MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

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 29-01-2025

Edición Nº 9.949

LITURGIA DE   LAS HORAS 

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1.6

Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra. En su presencia hay esplendor y majestad, en su santuario, poder y hermosura.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según tu voluntad para que, ene) nombre de tu Hijo amado, podamos dar con abundancia frutos de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Heb 10, 11-18

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos: Los sacerdotes del culto antiguo se presentan diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado.

Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica. El Espíritu Santo atestigua todo esto, después de haber anunciado: «Ésta es la Alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Yo pondré mis leyes en su corazón y las grabaré en su conciencia, y no me acordaré más de sus pecados ni de sus iniquidades». Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna otra oblación.

Palabra de Dios.

COMENTARIO: A la fidelidad de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, responde la fidelidad del Padre, glorificándolo a su derecha. Todo será sometido ante él y él seguirá santificando (consagrando) a los creyentes, purificándolos de sus pecados para que puedan presentarse dignamente ante el Padre.

Cristo está “sentado” en actitud sacrificial, porque su sacrificio no debe ser renovado: los pecados son efectivamente perdonados. En la Antigua Alianza era necesario multiplicar los sacrificios y ofrecerlos varias veces al día: los creyentes estaban negociando sin cesar su perdón.

En cambio, en la Nueva Alianza, el pecado es menos importante que la iniciativa amorosa de Dios, llamando al hombre a entrar en comunión con él.

SALMO Sal 109, 1-4

R. ¡Tú eres sacerdote para siempre!

Dijo el Señor a mi señor: “Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies”. R.

El Señor extenderá el poder de tu cetro: “¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos! Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; Yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora”. R.

El Señor lo ha jurado y no se retractará: “Tú eres sacerdote para siempre, a la manera de Melquisedec”. R.

ALELUYA

Aleluya. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluya.

EVANGELIO Mc 4, 1-20

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús comenzó a enseñar a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba: “¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó.

Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno”. Y decía: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!” Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de Él junto con los Doce le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: “A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón”. Jesús les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás? El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.

Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.

Y los que reciben la semilla entierra buena son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO: Desde el inicio de su ministerio, el Maestro anuncia la cercanía del Reino. Pero éste no se manifiesta de modo tan repentino y visible como lo deseaba el judaísmo. En la parábola de hoy, el Maestro nos explica el porqué. Hay una preocupación legítima por los vaivenes del Reino, comparable a la del sembrador que ve cómo se pierden tres cuartos de la semilla. Su trabajo parece inútil. La semilla cae sobre suelos de distinta naturaleza con distinta fecundidad.

La eficacia de la Palabra de Dios depende de las condiciones del corazón donde cae. El Señor estimula con la certeza de que ninguna palabra que sale de su boca regresa a él vacía (Is 55,11).

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe con bondad nuestros dones, Señor; y al santificarlos, haz que se conviertan en causa de salvación para nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. SaI 33, 6

Miren hacia el Señor, quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.

O bien: Cfr. Jn 8,12

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida

ORACIÓN DESPUÉS DE, LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos, a los que somos vivificados por tu gracia, alegrarnos siempre con el don recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

Escuchen! El sembrador salió a sembrar

Mc 4, 1-20:

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.     LOS DISCÍPULOS LE PREGUNTARON QUÉ SIGNIFICABA ESTA PARÁBOLA

Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se arrepientan y sean perdonados”, Es decir, a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender” (Lc 8, 4-8)

El que mejor nos puede explicar una parábola es el mismo Jesús, y el que mejor la entenderá, no es el que sepa más de teología, y que se haya leído la Biblia muchas veces. Para comprender las palabras de Jesús, se debe estar libre de toda arrogancia en la contemplación de las cualidades propias, con menosprecio de las de los demás, porque no entenderán el evangelio los que viven seguros de poseer la verdad, sentados cómodamente en el sillón de la fe, sin ningún compromiso con la justicia, sin interés por amar a su prójimo, y sólo pueden entender lo que dé la razón a su modo de vivir, lo que les convenga. No pueden entender las palabras de Jesús los que están cerrados a "conocer los secretos del reino". Difícilmente entenderán el mensaje de Jesús, aquellos no les interese vivir de acuerdo a sus enseñanzas, sin embargo los que escuchan, y profundizan sus palabras y la atesoran en el corazón y la ponen en práctica, no la acomodan a su estilo de vida, sino que buscan vivir a semejanza de Jesús, no solo las han entendido de oído, sino que de corazón y mente.

