ANTÍFONA DE ENTRADA
Cristo, después de resucitar, no muere más,
porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Renovados por la gracia de la Pascua, te pedimos
Dios todopoderoso, que quienes hemos perdido la semejanza divina con que
fueron creados nuestros primeros padres, seamos devueltos a la imagen de
nuestro creador. Por nuestro Señor Jesucristo. Él que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de
los siglos.
LECTURA Hech 4, 23-31
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Una vez que Pedro y Juan fueron puestos en
libertad, regresaron adonde estaban sus hermanos, y les contaron todo lo
que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oírlos, todos
levantaron la voz y oraron a Dios unánimemente: “Señor, Tú hiciste el cielo
y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; Tú, por medio del Espíritu
Santo, pusiste estas palabras en labios de nuestro padre David, tu
servidor: ‘Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen vanos
proyectos? Los reyes de la tierra se rebelaron y los príncipes se aliaron
contra el Señor y contra su Ungido’. Porque realmente se aliaron en esta
ciudad Herodes y Poncio Pilato con las naciones paganas y los pueblos de
Israel, contra tu santo servidor Jesús, a lujen Tú has ungido. Así ellos
cumplieron todo lo que tu poder y tu sabiduría habían determinado de
antemano. Ahora, Señor, mira sus amenazas, y permite a tus servidores
anunciar tu Palabra con toda libertad: extiende tu mano para que se
realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor
Jesús”. Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos;
todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: Pedro y Juan regresan a la
comunidad, comparten e interpretan lo que les ha sucedido y rezan unidos pidiendo
la capacidad de seguir anunciando la Buena Nueva, aún en la adversidad, y
que la fuerza y el nombre de Jesús sea el respaldo que los compaña con
sanaciones y señales prodigiosas.
SALMO Sal 2, 1-9
R. ¡Felices los que se refugian en ti, Señor!
O bien: Aleluya.
¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos
hacen vanos proyectos? Los reyes de la tierra se sublevan, y los príncipes
conspiran contra el Señor y contra su Ungido: “Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo”. R.
El que reina en el cielo se sonríe; el Señor se
burla de ellos. Luego los increpa airadamente y los aterra con su furor:
“Yo mismo establecí a mi Rey en Sión, mi santa Montaña”. R.
Voy a proclamar el decreto del Señor: Él me ha
dicho: “Tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré las
naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra. Los
quebrarás con un cetro de hierro, los destrozarás como a un vaso de
arcilla”. R.
ALELUYA Col 3, 1
Aleluya. Ya que ustedes han resucitado con
Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado .a la
derecha de Dios. Aleluya.
EVANGELIO Jn 3, 1-8
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Juan.
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo,
que era uno de los notables entre los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y
le dijo: “Maestro, sabemos que Tú has venido de parte de Dios para enseñar,
porque nadie puede realizar los signos que Tú haces, si Dios no está con
Él”. Jesús le respondió: “Te aseguro que el que no renace de lo alto no
puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “Cómo un hombre puede
nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre
de su madre y volver a nacer?”. Jesús le respondió: “Te aseguro que el que
no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que
nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te
extrañes de que te haya dicho: ‘Ustedes tienen que renacer de lo alto’. El
viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni
a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu”.
Palabra del Señor
COMENTARIO En este relato quedan en evidencia algunos malentendidos
que el evangelista pone en boca de Nicodemo. La respuesta de Jesús deja
claro que hay dos mundos, uno físico y visible y otro espiritual e
invisible que solamente se reconoce por la fe, y al que se entra por el
bautismo. Así se hace alusión al agua y al espíritu, necesario para ver el
reinado de Dios para tener parte con Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia
desbordante de alegría y después de haberle concedido el motivo de un gozo
tan grande, concédeles participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Jesús se presentó en medio de sus discípulos y
les dijo: “La paz sea con vosotros: Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo
has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la
gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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“Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace
del Espíritu, es espíritu”
Jn 3: 1-8
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. JESÚS NO HABLA DE ESA VIDA NUEVA QUE EL NOS
TRAE
Maestro, sabemos que tú has venido de parte de
Dios para enseñar. Impresionado por las obras de Jesús, Nicodemo acude a Él
como a un Maestro, que enseña algo nuevo para esos tiempos y le pide que le
enseñe con ese título de Maestro.
