MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana"
(LG 11)
Pedro Sergio Donoso Brant
26 años en
Internet
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión
Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó
en el año 1998.
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25-01-2025
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Edición Nº 9.945
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LITURGIA DE LAS HORAS
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Conversión de san Pablo, apóstol
Saulo nace en Tarso,
hijo de hebreos. Formado en la escuela del maestro Gamaliel, se destaca
como fariseo rigorista. Presencia y aprueba la lapidación de san Esteban y
luego se pone a perseguir con odio implacable a los discípulos de Jesús.
Pero no sabe que a su vez es perseguido por aquel a quien persigue sin
conocerlo, y que lo alcanza en el camino de Damasco con una pregunta
desconcertante: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Saulo responde
rendido: “Señor, ¿quién eres? ¿Qué quieres que haga?” Muere el judío
perseguidor de los cristianos y nace el cristiano y el apóstol enamorado de
Cristo, como luego él mismo confesará: “Todo lo estimo pérdida comparado
con la excelencia del conocimiento de Cristo”. La conversión de Saulo es
uno de los mayores acontecimientos de la Iglesia. Su labor apostólica
alcanza a todo el imperio romano y sus cartas siguen hoy evangelizando al
mundo. San Pablo es el apóstol de la cruz y de la resurrección.
ANTÍFONA DE ENTRADA 2Tim 1,
12; 4, 8
Sé en quién he puesto
mi confianza, y estoy convencido de que el Señor, como justo juez, es capaz
de conservar hasta aquel día el bien que me ha encomendado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que
instruiste a los pueblos mediante la predicación del apóstol san Pablo,
concede a quienes hoy celebramos su conversión que, imitando sus ejemplos,
nos acerquemos a ti y seamos en el mundo testigos de tu verdad. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Hech 22, 3-16
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
Pablo dijo al pueblo:
-Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta ciudad
de Jerusalén y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta
observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios,
como ustedes lo están ahora. Perseguí a muerte a los que seguían este
Camino, llevando encadenados a la prisión a hombres y mujeres; el sumo
sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos
me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el
propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa
ciudad, para que fueran castigados. En el camino, y al acercarme a Damasco,
hacia el mediodía, una intensa luz que venía del cielo brilló de pronto a
mí alrededor. Caí en tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues?’. Le respondí: ‘¿Quién eres, Señor?’. Y la voz me dijo:
‘Yo soy Jesús de Nazaret a quien tú persigues’. Los que me acompañaban
vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Yo le pregunté:
‘¿Qué debo hacer, Señor?’. El Señor me dijo: ‘Levántate y ve a Damasco,
donde se te dirá lo que debes hacer’. Pero como yo no podía ver, a causa
del resplandor de esa luz, los que me acompañaban me llevaron de la mano
hasta Damasco. Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que
gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar, vino a verme, y
acercándose a mí, me dijo: ‘Hermano Saulo, recobra la vista’. Y en ese
mismo instante, pude verlo. Él siguió diciendo: ‘El Dios de nuestros padres
te ha destinado para conocer su voluntad, para ver al Justo y escuchar su
palabra, porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has
visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y
purifícate de tus pecados, invocando su nombre’-.
Palabra
de Dios.
O bien: Hech 9, 1-22
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
Saulo, que todavía
respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó
al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de
traer encadenados a Jerusalén a los adeptos que encontrara, hombres o
mujeres. Pero en el camino, cuando estaba cerca de Damasco, una luz que
venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. Y cayendo en
tierra, oyó una voz que le decía: -Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?-.
Él preguntó: -¿Quién eres tú, Señor?-. -Yo soy Jesús, a quien tú persigues
–le respondió la voz–. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán
qué debes hacer--. Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían
la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía
los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a
Damasco. Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber. Vivía
entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en
una visión: --¡Ananías!--Él respondió: - Aquí estoy, Señor -. El Señor le
dijo: -Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo
de Tarso. Él está orando, y ha visto en una visión a un hombre llamado
Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista--.
Ananías respondió: --Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran
daño a tus santos en Jerusalén. Y ahora está aquí con plenos poderes de los
jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu
nombre--. El Señor le respondió: -Ve a buscarlo, porque es un instrumento
elegido por mí para llevar mi nombre a todas las naciones, a los reyes y al
pueblo de Israel. Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi nombre-.
Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: --Saulo, hermano mío,
el Señor Jesús –el mismo que se te apareció en el camino – me envió a ti
para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo--. En ese
momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se
levantó y fue bautizado. Después comió algo y recobró sus fuerzas. Saulo
permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco, y luego
comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los
que lo oían quedaban sorprendidos y decían: -¿No es éste aquél mismo que
perseguía en Jerusalén a los que invocan este nombre, y que vino aquí para
llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?-. Pero Saulo, cada vez
con más vigor, confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles
que Jesús es realmente el Mesías.
Palabra
de Dios.
COMENTARIO: Pablo,
un judío celoso del cumplimiento de la Ley religiosa, tenía autoridad para
perseguir y encarcelar a los cristianos. En el camino, fue interpelado por
Jesús y llamado por él para luego anunciar su nombre a los paganos. La fe
de Pablo permitió este encuentro, que lo llevó a una transformación total
de su vida. Quien hasta ese momento era perseguidor se transformaría en el
gran apóstol de los cristianos.
SALMO Sal 116, 1-2
R.
Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio.
Alaben al Señor, todas
las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos. R.
Es inquebrantable su
amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre. R.
ALELUYA Cfr. Jn 15, 16
Aleluya. “Dice el
Señor: Yo los elegí del mundo, para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero”. Aleluya.
EVANGELIO Mc 16, 15-18
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús se apareció a los
Once y les dijo: -Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda la
creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi
nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus
manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las
manos sobre los enfermos y los curarán-.
Palabra
del Señor.
COMENTARIO: El
mandato misionero del final del evangelio de Marcos se aplica, sin lugar a
dudas, a Pablo, quien destinó gran parte de su vida a viajar para llevar la
noticia de la salvación a una gran cantidad de regiones y ciudades de Asia
Menor, Grecia y Roma. Entregó su vida al mensaje y fue coherente con lo que
predicaba.
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES,
pág. 10-11
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar
estos divinos misterios, te pedimos que tu Espíritu infunda en nosotros
aquella luz de la fe que iluminó al apóstol san Pablo para la propagación
de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Gál 2,
20
Vivo en la fe en el
Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro,
te pedimos que el sacramento recibido acreciente en nosotros el ardor de
aquella caridad con la que, vehementemente abrasado, el apóstol san Pablo
sobrellevó la preocupación por todas las Iglesias. Por Jesucristo nuestro
Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
V. El Dios que los ha
edificado a ustedes sobre el cimiento de los apóstoles, por la intercesión
gloriosa de san Pablo apóstol, los llene de sus bendiciones.
R. Amén.
V. El que los ha
enriquecido con la palabra y el ejemplo de los apóstoles, les conceda su
ayuda para que sean testigos de la verdad en el mundo.
R. Amén.
V. Para que así
obtengan la heredad del reino eterno por la intercesión del apóstol san
Pablo, por cuya palabra se mantienen firmes en la fe.
R. Amén.
V. Y la bendición de
Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. Amén.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“anuncien el Evangelio a
toda la creación”
Mc 16, 15-18
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant ocds
1.
RESUCITADO
CRISTO, SE APARECIÓ VARIAS VECES A LOS ONCE.
Se
apareció a los once cuando estaban reunidos, para que todos fuesen
testigos, y refiriesen a todo el mundo lo que habían visto y oído. Al decir
once, se designa a todo el colegio apostólico antes de que Matías ocupase
el lugar de Judas. Y después de la ascensión ellos debían de predicar el
Evangelio a gentes que debían creer sin haber visto a Jesús.
Antes
de partir, increpó también el Señor a sus discípulos cuando iba a dejarlos
corporalmente, para que sus palabras quedasen impresas más profundamente en
sus corazones. Jesús Reprueba la incredulidad, para que la reemplace la fe;
reprueba la dureza del corazón de piedra, para que le reemplace otro de
carne lleno de caridad.
2.
JESÚS
DA LA ORDEN DE PREDICAR EL EVANGELIO A TODAS LAS GENTES
En
un momento, a los apóstoles no les fue fácil creer en la resurrección de
Jesucristo, pero los hechos les dieron mayor firmeza, al comprobar
directamente la realidad de los sucesos que estaban presenciando. Ellos
convivieron directamente con el Señor, así ellos constituidos en testigos,
reciben el mensaje y el mandato del Señor Resucitado para llevarlo a todo
el mundo.