Pero cuidado con esos que aparentan haber recibido bien las palabras de Jesús y que luego pierden de a poco lo que han recibido, que mientras estuvieron bien estaban comprometidos y luego por motivos inspirados por la soberbia o la vanidad la abandonan.

2.     SE LES HABLA EN PARÁBOLAS, PARA QUE MIREN SIN VER Y OIGAN SIN COMPRENDER

“A los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender", para estimularlos a pensar por sí mismos, para que el corazón le encuentre sentido a la enseñanza, la parábola es la narración de un suceso fingido de la que se deduce una enseñanza moral o una verdad y tiene grandes ventajas. La verdad presentada de esta forma queda más grabada en la memoria que una mera exposición didáctica, ninguna enseñanza acerca de la misericordia del Señor hacia los pecadores arrepentidos habría producido el efecto de la parábola del hijo pródigo (Lc. 15:11-32). Por otra parte, cuando un profeta o predicador debía reprender a un personaje importante que no fuera a aceptar su culpabilidad, podían usar una parábola habilidosa para cautivarlos e iluminar su conciencia.

“Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de una parábola: “Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron ”

Esta parábola nos narra de un sembrador que sale a sembrar a voleo, él no ha escogido el terreno, y en el voleo la simiente cae en lugares diferentes, entonces no le es fácil saber si esta fructificará o no, además por ser terrenos distintos donde cae esta, encuentra dificultades para crecer, es así como cae en cuatro terrenos diferentes.

Parte de la semilla cayó al borde del camino; esos pequeños caminos que atraviesan los campos. Los pájaros, siempre al acecho, se la comieron. La conclusión es hacernos ver que se perdió.

3.     HEMOS DE DISTINGUIR ENTRE ESCUCHAR Y ENTENDER.

El desarrollo de la palabra debe pasar desde lo externo a ser algo interior, lo que exige tiempo y un trabajo del individuo por el que se va identificando con unos valores que deben llevarle, lógicamente, a un cambio de conducta. Si no se llega a este cambio de vida, nos quedaremos en unos conocimientos que para poco o nada nos van a servir. De ahí que Jesús nos hable de lo sembrado al borde del camino. Es cuando la palabra queda al margen de la vida de la persona, sin comprometerla. Estaremos en este grupo si rechazamos la palabra abiertamente, y no integramos en nuestra vida, como los que adaptan externamente al mensaje que escuchan, pero no lo asimilan interiormente por no llegarles como algo válido para su vida, sino como una rutina social o una imposición familiar; sin olvidar las resistencias que pueden surgir dentro del hombre para no enfrentarse con los valores en uso en la sociedad. Así son, esa mayoría que se declara cristiana sociológicamente, que se bautiza y hasta cumple con algunos ritos establecidos, pero interiormente comparten los mismos criterios de vida que el resto de la sociedad no cristiana. Escuchan sin entender, por ser terreno duro, impenetrable, empedrado y machacado por la costumbre y la rutina. Todo lo escuchan como ya sabido. La semilla cae sobre ellos, pero no puede penetrar, esto es, rebota.

Toda religión que no es fruto de la convicción personal termina creando el repudio, haciendo el ridículo. Por esa razón cuando leemos este fragmento del evangelio en san Lucas nos dice que antes de ser comida por los pájaros fue pisada por los hombres (Lc 8,5).

