MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana"
(LG 11)
Página de Pedro Sergio Donoso Brant
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16-02-2025
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Edición Nº 9.967
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LITURGIA DE LAS HORAS
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DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO
El peligro de las riquezas
Lc 6,7.20-26
Jesús no sólo pone las bienaventuranzas en
positivo. El «¡ay de vosotros!» es una fuerte llamada para que nadie se
llame a engaño. Con ello está resaltando que no se puede ser rico y
cristiano al mismo tiempo. Nunca más necesarias estas palabras de Cristo
que ahora. Vivimos en una sociedad opulenta y con frecuencia se intenta
compaginar las riquezas y la fe en Jesucristo.
Sin embargo, el evangelio es bastante explícito
y Jesús no ahorra palabras para poner en guardia frente al peligro de las
riquezas. Pocos males hay tan rechazados en los evangelios como este. Ante
todo, porque las riquezas embotan, hacen al hombre necio e impiden escuchar
la palabra de la salvación (Mt 13,22). Las riquezas llevan al hombre a
hacerse autosuficiente, endurecen su corazón y le impiden acoger a Dios; en
vez de recibir todo como hijo, lleno de gratitud, el rico se afianza en sus
posesiones y se olvida de Dios (Lc 12,15-21).
Por eso hemos escuchado en la primera lectura:
«Maldito el hombre que confía en el hombre». La Virgen sabía bien al cantar
el Magníficat: «A los ricos los despide vacíos» (Lc 1,53). Las riquezas
empobrecen al hombre. Le impiden experimentar la inmensa dicha de poseer
sólo a Dios.
A Cristo le duele que el rico se pierda al no
haber encontrado el único tesoro verdadero (Mt 13,44) y por eso grita y
denuncia el daño de las riquezas, que además cierran y endurecen el corazón
frente al hermano necesitado. Epulón no ha hecho nada malo a Lázaro; es
condenado simplemente porque no le ha atendido (Lc 16,19-31). (FGD)
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I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r.
Sal 33-4
Señor, sé para mí una
roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca
y mi baluarte; por tu Nombre, guíame y condúceme.
ACTO PENITENCIAL
En silencio, pidamos
perdón porque muchas veces nos guiamos por criterios que no son los
criterios de Dios.
· Tú que acoges a los pobres y necesitados: Señor, ten piedad
· Tú que consuelas a los que sufren y a los que
lloran: Cristo, ten piedad
· Tú ayudas a los que trabajan en favor de la paz,
para que reine la justicia: Señor,
ten piedad
SE DICE GLORIA A DIOS.
Gloria a Dios en el
cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa
gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo
único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado
del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del
Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te
complaces en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la
gracia de vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna
de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
II.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Jer 17,
5-8
El profeta está diciendo que hay dos
clases de personas: aquellos que ponen su con fianza ‘en el hombre’ es
decir, que confían en las cosas mundanas, temporales y frágiles; y aquellos
que confían sobre todo en Dios. ¿A qué clase de gente pertenecemos?
Lectura
del libro de Jeremías.
Así habla el Señor:
Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne,
mientras su corazón se aparta del Señor! Él es como
un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez
del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. Bendito el hombre que
confía en el Señor y en Él tiene puesta su confianza! Él es como
un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la
corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso;
no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Palabra
de Dios
SALMO SaI 1,
1-4. 6
Como Jeremías, el salmista nos
recuerda que la vida es una opción entre dos caminos: El de los justos,
camino hacia la felicidad; y el de los malos, camino de perdición. En las
bienaventuranzas, Jesús precisará esta opción que Dios espera de nosotros.
R.
¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!
Feliz el hombre que no
sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los
pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace
en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y
cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los
malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida
el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
SEGUNDA LECTURA l Cor 15,
12. 16-20
El mensaje de este texto es claro:
nuestra fe tiene muy sólidos fundamentos, está basada en la Resurrección de
Cristo. De la misma manera, nuestra esperanza y confianza en Dios. Por lo
tanto, ser cristiano no es sólo creer en Dios, sino creer en Cristo resucitado
y viviente.