Te aseguro que el que no renace de lo alto no
puede ver el Reino de Dios. Así es, renacer de lo alto, nacer a la vida del
Espíritu, nacer de nuevo razonando con el Espíritu, no con la mente
cerebral, como lo hacía hasta ese minuto Nicodemo. Jesús no habla de esa
vida nueva que Él nos trae, la de la gracia, que se expresa en las virtudes
de la fe, de la esperanza y la de la caridad.
2. HABÍA UN FARISEO LLAMADO NICODEMO
Entre el grupo de personas jerosolimitanas
vivamente impresionadas por los milagros de Cristo, con que termina el
capítulo segundo (Juan 2:23), pero con fe imperfecta, se hallaba un tal
Nicodemo. Su nombre vine del griego, estaba en uso en la época, como Andrés
y Felipe.
Nicodemo -vencedor del pueblo-, con nombre
sugestivamente simbólico, era un hombre muy importante en Israel. El
evangelista dice de él que era magistrado o príncipe de los judíos -v.1- y,
además, maestro o rabí -ν. 10.; también formaba parte del Sanedrín (Jn
7:50). De él se hablará dos veces más en el evangelio: una defendiendo a
Cristo, como miembro del Sanedrín (Jn 7:50), y luego prestando su concurso
personal para el embalsamamiento y sepultura de Cristo (Jn 19:39.40).
Nicodemo era fariseo. Aunque en el Sanedrín
predominaban los saduceos, también se componía de algunos fariseos. Esto da
un interés especial a esta visita que hace Nicodemo. El fariseo tenía un
sentido excesivo y falso de su ortodoxia. Era un idolatra de la letra del
texto sagrado, y daba excepcional importancia a las tradiciones de los
mayores. Cristo mismo tuvo que decirles: ¿Por qué traspasáis vosotros el
precepto de Dios por vuestras tradiciones? (Mateo 15:3- 1).
Vivamente impresionado por los milagros que
Cristo hace, y que eran rubrica divina -v.2-, pero que chocaba fuertemente
con el tradicionalismo farisaico, Nicodemo quiere escuchar la doctrina de
aquel cautivante profeta.
3. FUE DE NOCHE A VER A JESÚS
Para ello viene a visitarlo por la noche. Se
sabe que no eran infrecuentes los diálogos con los rabinos por la noche. Me
inclino por pensar que Nicodemo desease una larga conversación con Cristo,
y esta fuese la hora más oportuna (Juan 1:38.39), aparte que Cristo
dedicaba el día al ministerio. Pero también podemos pensar que por todo el
conjunto de ser fariseo, doctor y miembro del Sanedrín, parece que hubiese
elegido esta hora furtivamente por precaución y timidez (Jn 19:38; cf. Jn
12:42). Lo que no debe estar al margen del intento simbolista del
evangelista es destacar esta hora de la noche (Jn 13:30) desde la que
Nicodemo viene a la enseñanza de Cristo-Luz.
Llama la atención, que el dialogo es
introducido de improviso, sin los cortesía o saludo inicial, algo que es
típico en lo preludios orientales. Pero, si se tiene en cuenta que Nicodemo
era rabí, maestro, y la estima en que se tenían a sí mismos los doctores,
se puede comprender la actitud respetuosa con que Nicodemo venía a esta
visita. No venia solo a conocer por erudición una doctrina; él estaba
impresionado por los milagros de Cristo, y que les hacía saber que venía
como maestro de parte de Dios -v.2-, quería conocer aquella doctrina así
rubricada por Dios. Esto mismo se acusa en el título que da a Cristo: Rabí
-v.2-.