4.     LO SEMBRADO EN TERRENO PEDREGOSO TAMBIÉN SE PIERDE.

Dice Jesús; “Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron”

Lo sembrado en terreno pedregoso también se pierde. Al tener poca tierra, sin raíces profundas, el sol la secó. Somos de este grupo si aceptamos la palabra sin profundizarla y cuando nos vienen las dificultades lo dejamos todo. Pero también es necesario destacar que muchos jóvenes en sus escuelas reciben inicialmente su formación religiosa, muchos niños asisten a catecismo a fin de preparase para su primera comunión o para la confirmación, y se saben ciertas cosa que repiten y poco sienten, porque no les hemos enseñado a valorar lo que han recibido, y no profundizan las enseñanzas porque les hemos dejado permisivamente que le den más importancia a otros valores que no son de nuestra fe, no es como dicen algunos por falta de edad madura, porque los retoños se deben cuidar y regar para crezcan fuertes y si no se hace así, seguro que se secaran antes de crecer.

5.     OTRA CAYÓ ENTRE LAS ESPINAS O LAS ZARZAS, QUE AHOGARON LA SEMILLA AL DESARROLLARSE

Dice Jesús: “Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar.”

Otra cayó entre las espinas o las zarzas, que ahogaron la semilla al desarrollarse. La tierra era fecunda y profunda, en ella la semilla podía haber germinado. Sin embargo, también se secó. En este grupo podemos incluirnos si tenemos mucho que dejar para poder ser cristianos: las riquezas, los criterios de clase, los placeres, la posición social y por estos motivos nos apresuramos a ahogar la simiente por miedo a las complicaciones que podrían ocasionarnos. Aquí están los que pretenden engañarse compaginando los valores de Dios con los que representa el dinero. Aquí se sitúan los que suelen gozar de buena reputación y ocupar puestos preferentes en la Iglesia. ¿Estamos dentro de estos?

Vemos cómo en tres ocasiones falla la siembra. Lo que no quiere decir que se den claramente estos tres tipos de personas. Suelen darse mezclados y coexistir en el mismo individuo. Lo que importa destacar es que el reino es rechazado por unos, por las razones que sean, y aceptado por otros; y que los que lo aceptan lo demuestran con una vida a favor del pueblo, con una vida en la que están presentes las bienaventuranzas.

6.     UNA PARTE CAYÓ EN BUENA TIERRA Y DIO EL FRUTO ESPERADO

Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”.

Sin embargo una parte cayó en buena tierra y dio el fruto esperado, esto nos representa, solo si hemos escuchado y entendido plenamente, y lo hemos puesto en práctica.

Porque sólo si la semilla echa raíces dentro del corazón humano podremos hacer frente a las dificultades que han de llegar inevitablemente. A este grupo pertenecen los que entienden que, aunque hayan recibido el evangelio con corazón sincero, las situaciones externas pueden cambiar y hacerles entrar en crisis. Entienden que cada etapa de la vida tiene sus propias dificultades, que no son seres ya hechos, sino en constante crecimiento, que las situaciones son siempre distintas, que cada día trae sus propias inquietudes y dudas y que diariamente deben plantearse lo que ayer parecía seguro.

Son los que reciben el reino de Dios como una revelación, como una interpelación personal, como una llamada constante a superarse. Son los que se dejan vaciar, desenmascarar, desalojar de su seguridad y de su buena conciencia. Son los que toman para sí cuanto se dice, los que están en actitud permanente de conversión y de arrepentimiento, los que se han reconocido en los tres grupos anteriores. El mensaje de Jesús no es aceptable sin más. Es necesario estar libre de toda estima y ambición de poder y de tener; hacerlo nuestro, carne de nuestra carne y espíritu de nuestro espíritu; desprendernos de todo agobio por la subsistencia y del deseo de comodidad. ¿Escuchamos la palabra convencidos de estar ya en el buen camino y aplicándolo sólo a los demás? ¿La escuchamos con entusiasmo y la dejamos cuando nos exige esfuerzo y constancia? ¿Nos vemos con ánimo para irla llevando de verdad a la práctica?...