Lectura
de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Si se anuncia
que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman
que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus
pecados no han sido perdonados. En consecuencia, los que murieron con la fe
en Cristo han perecido para siempre. Si nosotros hemos puesto nuestra
esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más
dignos de lástima. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el
primero de todos.
Palabra
de Dios.
ALELUYA Lc
6,23
Aleluya.
Alégrense
y llénense de gozo en ese, día, porque la recompensa de ustedes será grande
en el cielo! Aleluya.
EVANGELIO Lc 6,
12-13. 17. 20-26
Analicemos algunas ideas claves de
las bienaventuranzas. Jesús está diciendo que los pobres, los hambrientos y
los afligidos, tienen una bienaventuranza especial, son privilegiados en el
Reino de Dios. Ahora bien, en muchas ocasiones constatamos que los
criterios de Dios son diferentes, y a veces opuestos a los de los hombres.
Lo que el hombre rehúye: el sacrificio, el mayor esfuerzo y, en el fondo,
la cruz, suelen ser lo que a él le conviene.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una
montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo
de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el
nombre de Apóstoles. Al bajar con éstos se detuvo en una llanura. Estaban
allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de
toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces
Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «Felices ustedes, los
pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! Felices
ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! Felices
ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! Felices
ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y
proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo
del hombre! Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de
ustedes será grande en el cielo! De la misma manera los padres de ellos trataban
a los profetas! Pero ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! Ay de
ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! Ay de
ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! Ay de
ustedes cuando todos los elogien! De la misma manera los padres de ellos trataban
a los falsos profetas!»
Palabra
del Señor.
EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo
y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los
muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre
todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia
Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Nuestro Dios es el Dios
de la alegría. Con confianza, presentémosle nuestras súplicas para que
todos los hombres sean felices y resuciten un día con Cristo Jesús.
· Dios, nuestro Padre, te pedimos tanto por los
pobres como por los ricos. Los Pobres: cólmalos de la riqueza de tu amor.
Los ricos: conduce su corazón hacia el amor de la pobreza.
· Te pedimos por aquellos que tienen hambre y por
aquellos que están saciados. A los hambrientos, dales el pan de tu amor. A
los saciados, enséñales a compartir su abundancia.
· Te pedimos tanto por aquellos que lloran, como
por aquellos que ríen. Los que lloran: consuélalos con tu paz. Los que
ríen, enséñales a secar las lágrimas de sus hermanos.
· Te pedimos por aquellos que nos odian, y por los
que nos aman. Los que nos odian: suaviza la dureza de su corazón. Los que
nos aman: dales el gozo de tu Reino
S. Dios de las
bienaventuranzas, Tú qué haces levantar el sol de tu gracia sobre los
buenos como sobre los malos, (Mt 5,45) y quieres que todos los hombres sean
felices. Te rogamos: Haznos la gracia de ser para todos nuestros hermanos
un manantial de alegría, una fuente de paz, como lo es para cada uno de
nosotros tu Hijo Jesús, nuestro Salvador y nuestro hermano.
III.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda nos
purifique y renueve, Señor, y sea causa de recompensa eterna para quienes
cumplen tu voluntad.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DOMINICAL DURANTE EL
AÑO
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros
tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal.
LA PAZ
Señor
Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”.
No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme
a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero
de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de
Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de
Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr.
Sal 77, 29-30
Ellos comieron y se
saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido; no fueron defraudados.
O bien: Jn 3,16
Dios amó tanto al
mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no
muera, sino que tenga Vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan del
cielo, te pedimos, Padre, la gracia de desear siempre este alimento que nos
da la vida verdadera.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
IV.