4. MAESTRO, SABEMOS QUE HAS VENIDO DE PARTE DE
DIOS, COMO MAESTRO
Por la forma como se expresa Nicodemo, nos
damos cuenta que viene a Cristo reflejando, además, la inquietud de otras
personas, es decir que representa a algunos más, pues le dice que sabemos
que has venido como maestro de parte de Dios y que es causa de sus
milagros. Me pregunto, ¿Quiénes son estos? Acaso fariseos de las muchas
personas que creyeron en El o un grupo de doctores o sanedritas o grupos de
gentes, que, ¿vivamente impresionados por los milagros que hacía Jesús? (Jn
2:23), y entonces deseaban conocer su doctrina, pero que tenían reparos en
venir al mismo.
Dice Nicodemo pues nadie puede hacer esos
signos que tú haces si Dios no está con él. La exposición que hace Nicodemo
es esta: confiesa que él y otros están impresionados a causa de los
milagros que hace. Por ello reconocen que viene como maestro de parte de
Dios. Esa puede ser la razón de que quieren escucharle. ¡Que hable! ¡Que
enseñe su doctrina!
5. ENTRAR EN EL REINO DE DIOS
Jesús le dijo a Nicodemo: En verdad te digo que
quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios. Y la
enseñanza de Cristo es esta: para ver, es decir, para experimentar, para
ingresar -v.5- en el reino, es necesario nacer de arriba.
El reino de Dios o reino de los cielos -Mt- es
la frase usual en los evangelios sinópticos. Juan solo la usa aquí -v.35-,
y en forma de solo reino en otros dos pasajes (Juan 18:36.37). Para ver
este reino hace falta un nuevo nacimiento. La expresión ver tiene aquí el
valor de visión experimental, disfrute del mismo, posesión de él (Lc 2:26;
Hech 2:27; 1 Pe 3:10); es decir, ingreso en el reino, como dice aquí el
mismo Jn -v.5-.
Este nacimiento que hace falta tener para el
ingreso y vida en este reino ha de ser de arriba nacer de arriba, nacer de
nuevo. Ante esta afirmación de Cristo, Nicodemo, más que
sorprenderse, parece que con su pregunta busca saber más precisiones en
este punto. La frase ¿Acaso puede el hombre entrar de nuevo en el seno de
su madre y volver a nacer? no tiene un sentido irónico. Es más sutil de lo
que parecería. Nicodemo, por lo que ya sabemos no puede pensar en el
absurdo de un renacimiento humano.
6. LO QUE NACE DE LA CARNE, ES CARNE; PERO LO QUE
NACE DEL ESPÍRITU, ES ESPÍRITU.
Jesús le expresa a Nicodemo: “Quien no naciere
del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos”. La
razón es que lo que nace de la carne, es carne; pero lo que nace del
Espíritu, es espíritu. Y la vida nueva es vida espiritual. Y la carne y la
sangre no pueden poseer el reino de Dios (1 Cor 15:50). La carne, el hombre
de abajo, está limitado a sus solas fuerzas naturales; pero este nacimiento
es de tipo superior a la carne y sangre, es nacimiento del Espíritu, que
constituye a los hombres en hijos de Dios (Jn 1:12), por lo que nacen de
Dios (Jn 1:13).De aquí la necesidad y la enseñanza terminante de nacer del
Espíritu.
También Jesús se anticipa y dice: No te
maravilles porque te he dicho: Es preciso nacer de arriba ¿En
qué podía estar esta extrañeza de Nicodemo al saber que era preciso nacer
de arriba?
Nicodemo, como doctor, conocedor de las
Escrituras, sabía que las almas, como estaba anunciado por los profetas, deberían
experimentar un cambio moral, que era una regeneración (Ez 11:20). Entre
los rabinos se decía que el que salía de un vicio o había purgado ya sus
pecados eran creado de nuevo, o nacido de nuevo, o regenerado, lo mismo que
se admitía este cambio en los prosélitos. Si estas expresiones no estaban
ya totalmente en uso, al menos salieron de la enseñanza rabínica
tradicional. Y, de hecho, en el Ν. Τ. aparecen expresiones
equivalentes al llamar al bautizado nueva criatura (Gal. 6:15; 2 Cor 5:17).