Luego
Jesús da la orden de predicar el Evangelio a todas las gentes, junto con el
bautismo. Se observa ya el universalismo cristiano en acción entre los
gentiles. Este es el gran mandato, es decir la gran misión que nos dio el
Señor, que debemos hacer con fidelidad en todos los tiempos y en todas las
circunstancias.
3.
JESÚS,
ENVÍA A SUS APÓSTOLES, POR TODO EL MUNDO
Es
así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo, a predicar a
todas las gentes de todas las naciones, para que la predicación apostólica,
que antes fue rechazada por la soberbia de los judíos, venga en nuestro
auxilio. Cuando Jesús dice a toda la creación, está diciendo a los
creyentes e incrédulos. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea
se condenará. Porque no basta creer, porque el que cree y no está bautizado
todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente.
Así
se dirá tal vez cada cual a sí mismo: Yo seré salvo porque he creído. Y así
será en efecto, si une las obras a la fe; porque la verdadera fe consiste
en que no se contradiga la obra con lo que dice la palabra. "Pero el
que no creyere será condenado".
4.
ARROJARÁN DEMONIOS EN
MI NOMBRE Y HABLARÁN NUEVAS LENGUAS
Dice
Jesús; “Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios
en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con
sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; Puede
entenderse también de las serpientes ordinarias, como la víbora que mordió
a Pablo sin causarle daño. Muchos hechos semejantes encontramos en las
historias de hombres a quienes, defendidos bajo el estandarte de Cristo, no
ha podido causar daño el veneno que habían bebido.
También
dice Jesús; “impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Cuando
los sacerdotes imponen sus manos sobre los creyentes, ellos están
impidiendo con la gracia que se les ha dado de exorcizar, la permanencia
del espíritu maligno en el corazón de aquéllos, es decir, no hacen otra
cosa que lanzar de ellos a los demonios. De esta forma, liberado del mal,
dominará la serpiente que ha provocado la malicia de su corazón. Con esto,
aunque beba el veneno de la maldad no le hará daño, esto es si oye malos
consejos no se dejara llevar al mal.
Así,
nosotros también debemos dar una mano al que está vacilante en el camino
del bien, para que quede curado y para que se fortifique y pueda hacer con
ánimo un camino de buenas obras.
El Señor
les Bendiga
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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EL EJEMPLO DE PABLO ES CLARO Y DECISIVO
Hoy celebramos la Conversión de san Pablo,
No acabamos nunca de ahondar en el
conocimiento de Saulo-Paulo, incluso después de haber meditado una y otra
vez sobre las páginas que hablan de él y las que escribió él mismo. Sin
embargo, hay algo que aparece de inmediato con una gran evidencia: su
itinerario de fe es símbolo del nuestro.
Creer implica, ante todo, encontrar
personalmente a una persona, al Dios hecho hombre, Jesús de Nazaret. No se
cree en una doctrina, en una fórmula, en un sistema, sino en una persona,
la única digna de ser creída. La fe es un encuentro que no se agota en un
momento determinado de nuestra propia vida, sino que continúa siempre,
hasta la muerte. Quien encuentra a Jesús se da cuenta de que ya no puede
vivir sin él y debe profundizar en su conocimiento personal.
Del encuentro se pasa al diálogo: la fe es,
precisamente, un encuentro entre personas inteligentes y libres. Por un
lado, Dios se da a conocer en lo que es, revela su voluntad, da a conocer
sus proyectos. De este modo, entabla el diálogo con todo el que está
dispuesto a escuchar y a reaccionar. Por otro, el creyente, en la medida en
que presta una escucha sincera y auténtica a la Palabra de Dios, se siente
implicado en un diálogo que no se desarrolla sólo en torno a conceptos y
verdades, sino que se entrelaza con experiencias, confidencias, comunión de
vida. Se trata de un diálogo vital que implica a dos seres vivos y llega a
una forma de vida cada vez más elevada.
Ahora bien, la fe cristiana es también
obediencia, sumisión, abandono total de la criatura al Creador, del hombre
a Dios, del pecador al Justo. Para el creyente, obedecer no significa en
absoluto abdicar de su propia libertad, ni siquiera de sus propios
derechos; significa captar la infinita distancia que media entre él y su
propio interlocutor y, al mismo tiempo, intuir que la adhesión a la
voluntad de éste conduce a la plena y más satisfactoria realización de sí
mismo. Semejante acto de abandono está sostenido por una promesa que no
deja ningún espacio a la duda: cuando Dios promete, se compromete por
completo en beneficio de su interlocutor, le llena el corazón de certezas
sobrenaturales y abre ante él unos horizontes ilimitados.