RITO DE CONCLUSION
BENDICION
Canto final.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
|
“Dichosos
los Pobres”
Lc
6, 12-13. 17. 20-26
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
JESÚS SUBE A ORAR A LA MONTAÑA
Luego de varias jornadas
sabáticas en las sinagogas, con la participación de muchos asistentes donde
lo que expone Jesús como verdad causa ira e irrita a los escribanos y
fariseos, quienes están con una ofuscación tenaz y persistente que les
impide ver la realidad o razonar sobre ella, Jesús sube a orar a a montaña.
Dos mil años más tarde, aún hay quien se irrita por el mensaje evangélico,
les atormenta su conciencia.
En este fragmento, Lucas nos
destaca algo muy importante, antes de la trascendental elección de sus
apóstoles, Jesús sube a orar a la montaña. Además nos dice que Jesús paso
la noche orando. El silencio de la montaña, especialmente de la noche, es
un lugar muy apropiado para el encuentro con Dios, así también lo hizo
Moisés, así lo hace Jesús, para reflexionar con su Padre, por eso va una
montaña para orar, y pasa toda la noche en oración con Dios.
Nos enseña Jesús, lo bueno
que es entrar en contacto con quien nos ama antes de tomar decisiones,
queriendo el Padre lo mejor para nosotros, no podemos esperar nada mejor
que su buen consejo. Teresa de Jesús define orar como: A mi parecer no es
otra cosa oración sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a
solas con quien sabemos nos ama".
2.
LLAMÓ A SUS DISCÍPULOS Y ELIGIÓ A DOCE DE ELLOS
Luego, cuando se hizo de
día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el
nombre de Apóstoles. Este nombre significa el que recibe una misión
determinada. La misión que les confía es triple: que le acompañen, pues
Jesús desea formarlos bien; para enviarlos a predicar la doctrina del
reino, sobre todo después de la gran iluminación de Pentecostés; y para
confiarles el poder de expulsar demonios: con ello se demostrará la llegada
del Mesías, una de cuyas características sería ésta, y, por tanto, ellos
quedarían bien acreditados como “apóstoles” del Mesías para la expansión de
su reino.
Jesús, al elegir a estos
doce amigos íntimos como sus discípulos, establece los cimientos del nuevo
Israel o pueblo de Dios. Ahora estos discípulos, acompañarán y aprenderán
el modo de vida de su maestro, y le darán su apoyo, le tendrán fe, le
entregarán su adhesión total, para luego ser los apóstoles, que como
enviados han de continuar la misión entregada por Jesús.
3.
EL SIMPLE ACERCAMIENTO FÍSICO A JESÚS, LES DABA PAZ Y ALIVIO
Pero luego, estos doce no
serán los únicos discípulos, ya que al bajar con ellos se detuvo en una
llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que
había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro
y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. El nuevo
pueblo de Dios no estará formado ya por sólo judíos; también los paganos
formarán parte de él.
Este fragmento del evangelio
nos relata además que los que estaban atormentados por espíritus impuros
quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una
fuerza que sanaba a todos.
El simple acercamiento
físico a Jesús, les daba paz y alivio para sus dolencias, sean esta físicas
o espirituales, y Jesús los hacía con todos y con todo tipo de personas, a
ninguno le preguntaba si era judío, de otra región o lo que hacía, solo si
tenían fe. Jesús, es un loco de amor por los hombres y por nosotros lo da
todo.
4.
¡FELICES USTEDES, LOS POBRES, PORQUE EL REINO DE DIOS LES
PERTENECE!
Jesús, fijando la mirada en
sus discípulos, dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios
les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán
saciados!
Jesús al proclamar las
bienaventuranzas, nos está proponiendo una forma de vida distinta como
condición para salvarnos, nos invita a un camino solidario con los pobres,
nos estimula a una vida mas austera, nos anima a no vivir atados a los
bienes materiales, de esta forma nos podemos dedicar más a Dios. El se
preocupa intensamente por nosotros, ¿y nosotros que?
A todos los pobres nos
promete el Reino de los Cielos, donde reina la paz, donde todo lo abunda,
donde no existe le dolor ni las lágrimas, dono se vive en alegría y
felicidad para siempre.
5.