Por eso, esta extrañeza de Nicodemo no se
refiere a este anuncio de regeneración moral, sino o al modo del mismo
-v.9-, al ver que este renacimiento trascendía al efecto de los bautismos
de el conocido, o al escepticismo que este anuncio causaba en aquel rabí
-v.12-. ¿En qué consistiría aquel nuevo renacimiento moral? O ¿cómo
controlar la realidad regeneradora de aquella enseñanza? ¿Podría un rabí
aceptar aquel anuncio tan vago? Nicodemo entonces debió de quedar escéptico
-v.12-.
7. HAY QUE NACER DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU.
Pero la enseñanza que aquí se hace es de una
claridad indiscutible y excepcional: la necesidad del bautismo cristiano.
El rito de las purificaciones bautismales en el
agua era algo que estaba en el medio ambiente; era cosa usual. Tal el
bautismo de Juan; las purificaciones en agua de los esenios y el mismo
bautismo que, en vida de Cristo y en su misma presencia, administraban los
discípulos de Cristo (Juan 4:1.2). Era, pues, este un rito que estaba en
uso. El bautismo de Cristo en agua, por no poder interpretarse
metafóricamente a causa de la contraposición al del Bautista, que era
superficial y no purificaba el alma, y por ser además un rito usual, el
contexto lleva a hacer ver que en esta enseñanza se trata de un verdadero
rito en agua, pero que, al mismo tiempo, hay una acción inmersiva en el
Espíritu Santo.
Precisamente la fuerza de la construcción de la
frase lleva a esto mismo. Pues hay que nacer del agua y del Espíritu. El
del indica el origen de esta generación. Y puesto en principio de la frase
afecta por igual a los dos elementos, que además están unidos por la letra
y A esto se añade que a la hora de la composición del evangelio de Jn no se
podía interpretar por lectores cristianos sino del bautismo cristiano. Esto
lo sabía bien el evangelista, y, sin embargo, no lo corrige ni lo matiza,
para evitar que se lo entiendan así. Precisamente se lee en San Pablo que
Cristo nos salvó mediante el baño de la regeneración y renovación en el
Espíritu Santo (Tit 3:5; Ef 5:26; cf. Mt 28:19). Además, este relato
parece, aparte de lo histórico, que es reflejo de una catequesis bautismal.
Acaso proceda de alguna tradición (haggadah) bautismal.
8. JESÚS SANO A MUCHOS TAN SOLO POR CREER EN EL
La impresión que me queda, es que la
conversación de Nicodemo es profundamente sincera, él está realmente
impresionado, por las obras que realiza Jesús, por ese motivo el siente la
necesidad de ir a donde Jesús, e ir como a un Maestro, que le puede enseñar
cosas nuevas, por eso le pide que le enseñe, por esa razón le da el título
de Maestro.
Jesús como verdadero Maestro, comparte sus
enseñanzas, que por medio de nuestro nacimiento natural, pertenecemos a
este mundo, y para pertenecer al otro mundo, el del Espíritu, es decir para
ser hijos de Dios y herederos de su Reino, necesitamos poseer otra vida,
sobre natural y de la gracia.
Pero también hay algo más, Jesús acogió con
amabilidad a Nicodemo, hablo largo rato con él, le dijo la cosa tal cual
son, Nicodemo creyó en El, pero no se entregó a Jesús, ¿Por el que dirán
los demás? Que a nadie le suceda esto, Jesús sano a muchos tan solo por
creer en El, así reza en muchos evangelios, “Tu fe te ha salvado”
Cristo es "nuestra paz" (Ef 2, 14), la Paz de Cristo Resucitado para todos
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Fuentes: Algunas referencias están tomados
de la Biblia Nacar-Colunga
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