MISA DIARIA DE CAMINANDO
CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
27 años en
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La edición
de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral,
comenzó en el año 1998. Si desea comunicar algo, escriba al correo
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30-03-2025
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Edición Nº 10.008
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Domingo IV Semana de Cuaresma
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EL PERDÓN DEL PADRE
Esta parábola tan conocida quiere movernos
al arrepentimiento poniéndolo en su sitio, es decir, relación a Dios. El
pecado no es solamente hacer cosas malas o faltar a una ley. Es despreciar
el amor infinito del Padre, marcharse de su casa, vivir por cuenta propia.
Es, en definitiva, no vivir como hijo del Padre y, por tanto mal-vivir. De ahí que el muchacho de la parábola que se
marcha alegremente, pensando ser libre y feliz, acabe pasando necesidad y
muriendo de hambre. Ha perdido su dignidad de hijo y experimenta un
profundo vacío.
Lo mismo el
arrepentimiento. Sólo es posible convertirse de verdad cuando uno se siente
desconcertado por el amor de Dios Padre, al que se ha despreciado: “Padre,
pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo”’.
Precisamente “contra ti”, la
conciencia de haber rechazado tanto amor y a pesar de todo seguir siendo
amado por aquél a quien hemos ofendido es lo único que puede movernos a
contrición. Y junto a ello, la experiencia del envilecimiento al que nos ha
conducido nuestro pecado, la situación calamitosa en que nos ha dejado.
Igualmente, el perdón
es fruto del amor del Padre, que se conmueve y sale al encuentro de su
hijo, que se alegra de su vuelta y le abraza, que hace fiesta. Este perdón
devuelve al hijo la dignidad perdida, lo recibe de nuevo en la casa y en la
intimidad del Padre; es un amor potente y eficaz que realiza una auténtica
resurrección: “porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba
perdido y fue encontrado”.
Para ver la Reflexión
completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo
pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS
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I.- RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Is 66,
10-11
Alégrese, Jerusalén, y que se congreguen
cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a
saciarse con su felicidad.
ACTO PENITENCIAL
· Tú no has venido a condenar sino a
perdonar. Señor, ten piedad.
· Tú quieres reconciliarnos contigo.
Cristo, ten piedad.
· Tú sales al encuentro de tus hijos
perdidos. Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que reconcilias
maravillosamente al género humano por tu Palabra hecha carne; te pedimos
que el pueblo cristiano se disponga a celebrar las próximas fiestas
pascuales con una fe viva y una entrega generosa. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Jos 4, 19; 5, 10-12
La misericordia y la providencia de Dios hacia su
pueblo se manifiestan acompañándolo y dándole lo necesario en todo momento.
El maná los alimentó durante todo el camino por el desierto. Una vez
llegados a la tierra prometida, no hubo más maná, porque ya podían
alimentarse de los productos del suelo. Proveer el alimento es una forma
concreta en la cual Dios nos dice que quiere la vida.
Lectura
del libro de Josué.
Después de atravesar el
Jordán, los israelitas entraron en la tierra prometida el día diez del
primer mes, y acamparon en Guilgal. El catorce de
ese mes, por la tarde, celebraron la Pascua en la llanura de Jericó. Al día
siguiente de la Pascua, comieron de los productos del país —pan sin
levadura y granos tostados— ese mismo día. El maná dejó de caer al día
siguiente, cuando comieron los productos del país. Ya no hubo más maná para
los israelitas, y aquel año comieron los frutos de la tierra de Canaán.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 33, 2-7
En respuesta a la obra de Dios
el salmo nos invita a agradecer y alabar al Señor. Participamos de esta
oración aclamando: Gusten y vean qué bueno es el Señor.
R. ¡Gusten y vean que bueno es
el Señor!
Bendeciré al Señor en todo
tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el
Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor:
El me respondió y me libró de
todos mis temores. R.
Miren hacia Él y quedarán
resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre
invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
SEGUNDA LECTURA 2Cor 5, 17-21
Es Jesucristo quien transforma nuestro hombre
viejo en nuevo. Es El quien vino a sentarse a la mesa con los pecadores
para traerla reconciliación. Él es el rostro visible de la misericordia del
Padre, que nos invita una y otra a la vida con Él.
