DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
antigua de Internet, comenzó en el año 1998.
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25-04-2025
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Edición Nº 10.035
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Gloria. Prefacio
pascual I.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 53
El Señor hizo salir de
Egipto a su pueblo y lo llevó por un camino seguro; el mar sepultó a sus
enemigos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y
eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la
reconciliación humana concédenos manifestar en las obras lo que celebramos
con la fe. Por nuestro Señor Jesucristo. Él que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Hech 4, 1-12
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
Mientras los Apóstoles
hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de
los guardias del Templo y los saduceos, irritados de que predicaran y
anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona
de Jesús. Éstos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día
siguiente, porque ya era tarde. Muchos de los que habían escuchado la
Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los
hombres, se elevó a unos cinco mil. Al día siguiente, se reunieron en
Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, con Anás,
el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las
familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a los Apóstoles y los
interrogaron: « ¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?».
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que
hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue
sanado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí
sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de
Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.
Él es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado
a ser la piedra angular. Porque en ningún otro existe la salvación, ni hay
bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos
salvarnos».
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: La
curación del paralítico y la predicación sobre Jesús lleva a los apóstoles
a tener que comparecer ante las autoridades. La vida cristiana conlleva
riesgos. En tanto que obramos como cristianos, predicamos lo que hacemos y
hacemos lo que predicamos, encontraremos dificultades, adversidades y hasta
persecuciones.
SALMO Sal 117, 1-2. 4. 22-27
R.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
O bien: Aleluya.
Que lo diga el pueblo
de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es
eterno su amor! R.
La piedra que
desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho
por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el
Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. R.
Sálvanos, Señor,
asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y él nos
ilumina. R.
ALELUYA Sal 117, 24
Aleluya. Éste es el
día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él. Aleluya.
EVANGELIO Jn 21, 1-14
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús se apareció otra
vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban
juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de
Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo:
«Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y
subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús
estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les
dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No». Él
les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la
tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo
al que Jesús amaba dijo a Pedro: « ¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que
era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se
tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red
con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al
bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las
brasas y pan. Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban
de sacar». Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de
peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la
red no se rompió. Jesús les dijo: «Vengan a comer». Ninguno de los
discípulos se atrevía a preguntarle: « ¿Quién eres?», porque sabían que era
el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el
pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus
discípulos.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Los
discípulos retoman sus trabajos originales: van a pescar. El sentimiento de
desilusión y abandono habría sido muy fuerte. Sin embargo, en la orilla, el
Señor se presenta de un modo misterioso. Es el resucitado, pero no es fácil
reconocerlo. No hay ningún criterio humano para identificar a Jesús
resucitado, salvo el amor y la intuición del discípulo amado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, realiza en
nosotros por tu bondad, lo que significan estas ofrendas pascuales, para
que, de las alegrías y fatigas de la tierra, nos elevemos a los deseos de
los bienes del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de Pascua I.
V/. El Señor esté con
ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el
corazón.
R/. Lo tenemos
levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al
Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y
necesario.
En verdad es justo y
necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero
más que nunca en esta noche en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado.
Porque Él es el
Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra
muerte, y resucitando, restauró la vida.
Por eso, con esta
efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también
los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el
himno de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA
Cfr. Jn 21, 12-13
Dijo Jesús a sus
discípulos: «Vengan a comer». Y tomó el pan y se lo dio. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre
con amor de Padre al pueblo que has salvado, por la Pasión de tu Hijo, y
que se alegra con su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“¡Es el Señor!”
Jn 21, 1-14
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
En
el Evangelio de hoy, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas
del mar de Tiberíades. San Juan nos dice, que Jesús se apareció otra vez,
nuevamente Él quiere compartir con sus discípulos, la escena pasa en
Galilea y junto al mar de Tiberíades. Ésta fue la tercera vez que Jesús
resucitado se apareció a sus discípulos. Este Evangelio nos trae mucho
simbolismo, especialmente en torno a Pedro.
