MISA
DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
Página de PEDRO
SERGIO ANTONIO DONOSO BRANT,
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09-02-2025
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Edición Nº 9.960
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Domingo
V Semana T.O
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“NO TEMAS, DE AHORA EN ADELANTE SERÁS PESCADOR DE
HOMBRES”.
La
grandeza de Pedro en este pasaje evangélico consiste en no fiarse de sí
mismo, de su propio juicio, de su «experiencia».
Humanamente hablando, como pescador experimentado, tenía razones de sobra
para oponerse a la orden de Jesús: “Maestro, hemos trabajado la noche
entera y no hemos sacado nada”, sin embargo, deja sus conocimientos
y su experiencia a un lado para apoyarse en la palabra de Jesús, “pero
si Tú lo dices, echaré las redes”. Muchas dificultades en nuestra
vida de fe provienen de aquí: nos aferramos a nuestras «experiencias», muchas veces mal hechas, en lugar de fiarnos
pura y simplemente de la palabra de Cristo.
Es
precisamente este salto de fe el que capacita a Pedro para colaborar
eficazmente con Cristo. Primero ha tenido que pasar por la experiencia de
un fracaso: a pesar de muchos esfuerzos,
“no han sacado nada”. Y desde esa experiencia de su pobreza
puede abrirse a recibir una gran redada, una pesca abundante, pero como
don, como gracia. Sólo así Jesús puede decirle: “No temas, de ahora en
adelante serás pescador de hombres”. .
Y
es que para colaborar con Cristo en su misión y en su tarea no bastan las
cualidades humanas. Para ser instrumento de Cristo y de su obra hace falta «perder pie» y caminar en la fe,
apoyado en la humildad. Es también está la experiencia de Pedro –“Aléjate
de mí, Señor, porque soy un pecador”–, que va unida al asombro por
la grandeza de Cristo y por su capacidad de realizar acciones que
sobrepasan infinitamente las posibilidades humanas.
Para ver la Reflexión completa de las 3 lecturas y el salmo de la
Liturgia de este domingo pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE DIOS
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I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 94, 6-7
Vengan, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el
Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios.
ACTO
PENITENCIAL
·
Tú, que eres nuestra fuerza. Señor, ten piedad
·
Tú, que eres nuestra esperanza. Cristo, ten
piedad
·
Tú, que nos das tu alegría y tu paz. Señor, ten
piedad
SE
DICE GLORIA A DIOS.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén. Se dice Gloria
ORACIÓN
COLECTA
Dios nuestro, cuida a tu familia con incansable bondad, y, ya que
sólo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela siempre con tu protección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA Is 6, 1-8
Los israelitas, desde
los tiempos del desierto, guardaban la creencia en espíritus buenos y
malos. Algunos de ellos se mostraban en forma de serpientes ardientes. Aquí
el Señor se manifiesta rodeado de serafines con rostro humano. Isaías
recibe su misión: Será el portavoz del Señor. Sin embargo, el pueblo en vez
de creer, se endurecerá.
Lectura del libro de Isaías.
El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un
trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos
serafines estaban de pie por encima de Él. Cada uno tenía seis alas. Y uno
gritaba hacia el otro: «Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos!
Toda la tierra está llena de su gloria». Los fundamentos de los umbrales
temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: «Ay de
mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en
medio de un pueblo de labios impuros; y mis ojos han visto al Rey, el Señor
de los ejércitos!» Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano
una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Elle hizo
tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido
borrada y tu pecado ha sido expiado». Yo oí la voz del Señor que decía: «
¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?» Yo respondí: «Aquí estoy:
envíame!»
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 137, 1-5.7-8
El Salmo 137, que hace eco al texto de la vocación de Isaías, nos
convida a celebrar, nosotros también, la trascendencia y la cercanía del
Dios vivo.
R. Te cantaré, Señor, en presencia de los
ángeles.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras
de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles y me postraré ante tu
santo Templo. R.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. Me respondiste
cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R.
Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu
boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es
grande. R.
Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es
eterno, Señor, no abandones la obra de tus manos! R.
SEGUNDA
LECTURA 1 Cor 15, 1-11
San Pablo recuerda a
sus discípulos el conocimiento único que hace feliz a la humanidad: Cristo
resucitado, es el corazón del mensaje cristiano. No se trata de un cuento o
de una novela, sino de un acontecimiento plasmado en la historia de la
humanidad. Algunos piensan que todo termina con la muerte, por eso hay que
con formarse con el momento presente. Sin la resurrección futura, la vida
no tendría sentido.
