DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
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14-04-2025
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Edición Nº 10.024
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Lunes Santo
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 34,
1-2; 139,8
Combate, Señor a los que me
atacan, pelea contra los que me hacen guerra; toma el escudo y la armadura,
levántate y ven en mi ayuda, Señor, mi ayuda poderosa.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concede a
quienes desfallecemos a causa nuestra fragilidad, ser confortados por la
Pasión de tu único Hijo. Él que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Is 42, 1-7
Del
libro de Isaías.
Así habla el Señor: Éste es mi
Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo
he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Él
no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá
la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el
derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el
derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley. Así habla
Dios, el Señor, el que creó el cielo y lo desplegó, el que extendió la
tierra y lo que ella produce, el que da el aliento al pueblo que la habita
y el espíritu a los que caminan por ella. Yo, el Señor, te llamé en la
justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del
pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para
hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan
en las tinieblas.
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: La
Semana Santa nos ofrece la lectura de los cuatro "cantos del Siervo de
Yahvé", del libro de Isaías. Estos poemas fueron escritos en tiempo de
dolor y desesperanza, causados por el exilio. Los textos afirman, que a
pesar de todo, el Señor sigue acompañando y dando vida a su pueblo. No sólo
a Israel, sino a todas las naciones de la tierra, porque este servidor es
luz para todas las gentes. Los cristianos vemos en Jesús a este siervo, que
no actúa con violencia, no apaga lo que todavía queda de rescoldo, sino por
el contrario, con su muerte y resurrección trae luz y vida a todos.
SALMO 26, 1-3.13-14
R. El
Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi
salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién
temblaré? R.
Cuando se alzaron contra mí
los malvados para devorar mi carne, fueron ellos, mis adversarios y
enemigos, los que tropezaron y cayeron. R.
Aunque acampe contra mí un
ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra mí, no
perderé la confianza. R.
Yo creo que contemplaré la
bondad del Señor, en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé
fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.
ACLAMACIÓN
¡Salve, Rey nuestro! Sólo tú
te has compadecido de nuestros errores.
EVANGELIO Jn 12, 1-11
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Seis días antes de la Pascua,
Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí
le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió
con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó
con la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el
que lo iba a entregar, dijo: "¿Por qué no se vendió este perfume en
trescientos denarios para dárselos a los pobres?". Dijo esto, no
porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba
encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella. Jesús le
respondió: "Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de
mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me
tendrán siempre". Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró
de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para
ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes
resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de
ellos y creían en Jesús, a causa de él.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: María
amaba y admiraba a Jesús y lo manifestó con el gesto de lavarle los pies
derrochando un frasco de perfume. Ella realizó el gesto que luego usó el
Maestro para expresar el amor en el servicio: ponerse a los pies, lavar y
secar. Pero María no usó agua, sino perfume. Su amor no era calculador,
entregaba todo y se expresaba ella en este gesto. Ella puso todo su cuidado
en el cuerpo del Maestro, ese cuerpo que pronto conoció la oscuridad del
sepulcro.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los sagrados
misterios que celebramos, y los que tu amor providente instituyó para
destruir nuestro pecado, produzca en nosotros frutos de vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR, II
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 101, 3
No me ocultes tu rostro,
Señor, el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco,
escúchame en seguida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Visita a tu pueblo; Padre, y
protege a quienes has santificado por estos sagrados misterios, para que
conserven los auxilios de la salvación eterna que han recibido de tu
misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“A
los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”
Jn
12, 1-11
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
“UNGIÓ CON ÉL LOS PIES DE JESÚS Y LOS
SECÓ CON SUS CABELLOS”.
Seis
días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, San Juan sitúa con
precisión cronológica esta escena, así es como dice: “fue seis días antes
de la Pascua”. Sin embargo los Evangelios sinópticos no la sitúan
cronológicamente. La narran en un contexto en el que se dice que dentro de
dos días es la Pascua (San Mateo 26:2; San Marcos 14:1). Pero es debido a
que los sinópticos la incrustan en un contexto lógico por razón de la
muerte inminente de Jesús, que se anuncia en los versículos anteriores, lo
mismo que por la venta que de Él hace Judas, y que es narrada
inmediatamente después de este episodio.
Habría
que preguntarse, ¿Dónde fue esta cena? San Juan dice solo: “donde estaba
Lázaro”, que no es decir en casa de Lázaro. Para Mateo y Marcos, fue
en casa de Simón el leproso: En este
Evangelio, pensando en las personas centrales que le interesan — Jesús,
Marta, María, Lázaro, Judas — viene a producir lo que se llama un espejismo
literario, como si la cena fuese en casa de Lázaro, que estaba en Betania y
a quien Jesús había resucitado, y allí
en Betania, le dieron una cena. De ser en casa de Lázaro, lo lógico
era decir que se la dieron en casa de Lázaro; pero sólo dice que “allí” en
Betania, estaba Lázaro.
