DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
27 años en Internet
La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica,
Lectio Divina y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó en el año
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7-05-2025
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Edición Nº 10.047
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 70, 8.
23
Mi boca, Señor,
proclama tu alabanza. Mis labios te cantarán jubilosos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, protege a tu
familia, y a quienes otorgaste la gracia de la fe, concédeles compartir
eternamente la resurrección de tu Hijo. Que es Dios y vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Hech 8, 1-8
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
Después de la muerte
de Esteban, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén.
Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y
Samaría. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lo lloraron con gran
pesar. Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y
arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel. Los que se habían
dispersado iban por todas partes anunciando la Palabra. Felipe descendió a
la ciudad de Samaría y allí predicaba a Cristo. Al oírlo y al ver los
milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de Felipe.
Porque los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que
estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron sanos. Y
fue grande la alegría de aquella ciudad.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: Las amenazas
y la oposición no logran frenar la misión de la Iglesia. Los integrantes de
la comunidad, perseguidos, continúan llevando la Buena Noticia a nuevos
lugares. Como Jesús, la Iglesia anuncia y realiza la salvación, al llevar
la salud y la alegría.
SALMO Sal 65, 1-3. 4-7
R.
¡Aclame al Señor toda la tierra!
O bien: Aleluya.
¡Aclame al Señor toda
la tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza
gloriosa, digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”. R.
Toda la tierra se
postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver
las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres. R.
Él convirtió el Mar en
tierra firme, a pie atravesaron el Río. Por eso, alegrémonos en él, que
gobierna eternamente con su fuerza. R.
ALELUYA Cfr. Jn 6, 40
Aleluya. “El que cree
en el Hijo tiene Vida eterna y Yo lo resucitaré en el último día”, dice el
Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 6, 35-40
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a la gente:
Yo soy el pan de Vida. El que viene a Mí jamás tendrá hambre; el que cree
en Mí jamás tendrá sed. Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y, sin
embargo, no creen. Todo lo que me da el Padre viene a Mí, y al que venga a
mí Yo no lo rechazaré, porque he bajado del cielo, no para hacer mi
voluntad, sino la de Aquél que me envió. La voluntad del que me ha enviado
es que Yo no pierda nada de lo que Él me dio, sino que lo resucite en el
último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree
en Él tenga Vida eterna y que Yo lo resucite en el último día.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Jesús
no rechaza a nadie que quiera acercarse. Jesús vino para hacer la voluntad
del Padre, y esa voluntad es salvar a todos los hombres y mujeres del
mundo. Quien cree en Jesús no será rechazado y tendrá la vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concédenos
alegrarnos siempre por estos misterios pascuales, para que la perenne
actualización de nuestra redención sea para nosotros causa de felicidad
eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Cristo ha resucitado.
Él ha hecho brillar sobre nosotros su luz, después de habernos rescatado
con su sangre. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, escucha
nuestros ruegos, para que la participación en los sacramentos de nuestra
redención, nos proteja en esta vida y nos obtenga la felicidad eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“El que ve al Hijo y cree en él tenga vida
eterna y que yo lo resucite en el último día”
Jn 6, 35-40
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
JESÚS DIJO A LA GENTE: YO SOY EL PAN DE VIDA.
Jesús comienza proclamándose Pan de vida. Y lo
es, conforme a otros pasajes de San Juan, porque es el pan que confiere y
nutre esa vida. Así nos dice luego: El que viene a mí jamás tendrá hambre;
el que cree en mí jamás tendrá sed.
Es un pensamiento que expresa una misma
realidad: la necesidad de creer en Jesús, pero fe con y entrega a Él. La
Sabiduría invita a los hombres a venir a ella, a incorporarse a su vida.
Así Jesús se presenta aquí evocando la Sabiduría. Es Jesús la eterna
Sabiduría a la que hay que venir, incorporarse y vivir de El (San Juan
15:5; 7:37.38).
2.
EL QUE VIENE A MÍ JAMÁS TENDRÁ HAMBRE; EL QUE
CREE EN MÍ JAMÁS TENDRÁ SED.
Por eso, el que está creyendo en El en un
presente actual y habitual, éste está unido a Jesús, Sabiduría y Vida, por
lo que, nutriéndose de Él, no tendrá ni más hambre ni sed, de lo que es
verdadera hambre y sed del espíritu.