Lectura de la primera carta del Apóstol san
Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que
ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados,
si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído
en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí:
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue
sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se
apareció a Cefas y después a los Doce. Luego se apareció a más de
quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún,
y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y a todos los
Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto
de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera
merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en
mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo,
sino la gracia de Dios que está conmigo. En resumen, tanto ellos como yo,
predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído.
Palabra de Dios.
ALELUYA
Mt 4,19
Aleluya. “Síganme, y Yo los haré
pescadores de hombres”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Lc 5, 1-11
En el bien conocido
relato de la pesca milagrosa, Jesús dirige su primer llamado a Pedro y a
los demás. Hasta el momento, ellos habían sido discípulos lejanos del
Maestro. Pero desde ahora, después de haber descubierto el poder de su
Palabra, están preparados para seguirlo más de cerca. Por eso, dejaron todo
y lo siguieron.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Lucas.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús
para escuchar la Palabra de Dios, y Él estaba de pie a la orilla del lago
de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los
pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una
de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la
orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando
terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón
le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado
nada, pero si Tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron
tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces
hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a
ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se
hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo:
«Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador. El temor se había apoderado
de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían
recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo,
compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en
adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla
y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a
los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de
los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la
vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Señor, eterno es tu amor, (Sal 137,8) no cese la labor de tus manos
en medio de tu Iglesia.
Escucha nuestra oración.
·
Tu santidad, Dios nuestro, llena toda la tierra.
(Is 6,3), Pero, Tú, Señor, quieres que llene primero nuestra vida. ¡Haz que
cada una de nuestras jornadas te dé gloria!
·
Tú preguntas: ¿Quién será nuestro mensajero?
(Is, 6,8), Pero Tú, Señor, nos llamas a todos a dar testimonio de tu
Evangelio. Concédenos ser fieles en este testimonio.
·
Tú estableces algunos de entre nosotros como
“pescadores de hombres” (Lc 5,10), para echar la red de tu Palabra.
Guárdalos en el gozo de tu servicio.
Señor, extiende tu mano para salvarnos. No abandones la obra de tu
amor. El poder de tu amor lo ha hecho todo por nosotros (Sal 137,8), por
medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador y nuestro hermano.
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra para
sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en
sacramento de Vida Eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
DOMINICAL DURANTE EL AÑO
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que
estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que
dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en
cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cfr. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en
favor de los hombres, porque El sació a los que sufrían sed y colmó de
bienes a los hambrientos.
O
bien: Mt 5, 4.6
Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que
tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo cáliz,
concédenos vivir de tal manera que, unidos en Cristo, demos fruto con
alegría para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV. RITO DE CONCLUSION
BENDICION
Canto
final
|
REFLEXIÓN
BÍBLICA
|
"No
temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres"
Lc
5, 1-11
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
SE AMONTONABA ALREDEDOR DE EL PARA
ESCUCHAR SU PALABRA
Estando Jesús de pie a la orilla del lago de
Genesaret, la multitud se amontonaba alrededor de El para escuchar su Palabra,
mensaje de verdad, de vida y esperanza, es por ese motivo que las gentes se
apresuraba a oírla. Podemos suponer que las gentes buscaban la posibilidad
de conseguir algo, de ver u oír algo nuevo, pero no solo eso es lo que ha
levantado expectativas en el pueblo que se agrupa a su alrededor, la
Palabra de Jesús seduce, cautiva, encanta, hay entonces gran interés para
escuchar su mensaje.
En efecto la gente estaba ansiosa de oír la
Palabra de Dios, ellos tenían hambre, sed de justicia y hambre de la
Palabra. En este párrafo del Evangelio, se dice lo que se hace, pero no se
dice cuál es la enseñanza especifica de Jesús a las gentes que se agrupaban
junto a Él. Pero fijémonos en esta expresión: algunas versiones de este
Evangelio, dicen que la gente se agolpaba, otras que se amontonaban, ambas
son sinónimos de aglomerar o acumular, su Palabra entonces era
absolutamente atractiva. Así es, como la gente rodea de tal forma a Jesús,
que no le deja moverse libremente. “Entonces desde allí vio dos barcas
junto a la orilla del lago”; los pescadores habían bajado y estaban
limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón
(Pedro), y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó,
y enseñaba a la multitud desde la barca.
2.