¡FELICES USTEDES, LOS QUE AHORA LLORAN, PORQUE REIRÁN!
Que no nos suene extraña
esta frase, porque lloraremos nuestros pecados y miserias, nos
arrepentiremos de haber sido distinto a como Dios le agrada que sean sus
hijos y, Jesús nos perdonará y nos consolará. Pero también nos
entristecemos por la desesperanza, pero es así como son bienaventurados los
que lloramos amargamente nuestras penas, pero que hemos permanecidos con
paciencia y resignación por amor a Dios, buscando el consuelo de Dios y
ofreciéndole a Él nuestras lágrimas. Sin embargo, es cierto que es triste
sufrir, pero más triste es no saber porque y para que se sufre, entonces
busquemos el sentido del dolor, descubriéndolo como nos enseña Jesús. En
efecto el dolor no invita a ser más desprendido y nos desprende de lo malo
de la vida, porque indudablemente los golpes de la vida nos van enseñando
el valor de las cosas buenas. Confiemos que en sufrir por Dios, nos traerá
la verdadera alegría.
6. ¡FELICES
USTEDES, CUANDO LOS HOMBRES LOS ODIEN, LOS EXCLUYAN, LOS INSULTEN
¡Felices ustedes, cuando los
hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de
ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!
Jesús llama bienaventurados
no a los que odian, sino a los que son odiados, especialmente a los que son
odiados a causa de Él, por seguirlo a Él y vivir según sus enseñanzas, por
proclamar su Evangelio y pedir que se viva conforme a Él, sin acomodarlo a nuestro
modo para que sea más fácil, porque vivir el Evangelio nos hace dichoso.
Entonces, no es el hecho de ser odiado por cualquier cosa, sino el de ser
odiados por Cristo, por ser sus discípulos, por ser sus apóstoles, por
aprender de Él y seguir sus enseñanzas, por esta adheridos a Él y ser fiel
a su mensaje. Por esto nos sentimos felices de ser odiados por Jesucristo,
especialmente si no damos motivos para que nos odien. En efecto, debemos
cuidarnos de no dar motivos personales para ser odiados, porque en ese caso
no nos odiaran por Jesús, sino que por nuestra causa, y lo que nos produce
alegría es la causa de Jesucristo. Ahora vivir conforme a las enseñanzas de
Jesús y los Evangelios, es siempre con la búsqueda de la bondad, la
comprensión, y bueno es que los que nos vean, no reaccionen con odio, sino
que con admiración por nuestra forma de vida.
7. ¡ALÉGRENSE
Y LLÉNENSE DE GOZO EN ESE DÍA, PORQUE LA RECOMPENSA DE USTEDES SERÁ GRANDE
EN EL CIELO!
Este es el premio, esta es
la forma como Dios nos recompensará, nosotros le entregaremos todo nuestro
tiempo a Dios, los momentos de angustias y sufrimientos, nuestro corazón
libre de ataduras de bienes terrenales, y Dios a cambio nos saciará en
abundancia, con riquezas de gran valor, de dones y gracia, con la alegría
de su Reino, la recompensa grande estará en el cielo. No nos aislemos de
Dios, él es nuestro Padre, y un hijo, debe estar íntimamente cercano a su
Padre amado y que nos ama, recemos, pidamos, invoquemos, llenémoslo de gozo
y alegría.
8. ¡DE
LA MISMA MANERA LOS PADRES DE ELLOS TRATABAN A LOS PROFETAS!
Porque ellos y sus
antepasados han sido pobres, han puesto su esperanza en Dios. Si la
sociedad les ha fallado, negándoles lo que en justicia necesitaban para
vivir, algún día Dios se los dará. Han esperado y no se han equivocado. Hoy
son testigos de que Dios cumple su promesa.
Pero también no advierte:
¡Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de
ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de
ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!
¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de
ellos trataban a los falsos profetas!
9.