Esto no exige ni supone que no pueda haber
progreso y desarrollo en esta vida que da al alma Jesús-Sabiduría. El mismo
San Juan lo enseña en varios pasajes de su evangelio. Pues el agua de la
gracia es fuente de buenas obras (San Juan 4:14), y Jesús exige el que se
dé mucho fruto (San Juan 15:8).
Es el mismo pensamiento que, vinculando allí
esta fe a la voluntad del Padre, como dice Jesús, mi Padre, que todo el que
ve al Hijo y cree, tenga la vida eterna; por lo que es evocado con ella el
que será resucitado en el último día por Jesús. Ésta es la voluntad de mi
Padre: que el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna y que yo lo
resucite en el último día.
3.
EL QUE VE AL HIJO Y CREE TIENE LA VIDA ETERNA
El pensamiento está expuesto con dos formas del
presente: el que ve al Hijo y cree tiene la vida eterna. No basta ver al
Hijo con el hecho de sus milagros y rúbrica divina es necesario creer en
El, en que es el Hijo de Dios, y entregársele como a tal. El que, así
viendo a Jesús, está creyendo en El, tiene la vida eterna. No dice que no
pueda perderla. Habla en el supuesto de una fe actual y operante. Así posee
la vida eterna. Lo que le evoca la plenitud escatológica de vida: ser
resucitado en la resurrección final.
Más Jesús, al llegar aquí, dice a los judíos,
en un paréntesis de amargura y reproche, que ustedes me han visto — con el halo de sus milagros — y sin embargo, no creen.
Si ellos se resisten en venir a Jesús, aparte
de su culpa, han de saber que hay, en el fondo de ello, un misterio
profundo. No les basta ser hijos de Abraham ni pertenecer al Israel carnal
para pensar en salvarse, como se estimaba en ciertos medios judíos, de los
que el mismo evangelio se hace eco (Mt 3:8-10; Lc 3:8). Es el plan del
Padre. Es un misterio de predestinación: Todo lo que me da el Padre viene a
mí. Teológicamente no se trata de
una “predestinación” definitiva, sino del hecho de venir o no venir a Jesús
de los judíos, y esto según la naturaleza de las cosas.
4.
LA VOLUNTAD DEL QUE ME HA ENVIADO ES QUE YO NO
PIERDA NADA DE LO QUE ÉL ME DIO
El que
está creyendo en Jesús, supone la hipótesis de mantenerse en esa fe
actuante. Pero no quiere decir que no se pueda perder (San Juan 6:66), o
que otros no la puedan adquirir, del mismo modo que San Juan se expresa en
otros casos (San Juan 15:1-7). El pensamiento que aquí se destaca es que la
gracia de la fe, por la que se llega a Jesús, Vía y Vida, aparece como la
ejecución misericordiosa y gratuita de un designio providencial, de una
gracia preveniente y gratuita.
Pero también se acusa la libertad y
culpabilidad de los que, viendo a Jesús como al Hijo de Dios, no creen en
El. Si así no fuese, no sería este el reproche que Jesús dirige por esto a
los judíos ustedes me han visto y sin embargo, no creen ni podría ser
reproche, sino excusa de ellos por una imposibilidad sobrenatural debida a
que el Padre, sin culpa de ellos, no les concedía esta gracia. La gracia
del Padre no falta — ven a Jesús —, Pero el plan del Padre es, pues, éste:
que todo lo que ha de salvarse pase por Jesús. Todo lo que el Padre le dio
a Jesús, con esta voluntad consiguiente, viene a Jesús para que se salve.
5.
YO NO LO RECHAZARÉ, PORQUE HE BAJADO DEL CIELO,
NO PARA HACER MI VOLUNTAD, SINO LA DE AQUÉL QUE ME ENVIÓ.
Pero ¿cuál es la actitud de Jesús ante estos
que el Padre le envía? Esta es su enseñanza: al que venga a mí yo no lo
rechazaré. Jesús da la razón profunda de su conducta frente a estos que el
Padre le dio. La razón de su vida es obedecer al Padre y cumplir su obra
(San Juan 4:34). Por eso El bajó del cielo, no para hacer mi voluntad, sino
la voluntad del que me envió. Y la voluntad del Padre, dice él mismo, es
que no pierda nada de lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último
día.