Lectura
de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El que vive en
Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se
ha hecho presente. Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con El
por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no
teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de
la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es
Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les
suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A Aquél que
no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a
fin de que nosotros seamos justificados por El.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN Lc 15, 18
Iré a la casa de mi padre y le
diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti.
EVANGELIO Lc 15, 1-3. 11-32
El Maestro comparte el alimento con los
despreciados por los ‘cumplidores de la ley’ pecadores, impuros,
recaudadores de impuestos. La praxis del Maestro es signo de la
misericordia y de la providencia del Padre. El padre de la parábola hace
fiesta por el regreso del hijo a casa, el considerado pecador. Y cuando el
hijo ‘cumplidor” rechaza participar en la fiesta, el padre sale para
invitarlo también a él. El Padre quiere que todos sus hijos y todas sus
hijas compartamos el alimento en una mesa de fiesta.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Todos los publicanos y
pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Pero los fariseos y los
escribas murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come
con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos
hijos. El menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de herencia
que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días
después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano,
donde malgastó sus bienes en una vida inmoral. Ya había gastado todo,
cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir
privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa
región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. Él hubiera deseado
calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las
daba. Entonces recapacitó y dijo: ‘Cuántos jornaleros de mi padre tienen
pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!’. Ahora mismo iré
a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;
ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba
lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro,
lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: ‘Padre, pequé contra el Cielo y
contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus
servidores: ‘Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo
en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo.
Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y fue encontrado’. Y comenzó la fiesta. El hijo mayor estaba
en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que
acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué
significaba eso. Él le respondió: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo
matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo’. Él se
enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él
le respondió: ‘Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás
ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una
fiesta con mis amigos. Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de
haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero
engordado!’. Pero el padre le dijo: ‘Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y
todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque este
hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado”.
Palabra del Señor.
EL CREDO
Creo en Dios Padre
todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer
día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la
Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención pedimos:
Iremos a ti, Padre, a reconciliarnos.
·
Para
que los ministros del sacramento de la reconciliación sientan la alegría de
ser dispensadores del perdón de Dios. Oremos.
·
Para
que los sectores de nuestra sociedad enfrentados por dolorosos recuerdos
pasados vivan una fuerte experiencia de reconciliación. Oremos.
·
Para
que quienes se indignan como el hijo mayor de la parábola sepan comprender
y reconciliarse. Oremos.
·
Para
que nosotros, pecadores imitemos al hijo menor de la parábola y corramos
arrepentidos, a la casa del Padre. Oremos.
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos con alegría,
Señor, estos dones para la salvación eterna; ayúdanos a celebrarlos con
fidelidad y a ofrecerlos dignamente por la redención del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE CUARESMA
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el
cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste
a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta
nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 15, 32
Es justo que haya fiesta y
alegría porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba
perdido y ha sido encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que iluminas a todo
hombre que viene a este mundo, te pedimos que alumbres nuestros corazones
con el esplendor de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos
de ti y aprendamos a amarte de todo corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV. RITO DE CONCLUSIÓN
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Padre, protege a quienes te
suplican, sostén a los débiles y vivifica siempre con tu luz a quienes
caminan en las sombras de la muerte; con tu clemencia, apártalos de todo
mal y hazlos llegar a la plenitud de tus bienes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN
Canto final
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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"su padre lo vio
y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro"
Lc 15,
1-3. 11b-32
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1. LA MISERICORDIA DE DIOS SOBRE EL
PECADOR ARREPENTIDO
Es de común acuerdo,
que la parábola del “Padre Bueno” o del “Padre Misericordioso” es una de
las más bellas del Evangelio, algunos dicen que es un “clásico” de Lucas,
porque ha entrado a formar parte de la tradición por su importancia y por
su calidad en los evangelios y, porque expresa más efusivamente la
misericordia de Dios sobre el pecador arrepentido. No hay otra parábola que
muestre tan hermosamente el amor de Dios y al mismo tiempo la ingratitud
del pecador y la indigencia en la que cae por el pecado. Todos los
elementos de su desarrollo están mostrando esta solicitud de Dios por el
pecador para perdonarlo. Los detalles de esta solicitud son acusadísimos.