Por último, la fe cristiana se traduce en
misión: el ejemplo de Pablo es claro y decisivo. No puede privatizarse un
bien que, por su propia naturaleza, es comunitario. Quien ha recibido el
don de la salvación en Cristo se siente impulsado íntimamente a darlo a los
otros.
|
ORACION
(3)
|
Oh Padre, Dios de infinita bondad y misericordia, concédenos caminar
fielmente, a ejemplo de san Pablo, por el camino que nos has abierto en
Cristo Jesús. Haz, oh Dios, que nuestros caminos —como el de Saulo— se
crucen con el tuyo, el que nos has indicado en Cristo, tu Hijo, y en el
cristianismo. Que, como el apóstol Pablo, queramos caminar con Jesús y
seguir sus pasos hasta que lleguemos a ti, meta última de nuestra vida,
meta suspirada y esperada.
Concédenos, oh Padre, andar juntos por este camino bendecido por ti,
a fin de que ninguno de nosotros se pierda y nuestra comunión eclesial
pueda ser, en el tiempo, signo manifestativo de aquella comunión que
gozaremos junto a ti en la eternidad bienaventurada.
|
SANTORAL
(4)
|
LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO
La Iglesia dedica una fiesta
especial a san Pablo, el 25 de enero.
San Pablo fue un judío
célebre por ser cazador y persecutor de los seguidores de Cristo. A Pablo,
se le aparece directamente Jesús y, queda convertido en apóstol, de la
misma categoría que quienes habían visto y seguido al Señor, durante su
vida pública.
1. LOS
RELATOS DE LA
CONVERSIÓN DE SAULO
La Primera
Lectura de hoy 25 de enero, Hechos de los Apóstoles
22:1-21, trae el discurso de Pablo al pueblo, que en su parte principal
dice: “Pero acaeció que, yendo mi camino, cerca ya de Damasco, hacia el
mediodía, de repente me envolvió una gran luz del cielo. Caí al suelo y oí
una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo respondí:
¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues.
Los que estaban conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me
hablaba. Yo dije: ¿Qué he de hacer, Señor?” (Hechos de los Apóstoles 21:
6-10) Este fragmento es parte del discurso de Pablo al pueblo de Jerusalén,
y que viene a ser una autobiografía apologética. Pero además es una obra
maestra de sutileza apostólica, Pablo intenta demostrar a los judíos que él
no es un enemigo de la Ley,
como se le había ya acusado, al contrario, él quiere hacer ver que siempre
fue celoso observador de la
Legislación. Pablo busca destacar que ahora se ha hecho
cristiano y ha abierto su campo de acción a los gentiles y, que esto es así
por expreso mandato del cielo. Pero esta parte de relato esta también antes
descrita en el capítulo de los Hechos de los Apóstoles 9:3-9, donde dice
así: “Estando ya cerca de Damasco, de repente se vio rodeado de una luz del
cielo; y cayendo a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué
me persigues? Él contestó: ¿Quién eres, Señor? Y Él: Yo soy Jesús, a quien
tú persigues. Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que has de
hacer. Los hombres que le acompañaban estaban de pie atónitos oyendo la
voz, pero sin ver a nadie” Saulo se levantó del suelo, y con los ojos
abiertos nada veía. Lleváronle de la mano y le
introdujeron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni
beber.” Como podemos observar en los dos capítulos es narrada la conversión
de Saulo por San Lucas, esto es uno de los acontecimientos esenciales en la
historia del cristianismo.
2. “SAULO,
SAULO, ¿POR QUÉ ME PERSIGUES?
El hecho tuvo lugar
probablemente en el año 36, catorce años antes del concilio de Jerusalén.
Saulo y sus acompañantes estaban ya cerca de Damasco. Era hacia el
mediodía. De repente una luz resplandeciente los envuelve y caen a tierra.
Es de creer, aunque el texto bíblico explícitamente no lo dice, que el
viaje lo hacían a caballo, no a pie, y, por tanto, la caída hubo de ser más
violenta y aparatosa. Surge entonces el impresionante diálogo entre Jesús y
Saulo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?... ¿Quién eres, Señor?”.