1. SIN JESÚS JUNTO A ELLOS, SE ENCONTRABAN
DESCONCERTADOS HASTA RECIBIR NUEVAS INSTRUCCIONES.
Sin decir más, san Juan sitúa a los apóstoles
en Galilea, El que los apóstoles estén en Galilea, sin decirse más, es
decir no expresa o no se dice formalmente, pero se supone una relación
histórica de la narración de san Juan con los otros evangelios, los
sinópticos. En éstos, Jesús primero les había anunciado según san Mateo
26:32; san Marcos 14:28 y luego les había ordenado por el ángel en san
Mateo 28:7-10; y san Marcos 16:7 ir a Galilea después de su resurrección,
en donde le verían. Alejados de los peligros de Jerusalén, tendrían allí el
reposo para recibir instrucciones sobre el reino por espacio de cuarenta
días.
Los apóstoles debieron de volver, de momento, a
sus antiguas ocupaciones. Sin Jesús junto a ellos, se encontraban
desconcertados hasta recibir nuevas instrucciones. Es lo que se ve en esta
escena. Pedro debió de volver a su casa de Cafarnaúm. San Juan, dice que
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná
de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos también apóstoles,
ya que allí estaban conforme a la orden del Señor de volver a Galilea.
Como nota al margen, es extraño en este pasaje
el que se diga de Natanael que era de Cana de Galilea, cuando ya antes lo
expuso, con cierta amplitud san Juan 1:44, donde dice Felipe era de
Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Su presencia entre el grupo de
los apóstoles se explicaría mejor admitiendo que también se le conoce como
Bartolomé, así le llaman los otros evangelistas. También es notorio que san
Juan, nunca había citado los hijos del Zebedeo, que son Juan y Santiago el
Mayor de esta forma, cuyo silencio y anonimato confirma la tesis de ser él
el autor del cuarto evangelio. Estas contradicciones, hace que algunos
digan que la redacción de este capítulo no es toda de san Juan.
2. VOY A PESCAR.
Pedro aparece con la iniciativa, dice el
Evangelio; Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Al anuncio de ir a pescar,
se le suman también los otros, pues ellos le respondieron: Vamos también
nosotros. Habían vuelto al trabajo. Debía de ser ya el atardecer cuando
salieron en la barca, pues aquella noche no pescaron nada. La noche era
tiempo propicio para la pesca. Salieron y subieron a la barca. Pero esa
noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los
discípulos no sabían que era él. Ellos no lo conocieron, sea por la
distancia, sea por su aspecto, como no le conoció Magdalena ni los
peregrinos de Emaús. Tal vez pensaron que era un espectador. Jesús se
expresa como quien tiene gran interés por ellos, y les habla en tono
animado. Les pregunta si tienen algo de pesca para comer. Jesús les dijo:
Muchachos, ¿tienen algo para comer? Acaso piensan en algún mercader que se
interese por la marcha de la pesca para comprarla. A su respuesta negativa,
les da el consejo Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán. Ante
el fracaso nocturno, se decidieron a seguir el consejo.
Siempre había gentes experimentadas en las
cosas del mar. En el Tiberíades también hay verdaderos. De suyo no suponía
esto un conocimiento sobrenatural. Desde la orilla, un hombre en pie puede
ver un banco de peces que no se perciben desde la barca. Echada la red, ya
no podían arrastrarla por la multitud de la pesca obtenida. Esta
sobreabundancia o plenitud es un rasgo en el que san Juan insiste en su
evangelio: tal en Cana (2:6); en el agua viva (4:14; 7:37ss); en la primera
multiplicación de los panes (6:11); en la vida abundante que da el Buen
Pastor (10:10); lo mismo que en destacar que el Espíritu había sido dado a
Jesús en plenitud (3:34).
