MISA
DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS
"La Eucaristía es
fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
26 años en Internet
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina
y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó en el año 1998
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08-01-2025
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Edición Nº 9.928
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LITURGIA DE LAS HORAS
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PREFACIO DE EPIFANÍA.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 117,
26-27
Bendito el que viene
en nombre del Señor. El Señor es Dios, él nos ilumina.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tu Hijo unigénito
se ha manifestado en la realidad de nuestra carne; ya que lo reconocemos
semejante a nosotros exteriormente concédenos que él nos transforme
interiormente. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 1Jn 4, 7-10
Lectura
de la primera carta de san Juan.
Queridos míos,
amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama
ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único
al mundo, para que tuviéramos vida por medio de él. Y este amor no consiste
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y
envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: ¿Cómo podremos amarnos entre nosotros como
Cristo nos amó? Esto sólo es posible porque él nos amó primero. Dejémonos
inundar de ese amor que el Padre y Cristo nos regalan, y así podremos
amarnos entre nosotros.
SALMO Sal 71, 1-4ab. 7-8
R.
¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!
Concede, Señor, tu
justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a
tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas
traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; que él defienda a los
humildes del pueblo, socorran a los hijos de los pobres. R.
Que en sus días
florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de
un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
ALELUYA Lc 4, 18
Aleluya.
El
Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la
liberación a los cautivos. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 34-44
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús vio una gran
muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y
estuvo enseñándoles largo rato. Como se había hecho tarde, sus discípulos
se acercaron y le dijeron: -Éste es un lugar desierto, y ya es muy tarde.
Despide a la gente, para que vaya a los campos y poblaciones cercanos a
comprar algo para comer-. Él respondió: -Denles de comer ustedes mismos-.
Ellos le dijeron: -¿Tendríamos que ir a comprar doscientos denarios de pan
para dar de comer a todos?-. Jesús preguntó: -¿Cuántos panes tienen
ustedes? Vayan a ver-. Después de averiguarlo, dijeron: -Cinco panes y dos
pescados--. Él les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la
hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos
al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a
sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos
pescados entre la gente. Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron
doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que
comieron eran cinco mil hombres.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: Los
discípulos comparten la misión de Jesús, por lo que les corresponde a ellos
aprender a saciar el hambre y la sed del desvalido mediante los cinco panes
y los dos peces, signos del amor fraterno que se comparte entre hermanos,
como Jesús, imagen del Padre, que se reparte para la salvación del mundo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta con bondad,
Señor las ofrendas de tu pueblo, y por este sacramento celestial, haz que
se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Ef 2,
4; Rom 8, 3
Dios, por el gran amor
con que nos amó, envió a su propio Hijo, en una carne semejante a la del
pecado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Señor Dios, que sales
a nuestro encuentro en la participación de la Eucaristía, obra en nuestros
corazones su poderosa eficacia, para que al recibirla, nos hagas cada día
más dignos del don que nos haces. Por Jesucristo nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Denles de comer ustedes mismos”
San Marcos 6, 34-44:
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.
PORQUE
ERAN COMO OVEJAS SIN PASTOR
Al
desembarcar vio Jesús una gran muchedumbre y se compadeció de ellos, “porque eran como ovejas sin
pastor.” Esta expresión aparece en el ambiente bíblico (Núm 27:17;
1 Re 22:27; 2 Par 18:16; Ex 34:5). Pero este pasaje, puesto en el
evangelio, tiene, sin duda, una evocación de valor mesiánico. En el Antiguo
Testamento, el pueblo había sido comparado a un rebaño, y el Mesías al
pastor. Dios dice en Ezequiel: “Suscitaré para ellos un pastor único, que
las apacentará. Mi siervo David (el Mesías), él las apacentará, él será su
pastor” (Ez 34:23). Y Cristo, en la última Cena, se identificó con el
pastor, y los apóstoles — pueblo — con el rebaño, conforme a la profecía de
Zacarías (Zac 13:7). Y se proclamó el Buen Pastor (Jn 10:11ss).
2.
JESÚS
SE COMPADECE DE LOS HOMBRES
Jesús
se nos muestra en todos los Evangelios, como la expresión plena del amor
por los hombres. Su carácter está lleno de sentimientos por todos y cada
uno de los hijos de Dios. El siente una profunda pena y lástima por la
desgracia o por el sufrimiento ajeno. El nunca deja de conmoverse, siempre
nos enseña esa natural inclinación a compadecerse y mostrarse comprensivo
ante las miserias y sufrimientos, siempre motivado por un auténtico
sentimiento de afecto, cariño y solidaridad, como lo hace ahora hacia aquella
gente que estaba cansada y hambrienta, por querer estar en su compañía, es
así como sintió una gran compasión y les estuvo regalando sus bellas
enseñanzas por largo rato.
3.