ALEGREMOS EL CORAZÓN, MOSTREMOS EL ESPÍRITU CONTENTO
En cambio, los que por tener
mucho no esperaban nada, quedaron con las manos vacías. Han pasado los
siglos y el hombre sigue igual. El pobre o el que tiene alma de tal, mira
hacia Dios y todo lo espera de él. Le deja un lugar en su vida y con fe y
confianza, busca dejarse guiar por él. No así el rico o el que tiene alma
de tal. Acostumbrado a comprarlo todo, cree no necesitar de nada ni de
nadie. Dominado por la soberbia, ni siquiera cree necesitar de Dios. Es esa
actitud de autosuficiencia, la que lo va marginando del Reino y la que en
definitiva, puede dejarlo fuera de él. En labios de Jesús, pobreza o
riqueza no son términos abstractos, ligados solo a la economía, sino,
apuntan y nos invitan a una actitud de vida.
Por todas estas
bienaventuranzas que nos regala el Señor, alegremos el corazón, mostremos
el espíritu contento, porque será grande la recompensa, y esta es la vida
por siempre en el cielo.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
FELICES
El texto del Evangelio de
ese domingo es uno de los más impresionantes de la historia de la
humanidad, encontramos un lenguaje provocador para los que desean orar y
buscar a Dios.
Sentencia Jesús: “¡Felices
ustedes, los pobres…!” Dios se revela en los pobres. Así de claro.
Pero luego sentencia: “¡ay
de vosotros los ricos…!”
El Evangelio no puede ser
escuchado de igual manera por todos. No pretendamos encontrar a Dios donde
no está; es inútil. La oración se descristianiza cuando la hacemos desde la
riqueza y desde el poder.
También sentencia: “Dichosos
los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados…
Todo es gracia. Los
corazones abiertos a Dios son solidarios con los necesitados de alimento,
casa y libertad.
Pero luego nos dice: “¡Ay de
vosotros los que estáis saciados, porque tendréis hambre!”
Hay pobres porque alguien
los empobrece.
Hay hambre, porque alguien
les quita el pan.
Hay lágrimas, porque otros
hacen llorar.
Hay excluidos y perseguidos,
porque hay perseguidores.
Y Jesús sentencia: “Dichosos
los que ahora lloráis, porque reiréis...
Ora quien se fía de Dios,
quien abre el corazón a su bondad. Un Dios con corazón solo puede aparecer
donde está la acequia del consuelo y la ternura.
Y más adelante sentencia:
“¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
La Palabra nos juzga y nos critica.
En el mundo de los poderosos habita un gran vacío, un horizonte de muerte
se abre ante ellos. No busquemos a Dios en la risa insolidaria, porque ahí
no está.
Y Jesús nos consuela al
decirnos: “Dichosos vosotros cuando os odien los hombres… Alegraos ese día
y saltad de gozo...
Dios está con los últimos.
La resurrección ilumina la vida, da futuro a todos los excluidos de la
tierra.
Y Jesús nos advierte: “¡Ay
de ustedes cuando todos los elogien!”
Al orante le basta saber que
Dios habla bien de él. Saber que me amas, solo eso me Basta. Saber que Dios
nos ama, como ama a Jesús, nos hace vivir de otra manera.
|
ORACION
(3)
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Lucas nos relata que Jesús
pasó toda la noche en oración con Dios.
¡Echemos a volar nuestra
audacia! Orar es disponernos a la alegría de Dios.
Hoy doy gracias a Jesús:
Por decirme estas cosas
mirándome a los ojos, por enseñarme que no todo lleva a la vida.
Por enrólame en su grupo,
por permitirme caminar junto a él.
Por animarme a unir mis
manos junto a otras manos para compartir su pan.
Porque nunca faltas a sus
amigos.
Porque todos mis límites los
abraza su infinito y eterno.
Dame tu fuerza, Señor Jesús,
para cambiar.
Tú vas delante, abriendo los
caminos.
Pedro
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por
Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de
apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les
ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando
gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia
de la Palabra,
utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y
comentario de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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caminandoconjesus@vtr.net

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