3. LLEVA LA BARCA MAR ADENTRO Y ECHEN LAS REDES
PARA PESCAR
En el Evangelio de San Lucas, 5:4-11
encontramos este relato; Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la
barca mar adentro y echen las redes para pescar. Simón respondió: Maestro,
por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú
lo dices, echaré las redes. Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de
peces, que las redes casi se rompían. Es fácil entonces, pensar si este
relato de la pesca milagrosa de san Juan es sustancialmente el mismo de la
pesca milagrosa que relata san Lucas. La confrontación de ambos hace ver
puntos de contacto. Naturalmente que pueden ser escenas distintas. Pero
para quien conoce los usos de los evangelistas y cómo las tradiciones se
mezclan, se puede preguntar si no hay aquí una misma tradición que encontró
dos expresiones diferentes. En este caso, retocadas, o san Lucas la habría
adelantado para ponerla en función de las escenas de vocación de
discípulos, o san Juan la retrasa o la mantiene en su situación histórica,
como preludio a la importante aparición de Jesús, y destacándola con valor
histórico-simbolista.
Ante esta aparición y en aquel ambiente de la
resurrección, san Juan percibió algo, evocado acaso por la primera pesca
milagrosa (Lc 5:1-11), y al punto comprendió que aquella persona de la
orilla era el mismo Jesús. Esto fue también revelación para Pedro. El dolor
del pasado y el ímpetu de su amor” el carácter y la psicología de Pedro” le
hicieron arrojarse al mar para ir enseguida a Jesús. El peso de la pesca le
hizo ver el retraso de la maniobra para atracar, Simón Pedro oyó que era el
Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al
agua
4. SAN JUAN HACE UNA PRECISIÓN, SE CIÑÓ LA TÚNICA.
Estudiando las tradiciones de la época, dicen
que en el lago de Genesaret el agua y el aire se conservan calientes en
aquella estación del año aun durante la noche. Los pescadores suelen
quitarse los vestidos ordinarios y echarse encima una especie de túnica
ligera de pescador, sin ceñírsela con el cíngulo; de ese modo, en caso de
necesidad, están dispuestos a nadar. Los pescadores entonces no tienen
dificultad en dejar los vestidos ordinarios durante la faenas y evitan
comparecer en traje de trabajo delante de los que no son iguales a ellos.
Dice el Evangelio; que era lo único que llevaba puesto, es decir, no
completamente vestido, cuando san Juan le dijo: Es el Señor. Entonces
podemos decir, que no sólo para nadar con más seguridad, sino también por
cierto sentimiento de decencia, antes de echarse al agua se ciñó Pedro la
túnica con el cíngulo.
5. TRAIGAN ALGUNOS DE LOS PESCADOS QUE ACABAN DE
SACAR.
Los otros discípulos vinieron en la barca,
arrastrando la red cargada de pesca, ya que no estaban lejos de la costa.
Estaban como a unos 200 codos, sobre unos 90 metros. Al bajar a
tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
Pero, cuando ya están estos discípulos en tierra, Jesús les manda traer los
peces que acaban de pescar. Jesús les dijo: Traigan algunos de los pescados
que acaban de sacar.
Para esto, Pedro, espontáneamente, acaso por
ser el dueño de la barca, subió a ella y arrastró la red a tierra. Se hizo
el recuento y habían pescado 153 peces grandes. Posiblemente se quiera
decir con esto que, en el recuento global, éstas eran las mejores piezas.
Preguntándome porque San Juan es tan preciso en la cantidad, no encontré
mucha consistencia. Por eso me inclino que tiene un valor simplemente
representativo. El evangelista destaca, sin duda con este valor simbolista,
el que, con ser tantos los peces capturados, no se rompió la red.
