuego de la prueba
de la fe y de la esperanza. EL HISTORIADOR DANIEL ROPS CON LOS PAPAS En 1965, Daniel Rops
concluía su Histoire de Eglise
du Christ dedicándole
cincuenta páginas, pues la veía como un símbolo universal. Después del
Concilio Vaticano II, nos hemos percatado de que las intuiciones de Teresa,
adelantándose mucho a su tiempo, estaban muy próximas a los temas mayores del
concilio. Pues ella está presente en las grandes corrientes espirituales de
este siglo y ha inspirado a numerosos santos y beatos de los tiempos
modernos. De Benedicto XV a Juan Pablo II, todos los papas han sido, en mayor
o en menor medida, teresianos: el conjunto de sus declaraciones es una mina
fecunda. Juan Pablo II, primer papa que peregrinó a Lisieux, el 2 de junio de
1980, dijo en la homilía: «De Teresa, podemos decir, convencidos, que el
Espíritu de Dios permitió a su corazón revelar directamente a los hombres de
este tiempo el misterio fundamental, la realidad del Evangelio: el hecho de
que hemos recibido realmente un espíritu de hijos adoptivos que nos hace
exclamar “¡Abba! ¡Padre!”. El caminito es el camino de la "santa
infancia"». En la visita ad limina apostolorum de los obispos del oeste de Francia, el 14 de
febrero de 1992, el mismo Papa declaraba: “La santa patrona de las misiones
es de vuestra misma región. Desde Lisieux, Teresa del Niño Jesús y de |
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