2. DRAMA ENTRE EL AMOR DEL PADRE Y EL
INCIDENTE DE HIJO
Es evidente que este
“Padre” bueno y misericordioso de la parábola es Dios. En este relato se
representa un drama entre el amor del padre y el incidente de hijo que opta
por una vida libertina, pero aun en eso, el padre no deja de ser padre y
finalmente el hijo no deja de ser hijo y aunque haya deshonrado su
dignidad, no deja de ser hijo, por eso el no espera que llegue y sale a su
encuentro.
Es seguro que el “hijo
menor” estaba figurativamente por los “publícanos y pecadores” este se marchó a un país lejano. Se
separó del padre (Dios), no por el lugar, pues Dios está en todas partes,
sino por el afecto; así como huye el pecador de Dios y se pone lejos de él.
3. LA VIDA MISERABLE QUE ALCANZA EL
PECADOR
Así es, como esta
parábola, nos muestra el modo y la forma que siguen los hombres al caer en
el pecado. También nos hace ver con mucha claridad, la vida miserable que
alcanza el pecador. Pero hay algo muy importante, que debe destacarse, esto
es, el regreso del pecador a Dios, y cuando así sucede, nos encontramos con
la infinita bondad y con la mayor de todas las misericordias, con la que
Dios recibe a los arrepentidos de sus faltas y pecados. El que vuelve a él,
(Dios) en busca del perdón, encontrara lo que busca.
El hijo menor había
despreciado a su padre marchándose de su lado y había disipado su
patrimonio; pero cuando hubo pasado tiempo y se vio abrumado por los
trabajos, viéndose convertido en un criado y alimentándose de lo mismo que
los cerdos, volvió castigado a la casa de su padre. Al haberse alejado de
su padre, se encontró consigo mismo, pero con su propio yo vacío y se
sometió a los sufrimientos de la indigencia material y espiritual que lo
humilló, entonces se desesperó y sintió la necesidad del regreso a casa.
4. LA PROVIDENCIA MISERICORDIOSA DE DIOS
Dice Jesús; “cuando
todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a
su encuentro, lo abrazó y lo besó”, sale su padre, y, lo compadecido,
corrió a él, llenándole de cariño, es un símbolo de la providencia
misericordiosa de Dios. El beso es signo de perdón. La misericordia de Dios, no solamente no castiga al pecador, sino que lo
espera, le ofrece el perdón. Cuando vuelve al padre, este, lo recibe brazos
abiertos y no le pregunta nada, no le echa en cara su mala conducta
anterior, no le recuerda que fue ingrato, al contrario, siente compasión y
lo hace antes del arrepentimiento de su hijo.
Sigue el Evangelio;
"el padre dijo a sus servidores: "traigan enseguida la mejor ropa
y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.” El
mandar ponerle el vestido, el anillo y las sandalias, expresa, probablemente y globalmente, su restitución al estado de
hijo en la casa, pero con atuendo festivo y de honor.
5. TUVO ENVIDIA DE SU HERMANO
El hijo mayor estaba
en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que
acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué
significaba eso. Él le respondió: "tu hermano ha regresado, y tu padre
hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo".
Él se enojó y no quiso entrar. Tuvo envidia de su hermano.
Pero su padre salió
para rogarle que entrara, pero él le hace ver que su hermano, después de
haber vivido una vida licenciosa, gastado los bienes de su padre con
mujeres, le premia preparándole una fiesta. Pero el padre le dijo:
"hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo
que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la
vida, estaba perdido y ha sido encontrado".
6. LA BONDAD DE DIOS, CON LOS PECADORES ES
INMENSA
La bondad de Dios, con
los pecadores es inmensa, — sin distinción de gravedades — tiene sobre sí
el perdón de Dios, “su padre.” Así como el tema central es el buen padre y
misericordioso, y el hijo que regresa a la casa del padre. Es también el
permanente perdón de Dios. Siempre que nos alejemos de Dios, nos estamos
alejando de la felicidad, de la fuente del amor, entonces luego caemos.
Cuantas veces Dios,
nuestro padre, nos ha recibido como el hijo menor de esta parábola, sin
cuestionarnos lo que hayamos hecho, con los brazos abiertos a la
reconciliación, al perdón, a la paz y a su bondad. En verdad, no podemos
hacer esperar más tiempo a Dios, dejemos abrazarnos por sus brazos, pidamos
perdón con sencillez, humildad y confianza.