6. JESÚS LES INVITA A COMER.
El mismo tomó el pan al que acaba de aludir, e
igualmente el pez, y les dio ambas cosas para comer. ¿Qué significan este
pan y este pez sobre esas brasas, que Jesús “milagrosamente” les preparara
y que luego les da a comer? Se piensa en que tiene un triple sentido, como
afectivo: Jesús muestra su caridad; O como apologético: Jesús quiere
demostrar con ello la realidad de su resurrección, como lo hizo en otras
ocasiones (Lc 24:41-43; Hech 1:4), en las que El mismo comió como garantía
de la verdad de su cuerpo; aquí, sin embargo, el evangelista omitió que
Jesús hubiese también comido, para destacar el aspecto simbolista; esa
comida dada por su misma mano a ellos les hacía ver la realidad del cuerpo
de Jesús. Era el mismo Jesús que había multiplicado, en otras ocasiones,
los panes y los peces, como seguramente aquí también multiplicó un pez y un
pan para alimentar a siete discípulos; como allí era realmente El quien les
daba el pan y peces que multiplicó, aquí también era realmente El mismo; y
finalmente es un sentido simbólico.
En todo esto destaca el autor que ninguno se
atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor. Era un
motivo de respeto hacía El, como ya lo habían tenido, en forma igual,
cuando hablaba con la Samaritana (Jn 4:27), máxime aquí, al encontrarse con
El resucitado y en una atmósfera distinta. Por eso no se atreven a
profundizar más el misterio
7. LA TERCERA VEZ QUE JESÚS SE APARECIÓ RESUCITADO
A SUS DISCÍPULOS
San Juan consigna que ésta fue la tercera vez
que Jesús se apareció resucitado a sus discípulos, conforme al esquema
literario del evangelio de san Juan. Las otras dos veces fue en Jerusalén,
la tarde misma de la resurrección, y la segunda, en las mismas condiciones,
a los ocho días (Jn 20:19-29).
San Juan, como he comentado, nos acusa muchos
simbolismos en sus narraciones, como por ejemplo en este capítulo, acusa en
su estructuración toda una honda evocación simbolista, especialmente en
torno a Pedro. Pedro se propone pescar. Suben a su barca otros discípulos.
El número de los pescadores que van en la barca de Pedro es de siete,
número de universalidad. Por sus solos esfuerzos nada logran en la noche de
pesca. Pero Jesús vigila desde lugar seguro por la barca de Pedro y de los
que van en ella, lo mismo que por su obra. Por eso, les dice cómo deben
pescar. El mandarles tirar la red a la derecha pudiera tener acaso un
sentido de orientación a los elegidos (Mt 25:33).
8. LA BARCA DE PEDRO SIGUE AHORA LAS INDICACIONES
DE JESÚS
Pedro es guiado por Jesús. Jesús orienta la
barca de Pedro en su tarea, en su marcha. Y entonces la pesca es
abundantísima. La Iglesia es guiada por Jesús. La red es símbolo de la del
reino (Mt 4:19 par.), de la Iglesia, como la pesca milagrosa fue ya símbolo
de la predicación de los apóstoles (Lc 5:10). Terminadas sus faenas, en
nombre de Jesús “faenas apostólicas” todos vienen a Jesús. Es a Él a quien
han de rendírsele los frutos de esta labor de apostolado.
Jesús mira por los suyos, por sus tareas y
fatigas. Pan y peces fue el alimento que El multiplicó dos veces. Él les
tiene preparado un alimento que los repara y los apostoliza. El mismo se lo
da. Evoca esto la sentencia de Jesús: Venid a mí todos los que estéis
cansados y cargados, que yo os aliviaré (Mt 11:28). El que Él lo tomó ³ se
lo dio parecería orientar simbólicamente a la eucaristía. El que esté un
pez sobre brasas indica la solicitud de Jesús por ellos al asarles así la
pesca, encuadrado también en el valor histórico-simbolista de la escena. Si
les manda traer de los peces que han pescado y unirlos al suyo, hace ver
que todo alimento apostólico se ha de unir al que Jesús dispensa (Jn
4:36-38).