"NAVEGA MAR ADENTRO, Y ECHEN LAS
REDES"
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega
mar adentro, y echen las redes". Con estos hechos aprendemos
cómo Pedro llega a ser el discípulo que es de Jesús, como ha sido elegido,
como Jesús le confía el ministerio y como lo llama para que lo siga. En
efecto, Jesús le está encargando a Pedro su misión de discípulo, y es un
cometido de tipo universal, no solo debe pescar gente de su misma
nacionalidad, en este caso pescar “israelitas”, sino “personas” de todos
los orígenes y razas, lo que constituirá el nuevo pueblo de Dios, que
estará integrado por judíos y paganos, y así sucederá con el tiempo, como
ocurrió en esta pesca, abundante.
Simón le respondió: "Maestro, hemos
trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices,
echaré las redes". En efecto Jesús es el líder, él tiene el
primer puesto, El dirige, Él tiene influencia sobre todos, Él sirve y
entrega. Cuando las cosas se hacen sin la dirección de Jesús son distintas,
como lo que le sucedió a Pedro y a su grupo, que se había pasado toda la
noche trabajando mucho y afanosamente, pero sin embargo no habían pescado
nada, pero cuando las cosas se hacen como señala Jesús, todo cambia.
Importante lo que hace Pedro, inmediatamente acoge la petición del Señor, y
puestos a la obra, “así lo hicieron, y sacaron tal cantidad
de peces, que las redes estaban a punto de romperse”.
Siguiendo la orden de Jesús, el resultado es una
pesca abundante a pesar de no ser la hora apropiada; tan abundante que
tuvieron que hacer señas a los compañeros de la otra barca para que fueran
a ayudarlos. Ellos acudieron, y “llenaron tanto las dos barcas, que casi
se hundían”.
3.
ADENTRO DE NOSOTROS, EN NUESTRAS
PROFUNDIDADES, EN NUESTRA INTIMIDAD
Seguro que cuando Pedro hecho las redes al mar, a
pesar de que durante la noche no había pescado, lo hizo con fe en su
Maestro, así aprendemos que siempre debemos echar las redes en nombre de
Jesús, siempre confiados en su palabra.
El navegar mar adentro, también es adentro de
nosotros, en nuestras profundidades, en nuestra intimidad, en nuestro
corazón, morada del Señor, fuera de todo bullicio, para oír solo a Dios. En
el silencio para oírlo plenamente. Porque cuando el corazón esta despojado
de todo, está mejor preparado para darle cabida a Dios. En la abstracción o
separación de toda la realidad que nos rodea menos lo que es de Dios, el
alma queda en sus mejores condiciones, y solo así es cuando podemos oír la
Palabra del Señor.
4.
CON JESÚS Y BAJO SU DIRECCIÓN, LAS
REDES SE LLENAN EN ABUNDANCIA.
¿Estamos preparados para echar las redes al mar?
Cuando hemos remado mar adentro, cuando hemos sido capaces de penetrar en
la soledad de nuestro interior, esa es la hora de echar las redes. Cuando
nuestro corazón ha penetrado en nosotros mismos, es entonces cuando
trabajamos con Cristo y echamos las redes en su nombre. Sin Él, nos
fatigaremos inútilmente, sin frutos, si pescar lo que deseamos, pero con
Jesús y bajo su dirección, las redes se llenan en abundancia.
5.
"NO TEMAS, DE AHORA EN ADELANTE
SERÁS PESCADOR DE HOMBRES".
Así fue, como al ver este resultado abundante,
bajo la orientación del Señor, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le
dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El
temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad
de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan,
hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No
temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres".
Entonces, ellos atracaron las barcas a la orilla
y, “abandonándolo todo, lo siguieron”. La parábola en acción
de la pesca milagrosa le dice a Pedro y a los otros lo que va a ser su vida
apostólica en adelante en nombre de Jesucristo. Y no sólo Pedro, sino el
que los otros lo dejaron todo, es la vocación que aquí late en todo el
fondo del pasaje, y porque no relata que dejando todas las cosas, no sólo
se fueron con El, sino que mucho más: lo “siguieron”. La llamada fue
eficaz. Aquel día tomó Cristo definitivamente sus cuatro primeros
discípulos.
6.
HAY QUE HACERLO TODO POR EL SEÑOR,
SOLO EL DA SENTIDO A NUESTRAS OBRAS.
Ser discípulo implica, llegado el caso, “dejarlo
todo”. Puesto que los discípulos se hacen miembros de una comunidad guiada
por Jesús, las personas llamadas al discipulado tienen que estar preparadas
para abandonar sus cosas y no separarse de Jesús, vivir estrechamente
unidos a Él, todo cambia con El, eso fue lo que le ocurrió a Pedro, echo
las redes en nombre de Jesús y pesco en abundancia.