EL
SEÑOR, ESPERA DE NOSOTROS, UN CORAZÓN COMPASIVO
Dios,
tiene una gran ilusión con todos nosotros, esta es que tengamos la manera
de ser con todos sus hijos como la que tuvo Jesús con sus hermanos, que
siempre se preocupó de ellos incluso hasta de la necesidad del descanso. El
corazón de un apóstol, no puede permanecer
indiferente ante las necesidades de sus hermanos, sean estas espirituales o
de otra índole. Sepamos como Jesús, mirar alrededor nuestro y veremos que
hay mucho que necesitan oír una palabra de esperanza y que les hablemos del
amor del Padre.
El
Señor, espera de nosotros, un corazón compasivo, no dejemos de acudir en
auxilio del que necesita, no dejemos de ayudar a los más necesitados por
largo rato.
4.
LOS DISCÍPULOS ESTÁN PREOCUPADOS
Marcos
relata: “Como se
había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: -Éste es un
lugar desierto, y ya es muy tarde.”. Los discípulos están
preocupados, lo que había llevado como provisiones, no era suficiente para
tanta gente. La enseñanza que impartía de Jesús debe haber sido cautivante,
se había quedado más tiempo de lo considerado y se habían agotado los
víveres. Entonces los discípulos le dicen al Señor: “Despide a la
gente, para que vaya a los campos y poblaciones cercanos a comprar algo
para comer” Pero Jesús les contestó: “Denles de
comer ustedes mismos”. Ellos le explicaron al Señor que tenían solo cinco
panes y dos pescados. El Corazón de Jesús, siempre está dispuesto a dar una
solución y no titubea en recurrir a lo que Él puede hacer, para ir en ayuda
a tanta gente hambrienta. Jesús se preocupa del pan material para las
gentes, pero él sabe que también los hombres sienten hambre de Dios, las
dos hambres que experimenta el hombre y los dos son urgentes de atender.
5.
MANDÓ QUE LA GENTE SE RECOSTARA EN LA HIERBA.
Luego
mandó que la gente se recostara en la hierba. “Entonces él
tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo,
pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus
discípulos para que los distribuyeran”
Jesús
elevó los ojos al cielo. Este gesto de Jesús era frecuente en su oración.
En cambio, no era usual en las costumbres rabínicas, porque se
decía: “La regla es que el que ora ha de tener los ojos bajos y el corazón elevado al cielo.”
Jesús no enseña nuevamente que todo viene del Padre, Él está con su corazón
en ese momento en la tierra, pero levanta los ojos al cielo, enseñándonos que es allí donde debemos
mirar, porque todo viene de Dios y todo nos debe llevar a Dios. También el
relato nos dice que: pronunció una bendición. Jesús sigue la tradición
judía. La costumbre rabínica había establecido que no se comiese o bebiese sin
bendecir los alimentos, pues equivalía a un pecado de infidelidad.
6.
PARTIÓ LOS PANES Y SE LOS DIO A LOS DISCÍPULOS
También
relata Marcos que: “partió los panes y los fue
entregando a sus discípulos para que los distribuyeran”. El
milagro se hizo en las manos de Jesús, y se puede suponer que se fue
multiplicando en las manos de los discípulos, porque de lo contrario
hubiese sido incesante e inacabable ir y venir a Jesús. Entonces, Jesús no
sació directamente el hambre, lo hace a través de sus discípulos, es así
como les dios a ellos los panes y estos a las gentes.
Así
han de ser los apóstoles de hoy, en ningún caso indiferente a las
necesidades de los demás, siempre dispuestos a atender y acudir en la ayuda
de los necesitados, con generosidad y sin pensar muchas veces en el
descanso, porque esto se hace por el amor a Cristo, por amor al Padre Bueno
y a todos sus hermanos.
Los apóstoles le
ofrecieron a Jesús todo lo que tenían, fruto del trabajo y del esfuerzo,
solo cinco panes y Jesús hizo todo los demás. El Evangelio continúa: “Todos comieron
hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de
restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres”. El
milagro fue tan abundante, que todos se saciaron y luego recogieron doce
canastos sobrantes. Era uso judío recoger, después de las comidas, los
trozos de comida caídos a tierra. El milagro se constataba bien: las sobras
eran más que la materia de cinco panes para el milagro.
7.
LAS GENTES QUE NO TIENEN QUÉ COMER EN EL DESIERTO
En
el trasfondo de este hecho está la evocación de Moisés, viniendo a ser ello
una tipología de esta obra de Jesús. A las gentes que no tienen qué comer
en el desierto (Núm 11:13.14), Moisés, con su oración, logra el maná. En
esta época se esperaba que el Mesías saliese del desierto, y aparecieron
por entonces varios pseudo Mesías, que llevaban las gentes al desierto,
donde las prometían señales prodigiosas y de donde saldrían triunfadores,
pero se cuenta que su fin fue desastroso. Igualmente, en los días mesiánicos,
como renovación de los días del desierto, se esperaba una lluvia perpetua
de maná.
Todo
esto podía provocar una explosión de entusiasmo mesiánico en torno a Jesús.