Parece, a juzgar por la frase de Jesús “duro es para ti pelear contra el
aguijón” (cf. 26:14), que, en un primer momento, Pablo trató de resistir a
la gracia, como caballo que se encabrita ante el pinchazo, pero pronto fue
vencido y hubo de exclamar: “¿Qué he de hacer, Señor?”. Sin duda, este modo
de proceder del Señor en su conversión influyó enormemente en él, para que
luego en sus cartas insistiera tanto en que la justificación no es efecto
de nuestro esfuerzo o de las obras de la
Ley, sino puro beneficio de Dios. También la pregunta
“¿Por qué me persigues?” debió de hacerle pensar en alguna misteriosa
compenetración entre Cristo y sus fieles, que le impulsará a formular la
maravillosa concepción del Cuerpo místico, otro de los rasgos salientes de
su teología
3. SAN PABLO
EN ESTA OCASIÓN VIO REALMENTE A JESUCRISTO
No parece caber duda que San
Pablo en esta ocasión vio realmente a Jesucristo en su humanidad gloriosa.
Aunque el texto bíblico no lo dice nunca de modo explícito, claramente lo
deja entender, cuando contrapone a Saulo y a sus acompañantes, diciendo que
éstos “oyeron la voz, pero no vieron a nadie”, y en 26:16 se dice
expresamente: “para esto me he aparecido a ti.” Por lo demás, el mismo
Pablo, aludiendo sin duda a esta visión, dirá más tarde a los Corintios:
“¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús, Señor nuestro?” (1 Cor 9:1); y algo
más adelante: “Apareció a Cefas, luego a los Doce.. Últimamente, como a un
aborto, se me apareció también a mí” (1 Cor 15:5-9). Y nótese que esas
apariciones a los apóstoles eran reales y objetivas (cf. 1:3; 10:41), luego
también la de Pablo, cosa, además, que exige el contexto, pues si es que
algo valían esas apariciones para probar la resurrección de Cristo, es
únicamente en la hipótesis de que éste se apareciera con su cuerpo real y
verdadero. Nada tiene, pues, de extraño que, terminada la visión, Pablo
quedara como anonadado, sin ganas ni para comer, atento sólo a pensar y
rumiar sobre lo acaecido, que trastornaba totalmente el rumbo de su vida.
El estado de ceguera contribuía a aumentar más todavía está su tensión de
espíritu. Sólo después del encuentro con Ananías, pasados tres días,
habiendo vuelto a tomar alimento, de nuevo, Pablo cobra fuerzas como dice
en el versículo 19, como hemos visto en otras ocasiones, estas abstenciones
de comer y beber han sido siempre frecuentes en personas místicas, y Pablo
parece que fue una de ellas, a juzgar por algunos testimonios de sus
cartas. Hay pequeñas diferencias en los relatos de la conversión de Saulo,
porque en una los compañeros de Saulo “oyen la voz” pero “no ven a nadie”
(cf. 9:7), mientras que en la otra “no la oyen” pero “ven la luz” (cf.
22:9). Asimismo, según una de las narraciones, esos compañeros “estaban de
pie atónitos” (cf. 9:7), mientras que, según otra, “caen todos por tierra”
(cf. 26:14). En cuanto a si los compañeros de Saulo “oyeron” (9:7) o “no
oyeron” (22:9) la voz de Jesús, téngase en cuenta que la palabra oír puede
tomarse en el sentido simplemente de oír, o sea, percibir el sonido
material, y también en el de entender, o sea, captar el significado (cf. 1
Cor 14:2). Parece que los compañeros de Saulo “oyeron la voz” (9:7); pero,
al contrario que éste, no “entienden” su significado (22:9), del mismo modo
que “vieron la luz” (22:9), pero no distinguen allí ningún personaje (9”?)• Y, en fin, por lo que
corresponde a si “cayeron a tierra,” parece que ciertamente “cayeron todos”
en un primer momento (26:14); pero, en un segundo momento de la escena,
cuando Pablo, mucho más afectado, seguía todavía en tierra, los compañeros
“estaban ya de pie” (9:7). Por lo demás, ese “estaban de pie atónitos”.
Hagamos todavía una observación. Eso de “caer en tierra” era algo como
inherente a los que recibían una visión divina (cf. Ez 1:28; 43:3; Dan
8:17) y, en nada cambiaría la historicidad del relato.
4. LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO ES UNO DE
LOS MAYORES ACONTECIMIENTOS EN LA
HISTORIA DEL CRISTIANISMO.
En todo caso, lo que deseo
resaltar es que la conversión de San Pablo es uno de los mayores
acontecimientos en la historia del cristianismo. Como se ha escrito, “es la
muerte repentina, trágica, del judío, y el nacimiento esplendoroso,
resplandeciente, del cristiano y del apóstol". San Jerónimo lo
comentaba así: "El mundo no verá jamás otro hombre de la talla de San
Pablo". Saulo, nacido en Tarso, hebreo, fariseo rigorista, bien
formado a los pies de Gamaliel, muy apasionado, ya había tomado parte en la
lapidación del diácono Esteban, guardando los vestidos de los verdugos
"para tirar piedras con las manos de todos", como interpreta
agudamente San Agustín. De espíritu violento, se adiestraba como buen
cazador para cazar su presa. Con ardor indomable perseguía a los discípulos
de Jesús. Pero Saulo cree perseguir, y es él el perseguido. Dios es
infatigable cazador de almas y cazará a Saulo, que se ha emboscado en el
recodo del camino que va de Jerusalén a Damasco. El Señor acecha a Saulo,
su perseguidor bienamado. A partir de entonces, en el destino de todo
hombre existirá ese mismo Dios al acecho, a la espera. Y oyó la voz de
Jesús: Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Saulo preguntó: ¿Quién eres tú,
Señor? Jesús le respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues. ¿Y qué debo
hacer, Señor? Pocas veces un diálogo tan breve ha transformado tanto la
vida de una persona. Cuando Saulo se levantó estaba ciego, pero en su alma
brillaba ya la luz de Cristo. Desde ahora este camino de Damasco y esta
caída del caballo, quedarán como símbolo de toda conversión. Quizá nunca un
suceso humano tuvo resultados tan luminosos. Quedaba el hombre con sus
arrebatos, impetuoso y rápido, pero sus ideales estaban en el polo opuesto
al de antes de su conversión. San Pablo en adelante únicamente Cristo será
el centro de su vida. "Todo lo que para mí era ganancia, lo tengo por
pérdida comparado con Cristo. Todo lo tengo por basura con tal de ganar a
Cristo. Sólo una cosa me interesa: olvidando lo que queda atrás y
lanzándome a lo que está delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de
Dios, en Cristo Jesús".
5. ES UN
LLAMAMIENTO PERSONAL DE CRISTO
La vocación de Pablo es un
caso único. Es un llamamiento personal de Cristo. Pero no quita valor al
seguimiento de Pablo. En el Evangelio hay otros llamamientos personales del
Señor, como el del joven rico que no le siguieron o no perseveraron.
"Dios es un gran cazador y quiere tener por presa a los más
fuertes" (Holzner). Pablo se rindió:
"He sido cazado por Cristo Jesús". Pero pudo haberse rebelado.
Sin embargo casi todos los llamados del Señor son mucho más sencillos y por
cierto mucho menos espectaculares, estos vienen a veces en los
acontecimientos comunes de la vida. De algún modo todos tenemos nuestro
camino de Damasco. A cada uno nos aguarda el Señor en el recodo más
inesperado del camino.
6. SAN JUAN
PABLO II Y SAN PABLO
Decía en unas de sus
homilías, el Santo Padre Juan Pablo II. Hasta aquel momento el celoso
fariseo Saulo estaba convencido de que el plan de la salvación se refería
sólo a un único pueblo: Israel. Por eso combatía con todos los medios
posibles a los discípulos de Jesús de Nazaret, a los cristianos. Desde
Jerusalén se dirigía hacia Damasco precisamente porque allí, donde el
cristianismo se estaba difundiendo rápidamente, quería encarcelar y
castigar a todos los que, abandonando las antiguas tradiciones de los
padres, abrazaban la fe cristiana. En Damasco recibe la iluminación de lo
alto. Cae a tierra y en ese momento dramático Cristo le hace ver su error.
En esta circunstancia Jesús se revela plenamente a Pablo como el que ha
resucitado de entre los muertos. Al Apóstol se le concede, así, «ver al
Justo y oír su voz» (Hch 22, 14). Desde aquel
momento, Pablo es constituido «apóstol» como los Doce, y podrá afirmar,
dirigiéndose a los Gálatas: «Aquel que me escogió desde el seno de mi madre
y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que lo
anunciase entre los gentiles» (Ga 1, 15-16).