Acaso también se pudiera ver un simbolismo en
la frase de no preguntarle quién era, sabiendo todos que era el Señor. En
la tarea apostólica, el apóstol sabe que Jesús está con él, lo siente y lo
ve en toda su obra. También se piensa si podría ser un rasgo simbolista el
que no pesquen nada en la noche, sino en la mañana, a la luz de Jesús.
Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le
respondieron: Vamos también nosotros. Es decir, los apóstoles siguieron a
Pedro. Pedro es la cabeza de la Iglesia, como lo fue Juan XIII y Juan Pablo
II que serán prontamente canonizados. Con gran cariño recordamos a estos
papas. La luz de Cristo se hizo presente por medio de ellos entre nosotros.
La Paz
de Cristo Resucitado
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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LA IGLESIA SERÁ
SIEMPRE MISIONERA MIENTRAS SE INTERESE POR LA SALVACIÓN DEL PRÓJIMO, A LA
LUZ DE CRISTO SALVADOR.
La seguridad de Pedro procede de la certeza interior de que Jesús es
ahora el único Salvador. Toda la Iglesia de los orígenes vive de esta
certeza, una certeza que la hace fuerte, intrépida, gozosa, misionera,
irresistible. Las grandes epopeyas misioneras se han nutrido siempre de
esta conciencia. La Iglesia será siempre misionera mientras se interese por
la salvación del prójimo, a la luz de Cristo salvador.
Nuestros tiempos no resultan demasiado fáciles a este respecto: es
preciso justamente respetar las conciencias, está el diálogo
interreligioso, es preciso promover la paz, existe la propagación de un
cierto relativismo, está la desconfianza con respecto a todo tipo de
integrismo. A pesar de todo ello, Cristo, ayer como hoy y como mañana,
sigue siendo el único Salvador. De lo que se trata es de convertir esta
certeza no en un arma contra nadie, sino en una propuesta paciente y firme,
serena y motivada, testimoniada y hablada, orada y alegre, suave y
valiente, dialogadora y confesante. En todo ambiente, en todo momento de la
vida, aun cuando parezca tiempo perdido, incluso cuando parezca fuera de
moda.
De esta certeza nace una fuerza nueva: se liberan energías. Dejamos
de tener miedo a los juicios de los hombres y nos convertimos en hombres y
mujeres interior y exteriormente libres.
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ORACION (3)
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A menudo me siento, Señor, entre dos fuegos: el respeto a las
opiniones de los otros y la necesidad de comunicar tu nombre y tu verdad. No
quisiera ofender la sensibilidad de quien está a mi lado, pero al mismo
tiempo siento la necesidad de comunicar tu nombre. No quisiera parecer un
atrasado, pero siento que sin ti se retrocede. Debo confesarme y confesarte
que estaba más seguro en el pasado: las muchas certezas apoyaban también
esta certeza de tu unicidad. Pero debo admitir asimismo que ahora, en estos
tiempos en que han venido a menos muchas certezas, siento que debo
aferrarme cada vez más a ti y arriesgarme más a reconocerlo, tanto en público
como en privado. Refuerza, Señor, mi pobre corazón, para que ponga y vuelva
a poner su centro sólo en ti como Señor y Salvador.
Concédeme una experiencia vigorosa de esta realidad para que pueda yo
decir que tú eres mi salvación y mi alegría. Concédeme una experiencia tan
incisiva que suprima en mí toda inseguridad a la hora de anunciar tu
nombre, tu nombre santo de Salvador de todos. Concédeme, Señor, la
convicción de que la Buena Nueva reiniciará su carrera en el mundo cuando
tú brilles en mi corazón y en el de tus discípulos como el Insustituible,
como el Incomparable, como el Único necesario. Concédeme esta luz para que
pueda yo iluminar este pequeño ángulo del mundo que me has confiado.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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