En
cambio, se dice que; Lázaro era uno de los comensales, seguramente como era
la costumbre era uno de los que estaban reclinados (a la mesa) con él.
Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Seguramente era un invitado
especial a esta cena donde también se habían invitado a otros amigos. Jesús
se debe haber sentado a la mesa donde habrían otros comensales, sumemos a
esto la mujeres de la cocina y los sirvientes. Es decir había muchos
testigos de esta escena cuando María se presentó con un frasco de perfume.
Mientras
los Evangelio sinópticos hacen el relato diciendo que María derramó el
ungüento sobre la cabeza de Jesús, sin más, san Juan, omitiendo esto,
destaca precisamente que derramó este perfume sobre los pies de Jesús:
“ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos”.
2.
PRESENTARSE A LOS PIES DE JESÚS
En
el relato de san Lucas, (7:38-44-46), dice que una pecadora colocándose
detrás de Jesús, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus
lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con
perfume. Aquí, María no lava los
pies de Jesús con sus lágrimas — pues la cortesía había ofrecido ya agua
para lavarse, costumbre había de ofrecer lavar los pies a los caminantes,
pero si dice que “tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho
precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos”. Este
rasgo es, más que extraordinario, extraño. Ungir la cabeza era una práctica
común, pero la unción de los pies era desconocida; limpiar el ungüento con
los cabellos resultaría, al menos, desacostumbrado; además, una mujer judía
respetable difícilmente habría comparecido en público con el cabello
suelto.
Estamos
frente a un hecho que hoy tendría una resonancia y divulgación tendenciosa,
alguien podría decir, sobre la libertad de que se tomara de presentarse a
los pies de Jesús con un frasco de
perfume, ungir sus pies y secarlos con los cabellos Esta actitud de María
debe haber causado asombro no solo de los anfitriones, también de los
invitados, que seguramente al verla se estaban escandalizando, y muy
asombrados por el comportamiento tan respetuoso y amoroso de Jesús con
ella.
La
razón de esto es, es muy simbolista además de excepcional. Cuando Lázaro
resucita, sale del sepulcro ligados
con vendas los pies y las manos, y el rostro envuelto en un sudario (San
Juan 11:44). Pero estas vendas que ataban a Lázaro estaban impregnadas en
los perfumes mortuorios (San Juan 19:39-40). Así, San Juan, al destacar
sólo este rasgo excepcional, evocaba mejor, típicamente, la interpretación
funeral que de aquella acción iba a dar el mismo Jesús que le respondió:
“Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura”.
3.
MARÍA, DEMOSTRÓ LA DELICADEZA DE SU
AMOR AL MAESTRO.
Parecería
que María había oído alguna vez la proximidad de su muerte y habría
comprado aquel perfume para emplearlo en el embalsamamiento judío del
cuerpo del Señor. Pero no es éste el sentido. Habría que suponer muchas
cosas. El espíritu del relato es otro, y con él coincide lo que dicen los
sinópticos.
San
Marcos lo precisa: ella se adelantó a perfumar mi cuerpo para la sepultura
(San Marcos 14:8; cf. San Mateo 26:12).
Este
perfume que María tenía, al emplearlo así en Jesús, por deferencia, cuya
muerte era inminente, vino, sin saberlo, como acaece en otros episodios del
evangelio de San Juan (11:51; 19:24), a cumplir un rito simbólico que, si
era homenaje a Jesús, venía a evocar y a ser una anticipación del
embalsamamiento que harían de su cuerpo después de su muerte. Es un trozo
más del valor histórico-simbolista del evangelio de San Juan.
María,
demostró la delicadeza de su amor al Maestro. Los hizo a su modo, porque
entonces solo se solía en señal de respeto ungir la cabeza de los
huéspedes, así se destacaba su distinción como invitados. María elige la
esencia más cara, la más pura y costosa para ungir los pies de Jesús. La
ofrenda de María es total, no se reserva ninguna gota del perfume para
ella.
Después
de relatarse esta escena, San Juan añade: “La casa se impregnó con la
fragancia del perfume”. Si con ello se quiere destacar la intensidad,
pureza y valor de aquel perfume acaso pudiera también tener ello un valor
simbolista. Podría aludir a lo que recogen San Mateo-San Marcos sobre la
divulgación de aquella acción, y que estaba en el ambiente de la tradición
cristiana primitiva: donde se predique este evangelio, en todo el mundo, se
dirá también lo que ella ha hecho, para su memoria (San Mateo 26:23; San
Marcos 14, 9).