Si la voluntad del Padre es que todo pase por
Jesús, es también su voluntad que se pase por El para salvar a los que pone
en sus manos. Y como esta fe en Jesús da la vida eterna, se evoca aquí,
como complemento definitivo y plenario de la misma, la misión igualmente
complementaria y plenaria de Jesús en esta obra de vida eterna: el que El
mismo resucite a estos creyentes en El, y así lo dice la final de este
hermoso y esperanzador evangelio que yo lo resucite en el último día.
6.
SEGURO QUE TODO LO BUENO QUE ÉL QUIERE SURGIRÁ EN
NOSOTROS.
Jesús dijo en una ocasión; - Mi alimento es hacer la voluntad de aquel
que me envió y llevar a cabo su obra – (San Juan 4,34). Dejemos que el Padre celestial lleve a
cabo su tarea en nosotros, porque es seguro y cierto que él tiene un plan y
un proyecto de realizar en nosotros, esa es la obra de nuestra
santificación, porque quiere posesionarnos por su Espíritu, y seguro que
todo lo bueno que Él quiere surgirá en nosotros.
Santa Teresita del Niños Jesús escribió: Que
cosas tan hermosas haría Dios en las almas, si las almas se dejaran hacer.
La
alegría de Cristo resucitado vivan en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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LA PERSECUCIÓN
El fragmento de los Hechos de los Apóstoles pone claramente de
manifiesto que una de las causas de la difusión del Evangelio a través del
mundo es la persecución. Son objeto de la misma los irreductibles, los
“extremistas” compañeros de Esteban, los que no aceptaban componendas con
el judaísmo. Los apóstoles se libran por ahora, posiblemente porque todavía
confían en encontrar una solución a los delicados problemas planteados con
la tradición judía. La persecución le ha ayudado a la Iglesia a no dormirse
y a encontrar o reencontrar sus propias raíces misioneras. Estas han sido
después el secreto de su perenne juventud. La Revolución francesa, por
poner un solo ejemplo, supuso una fuerte prueba para la Iglesia, pero le
hizo salir de la tormenta más delgada y más dispuesta a reemprender su
itinerario misionero por el mundo.
Cuando existe el peligro de instalarnos cómodamente en un lugar,
cuando existe la tentación de considerarnos integrados en un contexto
social, cuando estamos demasiado tranquilos, entonces es cuando interviene
el Espíritu para dar la alarma a través de diversas pruebas, la más
terrible de las cuales -aunque quizás también la más eficaz- es la
persecución. Esta última da frutos cuando la Iglesia está viva, como en el
caso de la comunidad de Jerusalén. La Palabra se difunde para que los que
están dispersos queden impregnados de la novedad cristiana, de la
sorprendente realidad de la salvación en la que se sentían implicados y
corresponsables. Por eso puede proceder del duelo la alegría, de la
diáspora el crecimiento, de la muerte de Esteban la multiplicación de los
apóstoles.
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ORACION
(3)
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Esta Palabra, Señor, me turba una vez más, porque me parece que tú
prefieres más bien los medios rápidos para alcanzar tus fines. Querías
hacer salir el alegre mensaje de Jerusalén, y surge una violenta
persecución. Me siento turbado, lo confieso. Y es que me gusta evitar las
desgracias y vivir en paz. En mi paz, que no es exactamente la tuya. Con mi
paz no crece la alegría en el mundo; con tu dinamismo, producido de una
manera frecuentemente desagradable para mí, crece, en cambio, la alegría en
los que están fuera de mis intereses.
Señor, estoy turbado, sobre todo, porque esta Palabra tuya me dice
que yo debería estar alegre en las persecuciones, que debería pedírtelas
cuando me encuentro demasiado bien y cuando me siento satisfecho de lo que
hago y de lo que me rodea. Pero te confieso que me falta valor. Con todo,
hay algo que debo pedirte para no morir de vergüenza: que frente a las
posibles persecuciones, puedan ver al menos mis ojos que éstas tienen un
sentido para ti y para tu Iglesia. Y, por consiguiente, también para mí.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd,
ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA
COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO DEBE INDICARSE EL AUTOR Y LAS
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