7.     EN TODO LOS CASOS, EL QUE MEJOR NOS PUEDE EXPLICAR UNA PARÁBOLA ES EL MISMO JESÚS, QUE LES DIJO A CONTINUACIÓN:

‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. ‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril. Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

UNA MÍNIMA GRIETA DONDE SEMBRAR SU PALABRA, UNA RENDIJA POR LA QUE PUEDA ENTRAR CON SU LUZ.

Dios pone su ley en nuestros corazones, olvida nuestros pecados; por medio de Cristo estamos santificados... Casi podríamos tener la impresión de que mientras que en la antigua ley había que hacer «muchas cosas» con poco resultado, en la «nueva y eterna alianza» no hay que hacer nada para obtener el máximo resultado. En cierto sentido esto es verdad, pero el «no hacer nada» debe ser en realidad plena disponibilidad para acoger los dones de Dios. La parábola evangélica completa adecuadamente e ilumina el contenido doctrinal de la primera lectura. Aceptar recibir no es una cosa fácil para el hombre, puesto que requiere una gran humildad. No es fácil reconocerse pobre, hacerse mendigo... En una sociedad como la nuestra, donde reina la abundancia, donde está de moda el mito del hombre infalible, donde la mentalidad dominante difunde una «cultura» basada en el éxito, en el saber y en el poder, en este contexto quien es pobre y tiene hambre de la Palabra de Dios es verdaderamente un extranjero, alguien que vive aislado. Llegamos incluso a ser incapaces de reconocer cuáles son nuestras auténticas necesidades. ¿Qué es, en efecto, la tierra árida de la parábola sino ese vacío, ese deseo de la verdad y del silencio que todo hombre debería redescubrir en el fondo de su propio corazón, para reconocerse, finalmente, mendigo de Dios, buscador de lo absoluto? La Palabra encuentra en este vacío el terreno fecundo para fructificar. Sin embargo, mientras espera, el Señor busca de mil modos, incluso en los corazones aparentemente más cerrados, una mínima grieta donde sembrar su Palabra, una rendija por la que pueda entrar con su luz.

Este infinito y paciente amor de Dios, esta indómita esperanza suya, no nos autoriza, sin embargo, a dejar sin cultivar el jardín de nuestra alma; al contrario, nos impulsa a prepararlo con mayor cuidado en la espera trémula de que el divino Sembrador pase y se ponga solícitamente a trabajar para consumar su obra.

 

ORACION (3)

 

Señor Jesús, tu Palabra nos impulsa hoy a abrirte el corazón con plena confianza. Cuando, en medio del silencio y del recogimiento, te escuchamos, sentimos brotar irresistible dentro de nosotros un inmenso deseo de santidad. Nos invade una energía nueva; somos un campo sembrado que quiere producir frutos en abundancia; con ánimo confiado, nos abrimos a la nueva jornada. Pero cuando, llegados a la noche, cansados, vemos discurrir ante nuestros ojos las fatigosas horas de la jornada, las muchas ocasiones perdidas, el peso de situaciones dolorosas, el bien omitido, el mal realizado, entonces nos encontramos como quien ha intentado en vano levantarse a sí mismo y a los otros de la tierra al cielo... Precisamente en esta hora es todavía tu Palabra viva, sepultada en nuestros corazones, la que nos hace ponernos humildemente de rodillas ante ti para decirte con sencillez: Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros. Tal vez no exista el fruto que tú esperabas, pero sí existe un vacío más grande en nuestro corazón, una disponibilidad más sincera para escuchar tu Palabra, para vivirla. Mañana saldremos juntos al campo a sembrar; tú irás delante y nosotros te seguiremos.

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

(4) Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO DEBE INDICARSE EL AUTOR Y LAS FUENTES DE ORIGEN

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