Seguramente
María sentía la mirada de Judas, pero al mismo tiempo la sedante, amorosa y
pacificadora de Jesús. Este hecho demuestra que todo hombre o mujer puede
acercarse con confianza a Jesús: Todos y especialmente los pecadores son
bien recibidos por Jesús.
Al
ver que Jesús se deja tocar por la mujer, los comensales no se atreven a
criticarlo de viva voz, excepto Judas.
4.
“A LOS POBRES LOS TIENEN SIEMPRE CON
USTEDES, PERO A MÍ NO ME TENDRÁN SIEMPRE”
Los
Evangelios sinópticos dicen que, ante esta acción, los discípulos
protestaron, porque se podía haber vendido este perfume y haber dado su
importe a los pobres. Pero San Juan matiza y pone en evidencia que fue
Judas, pues así dice: “Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo
iba a entregar, dijo: ¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos
denarios para dárselos a los pobres?” Entonces destaca que él (Judas) fue
el iniciador o el más fuerte objetante a esto, y al que luego, ingenua e
incautamente, se le habían unido algunos discípulos. Y San Juan declara que
el motivo es que Judas era ladrón, que robaba de la pequeña caja del
colegio apostólico diciendo: “Dijo esto, no porque se interesaba por los
pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común”.
Pero
a ello le respondió Jesús con la frase;
“A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me
tendrán siempre”. Esta expresión no tiene un valor profético. Es un
enunciado de tipo “sapiencial” y teniendo en cuenta el curso ordinario de
las cosas. Es lo que se leía con esta misma perspectiva en la Ley: Nunca
dejará de haber pobres en la tierra (Dt 15:11). Y en los escritos rabínicos
se lee que, en los días del Mesías, siempre habrá pobres.
Esta
frase de Jesús, es un llamado a comprometerse con los pobres y los
necesitados. La vida de Jesús, nace en un humilde pesebre y llega a su
máxima expresión de pobreza en su Pasión y Muerte. Para Jesús, a los pobres
siempre se les debe dar una atención especial y preferencial. Nuestro
compromiso con Cristo, nos debe hacer considerar esta misma preferencia.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA
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ES DECISIVO RECONOCER Y ACOGER EL AMOR QUE ÉL DA,
EL AMOR QUE ÉL ES
También se nos invita a
la cena de Betania para estar con Jesús en esa atmósfera cálida de afecto y
amistad. Permanecemos en esa casa acogedora para afianzar nuestro
seguimiento de Jesús: un camino de salvación, de la muerte a la vida, como
le sucedió a Lázaro, o de activa solicitud que se convierte en servicio
cotidiano al Maestro y a los suyos, como Marta. Un camino de amor, de
adoración, que dilata día tras día el corazón, o quizás de reservas,
resistencias y cálculos cada vez más mezquinos que acaban ahogándonos en la
avaricia: María y Judas, ambos discípulos del Señor, se nos presentan como
ejemplos-límite.
El estar con Jesús,
escuchar su Palabra, compartir con él la existencia, no es todavía lo que
decide nuestra meta y los pasos para lograrla. Es decisivo reconocer y
acoger el amor que él da, el Amor que él es. Judas no lo acogió, por eso
condena el "derroche" de María, haciendo sus cuentas con el
pretexto de los pobres... María ha hecho de ese amor su vida; el centro de
gravedad que la saca fuera de sí misma sin cálculos, sin razonamientos; con
intuición muy precisa y luminosa, se ha quedado con lo esencial: con el
pobre Jesús que da todo.
María no puede esperar,
y quiere imitar, con el símbolo de un gesto, a su Maestro: derrama sobre
esos pies que le han abierto el camino de una plenitud inesperada de amor
-ahora en el tiempo y, lo cree firmemente, también en la eternidad- el
nardo preciosísimo guardado con cuidado, imagen de una vida totalmente
derramada en la caridad. "Y toda la casa se llenó de la fragancia del
perfume."
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ORACION
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Señor Jesús, Hijo de Dios, que has
venido al mundo para ser el hombre más familiar de nuestra casa, ven esta
tarde y todas las tardes a compartir con nosotros la cena de los amigos.
Haz de cada uno de nosotros tu Betania perfumada de nardo, donde los íntimos
secretos de tu corazón encuentren el camino silencioso de nuestro corazón,
para que podamos vivir contigo la hora suprema del amor y decirte, con un
gesto de pura adoración, cómo queremos -porque tú mismo lo has hecho por
nosotros- vivir tu vida y morir tu muerte. Amén.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago
de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo
y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este
servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad
Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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