“¡Oh, qué de fiestas
haría y qué de muestras, si pudiese, para que todos entendiesen su gozo!
Parece que se ha hallado a sí y que, como el Padre del Hijo Pródigo,
querría convidar a todos, y hacer grandes fiestas por ver su alma en puesto
que no puede dudar que está en seguridad, al menos por entonces. Y tengo
para mí, que es con razón, porque tanto gozo interior de lo muy íntimo del
alma, y con tanta paz, y que todo su contento provoca a alabanzas de Dios,
no es posible darle el demonio.” Sta. Teresa de Jesús. 6M, 6, 10
“Dad gracias al Señor
porque es bueno, porque es eterna su misericordia.” Salmo 117
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
IV
DOMINGO DE CUARESMA CICLO C
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
¡QUE GRANDE ES LA MISERICORDIA
DEL PADRE!
Este Domingo de la IV
Cuaresma, dirijamos nuestro corazón y nuestros deseos a Jesús que dio la vida
por nosotros. El Evangelio de hoy nos habla de retorno. Me parece una
palabra importante para un cristiano, pues tiene sentido de conversión.
Ciertamente el retorno, exige una purificación, un cambio, una renovación
del corazón.
La parábola del hijo
pródigo que oiremos este domingo nos recuerda el viaje de cada uno de
nosotros que hacemos cansados por el pecado en busca de la misericordia del
Padre.
Este regreso se realiza
recorriendo el camino que el mismo Padre ha abierto a los hombres.
Jesús, el mediador, el
sacerdote eterno que se revela como "el hombre para los demás" es
camino para todos y todos pueden caminar por él. Por este camino que es el
mismo Cristo va el hijo pródigo después de decidir "levantarse".
El pecado, de hecho,
envilece, humilla, quita dignidad. En este hijo prodigo está representado
el género humano; en él estamos todos.
Quizás no nos alejamos
físicamente del Padre, sino sólo en nuestro interior: en esto nos parecemos
más al hijo mayor.
Quizás hemos ido tan
lejos que ya ni siquiera sabemos dónde estamos.
Quizás nos hemos
perdido el sentido de la orientación cuando en nuestro entorno nada nos
recuerda algo familiar, cuando nos pesa la soledad.
Entonces es cuando se
siente el más sincero deseo, que brota desde lo más hondo del corazón de
regresar a casa.
Entonces es cuando
oímos la voz del Padre, que nunca nos ha abandonado.
Es la hora de decidir:
Uniéndonos a Cristo, también nosotros, pecadores perdonados, deberemos ser
unos con otros el cordero que se inmola.
Con toda esta
experiencia, deberemos evitar protestar como el hijo mayor, pues no es ésta
la actitud propia de un cristiano. Pero si sentimos que la protesta brota
en nuestro interior, invoquemos inmediatamente la ayuda del Señor, porque,
de lo contrario, nos alejaremos de la casa de la comunión.
En síntesis, quien está
unido a Cristo se convierte en salvación para los demás y participa en la
fiesta no como espectador, sino ofreciéndola personalmente, con alegría.
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ORACION (3)
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Jesús:
Has venido a acompañarnos para emprender el
regreso, como el hijo pródigo, que ya no quiere estar lejos de la casa del
Padre ni lejos de la gloria del cielo.
Tu corazón siempre ha estado rebosante de
nostalgia y amor
Tus palabras hacen que ardan de deseo nuestros
corazones, porque en ti encontramos a un hermano
En ti descubrimos lo que significa hacerse
solidario con los pobres, con los miserables, con los privados de todo,
incluso de la esperanza.
Jamás nosotros nos atreveríamos a presentarnos al
Padre luego de habernos ido lejos de El. Pero
siguiendo detrás de ti, hemos regresado y nos ha sorprendido el amor que el
Padre tiene por nosotros.
Qué grande es la misericordia del Padre, cuando
nos ve regresar, se abalanza con amor sobre nosotros para abrazarnos.
Pedro
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Pagina de la Misa
Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S.
A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile,
como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la
Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y
subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad
Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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