Jesús nos quiere ver a su lado, pero no para ser
visto por los hombres, sino para ser visto por Dios, para agradar a Dios, y
para hacernos saber cómo trabajar para que los demás se salven.
Pero hay que hacerlo todo por el Señor, solo El
da sentido a nuestras obras. Trabajemos con Jesús, en la oración y la
contemplación, Él nos dirá dónde y cómo echar las redes, porque así como
las gentes se agolpaban para oír al Señor, es necesario que nosotros
oigamos y la meditemos la Palabra de Dios para saberla como transmitirla y
para que nuestra pesca sea fructífera
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
“LO QUE AGRADA A DIOS EN MI PEQUEÑA ALMA ES LA CONFIANZA CIEGA QUE
TENGO EN SU MISERICORDIA” (Santa Teresita de Lisieux).
Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Jesús se fija en nosotros/as, su palabra
nos elige. Jesús nos invita a remar hacia lo más íntimo del corazón. Sin
interioridad y verdad no hay posibilidad de persona nueva y de nueva
creación. Quiere que crucemos el umbral que nos separa de nosotros mismos.
Orar es dejar entrar a Jesús en nuestra vida y que actúe en ella. Entra en
mi barca, Señor. Contigo, todo puede cambiar en mi vida. Tú eres el camino
y la verdad de mi vida.
Nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada. Ir más allá. Orar es ir más allá de
nuestras experiencias limitadas de la realidad. La nada no es el final,
puede ser el comienzo de lo inesperado de Dios. Gracias a Jesús, nuestro
pecado puede convertirse en espacio de intimidad, nuestras frustraciones y
fracasos en plenitud alborozada, nuestras manos desalentadas en manos
capaces de sembrar semilla en el campo. Pero “somos tan caros y tan tardíos
de darnos del todo a Dios… que no acabamos de disponernos” (Santa Teresa)
para que Dios haga maravillas. Más allá de mi debilidad está tu fuerza,
Señor; más allá de mi nada, tu amor.
Por tu palabra, echaré las redes. ¿Cómo ir más allá de los datos, tan
cargados de desconfianza, que la realidad nos aporta? ¿Cómo dejar fuera el
escepticismo? El mediodía no es tiempo de pesca y la noche ha sido estéril,
pero la palabra de Jesús rompe nuestras lógicas y abre a la sorpresa; tiene
poder de transformar, de dar un sentido nuevo a la vida. Orar es confiar,
es entrar sin miedo en un abandono confiado, es hacer un silencio grande
para oír la voz poderosa de Jesús, que llama a lo que no es para que sea.
Tu palabra le abre futuro a mi vida. Confío en ti.
Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. No es fácil convivir con Jesús cuando
somos tan distintos, pero Él nos sorprende y, sobre nuestra vulnerabilidad,
construye el misterio de la Iglesia. Ocultando la verdad de lo que somos,
no crecemos por dentro y se acobarda el ánimo para todo lo bueno. Someto mi
vida a la luz de tu presencia, Señor. Te confieso mi pecado y Tú me
confiesas tu amor.
Y, dejándolo todo, lo siguieron. ¡Qué sorprendentes son los caminos de
Jesús! Él nos guía hasta poder decirle: “Aquí estoy, envíame”. ¡Qué locura
de amor la de Jesús! El seguimiento brota de la gratitud ante la
misericordia entrañable de Jesús que nos ha querido a su lado. “Si no conocemos
que recibimos, no despertamos a amar” (Santa Teresa). Sí, Jesús, voy a Ti.
Envíame si Tú quieres. Sea lo que sea, te doy las gracias.
|
ORACION (3)
|
Pidamos a la Santísima Virgen, que en su
vida terrena transcurrió más años con su Hijo que sin Él, que sepamos
crecer en la familiaridad con Cristo, en este cotidiano contacto con Él,
por medio de una mirada atenta a la realidad, por medio de la oración constante.
Que sepamos fijarnos en este “pero” que entró en el mundo, para no dejarlo
jamás. Y unidos a él, unidos a Pedro, decimos también nosotros hoy y
siempre: «Fiat mihi secundum verbum tuum – Señor, que se haga en mí según
tu palabra», «Señor, en tu nombre echaré las redes». Amén.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Pagina de
la Misa Diaria,
esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde
Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor
Jesucristo y por la
Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse
este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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