Pero Jesús despachó a las gentes y discípulos, para que no se dejasen
contagiar de aquel mesianismo, no era el auténtico, ni la hora de su plena
proclamación, y El mismo se marchó solo a un monte a hacer oración. La
esperanza de las gentes que habían seguido a Jesús, no quedo fallida, ellos
recibieron lo que necesitaban, llegaron enfermos y fueron curados, para
saciar su hambre les proporcionó pan, para saciar su espíritu, Él les
entrego su la Palabra.
8.
PONGAMOS EN MANOS DE LOS DEMÁS COMPARTIENDO SOLIDARIAMENTE
El
que sigue resueltamente a Jesucristo, encuentra todo lo que necesita para
sí, en esta vida terrenal y luego en la vida eterna. Nuestro amado Padre
Bueno, ya nos ha regalo su amor. En Cristo nos ha dado todo, se ha dado a
sí mismo. ¿Qué otro poder será más fuerte que este amor generoso y
apasionado que el Padre manifestó en Jesús? Este amor nos sostiene en medio
de toda circunstancia adversa. Así lo comprendió también San Pablo; ¿Quién
podrá separamos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la
persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? (Rom 8, 35).
Así
como Pablo, que convencido de que en el amor de Cristo tiene la fortaleza
para vencer cualquier dificultad, así también sea para nosotros el mismo
convencimiento. Así como las gentes dejaron todo por seguir al Señor hasta
el desierto, y sin importarle el hambre no se apartaron de Él, que ninguna
adversidad nos contenga para seguirle.
Así
como el Señor pone en nuestras manos muchos bienes, pongamos en manos de
los demás compartiendo solidariamente lo que tenemos, para que le demos a
otros nosotros mismos.
El Señor
les Bendiga
Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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ES JESÚS, PAN DE VIDA, QUE DA LA INMORTALIDAD A QUIEN SE ALIMENTA DE
ÉL
El milagro de la multiplicación de los
panes nos introduce simbólicamente en el gran y extraordinario misterio del
pan de vida. El relato es importante y todos los evangelistas lo refieren y
lo ponen en el centro de la actividad pública de Jesús. El Maestro realiza
el milagro porque tiene compasión de la multitud, pero se trata también de
un signo querido por el Cristo para revelarse a sí mismo. Estamos frente al
nuevo milagro del maná realizado por Jesús, nuevo Moisés, revelador
escatológico y mediador de los signos de Dios, en un nuevo éxodo: es el símbolo
de la eucaristía, verdadero alimento del pueblo de Dios. Se necesita comer
el pan vivo bajado del cielo para sobrevivir y entrar en comunión íntima
con Jesús
Es revelación divina que el pan posee la
eficacia de comunicar una vida más allá de la muerte. Es Jesús, pan de
vida, que da la inmortalidad a quien se alimenta de él, a quien en la fe
interioriza su Palabra y asimila su vida. La escucha interior de Jesús es
alimentarse con el pan celestial y saciar el hambre que todo hombre tiene
en sí mismo. Como el Padre es la fuente de la vida del Hijo, y en él toda
obra de salvación encuentra su origen en el Padre, así el que participa de
la eucaristía encuentra en Cristo la vida divina. Jesús recibe la vida del
Padre y la da al creyente no sólo en el tiempo presente, sino al final de
la historia, con aquella vida eterna que es amor, participación en el
misterio pascual de Cristo, en el misterio de una carne vivificada por el
Espíritu, que permite establecer un vínculo profundo con Dios, como el que
existe entre el Padre y el Hijo.
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ORACION (3)
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Señor, tú eres un Dios que nos ha dado
infinitas pruebas de amor y de bondad, no sólo creando el universo y el
pequeño mundo en el que vivimos, sino también dándonos la vida y la
inteligencia, por medio de la cual podemos gustar las bellezas creadas para
nosotros y puestas a nuestra disposición. Pero, por encima de todo, te has
demostrado Padre, dándonos la mayor prueba de tu inmenso amor al enviarnos
a tu Hijo amado como Salvador, don precioso y extraordinario que sólo tu
inmensa bondad podía pensar.
Verdaderamente eres un Dios de amor. Has
tomado la iniciativa en la vida humana y no has permitido que
permaneciéramos alejados de ti para siempre, como enemigos tuyos. Has
establecido una estrecha alianza con tu pueblo elegido, a pesar de las
muchas traiciones, y además nos has dado definitivamente, por medio de tu
Hijo, la Iglesia como madre y lugar de salvación. Te has mostrado grande de
corazón ofreciéndonos el don renovado del maná, esto es, del pan de la
Palabra y de la eucaristía, sacramentos de tu amor divino. Te has
preocupado también de saciar el hambre del hombre en sus necesidades
espirituales y materiales, demostrando una predilección especial por los
pobres y los que sufren. Nunca has olvidado llamar a ti incluso a aquellos
que se sienten suficientes y seguros, porque sólo tú eres la seguridad del
hombre y la felicidad que llena el corazón. Gracias por tu amor generoso y
sin recato que nos hace descubrir tu verdadera identidad.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La
Pagina de la Misa Diaria, esta
preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds,
desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro
Señor Jesucristo y por la
Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse
este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad
Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd
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