La conversión de Pablo se
realiza a través del sufrimiento. Se puede decir que antes fue derrotado en
él Saulo, el perseguidor, para que pudiera nacer Pablo, el Apóstol de los
gentiles. Su llamada es, quizá, la más singular de un Apóstol: Cristo mismo
derrota en él al fariseo y lo transforma en un ardiente mensajero del
Evangelio. La misión que Pablo recibe de Cristo está en armonía con la que
confió a los Doce, pero con un matiz y un itinerario particular: él será el
Apóstol de los gentiles. (Homilía de S.S. Juan Pablo II en la misa de
clausura de la semana de oración por la unidad de los cristianos 25 de
enero de 1997)
7. BENEDICTO
XVI Y SAN PABLO
Las últimas palabras de san
Pablo, una exhortación a Timoteo desde la cárcel, poco antes de su muerte:
"Soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio", dice el
Apóstol a su discípulo (2 Tm 1, 8). Estas palabras, escritas por el Apóstol
como un testamento al final de su camino, remiten al inicio de su misión.
Mientras Pablo, después de su encuentro con el Resucitado, estaba ciego en
su casa de Damasco, Ananías recibió la orden de ir a visitar al temido
perseguidor e imponerle las manos para devolverle la vista. Ante la
objeción de que Saulo era un perseguidor peligroso de los cristianos,
Ananías recibió como respuesta: Este hombre debe llevar mi nombre ante los
pueblos y los reyes. "Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer
por mi nombre" (Hch 9, 16). El encargo del
anuncio y la llamada al sufrimiento por Cristo están inseparablemente
unidos. La llamada a ser maestro de los gentiles es al mismo tiempo e
intrínsecamente una llamada al sufrimiento en la comunión con Cristo, que
nos ha redimido mediante su Pasión. En un mundo en el que la mentira es
poderosa, la verdad se paga con el sufrimiento. Quien quiera evitar el
sufrimiento, mantenerlo lejos de sí, mantiene lejos la vida misma y su
grandeza; no puede ser servidor de la verdad, y así servidor de la fe. No
hay amor sin sufrimiento, sin el sufrimiento de la renuncia a sí mismos, de
la transformación y purificación del yo por la verdadera libertad. Donde no
hay nada por lo que valga la pena sufrir, incluso la vida misma pierde su
valor. La
Eucaristía, el centro de nuestro ser cristianos, se funda
en el sacrificio de Jesús por nosotros, nació del sufrimiento del amor, que
en la cruz alcanzó su culmen. Nosotros vivimos de este amor que se entrega.
Este amor nos da la valentía y la fuerza para sufrir con Cristo y por él en
este mundo, sabiendo que precisamente así nuestra vida se hace grande,
madura y verdadera. A la luz de todas las cartas de san Pablo, vemos cómo
se cumplió en su camino de maestro de los gentiles la profecía hecha a
Ananías en la hora de la llamada: "Yo le mostraré todo lo que tendrá
que padecer por mi nombre". Su sufrimiento lo hace creíble como
maestro de verdad, que no busca su propio interés, su propia gloria, su
propia satisfacción personal, sino que se compromete por Aquel que nos amó
y se entregó a sí mismo por todos nosotros. En esta hora damos gracias al
Señor porque llamó a san Pablo, transformándolo en luz de los gentiles y
maestro de todos nosotros, y le pedimos: Concédenos también hoy testigos de
la Resurrección,
conquistados por tu amor y capaces de llevar la luz del Evangelio a nuestro
tiempo. San Pablo, ruega por nosotros. Amén. (Fragmento de homilía del
Santo Padre Benedicto XVI, Basílica de san Pablo extramuros , Sábado 28 de
junio de 2008, para leerla completa en el siguiente link: Celebración
de las Primeras Vísperas
Este articulo también lo he publicado
en la Revista El
Mensajero del Corazón de Jesús
PARA LEER MAS SOBRE SAN PABLO EN EL
SIGUIENTE LINK: SAN PABLO
El Señor
Le Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por
Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de
apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les
ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando
gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia
de la Palabra,
utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y
comentario de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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www.caminandoconjesus.cl www.caminando-con-maria.org
caminandoconjesus@vtr.net

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