MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana"
(LG 11)
Página de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
26 años en Internet
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La edición de la Misa Diaria, Reflexión
Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más antigua de Internet, comenzó
en el año 1998.
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01-02-2025
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Edición Nº 9.952
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1.6
Canten al Señor un canto
nuevo, cante al Señor toda la tierra. En su presencia hay esplendor y
majestad, en su santuario, poder y hermosura.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
ordena nuestra vida según tu voluntad para que, ene) nombre de tu Hijo
amado, podamos dar con abundancia frutos de buenas obras. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Heb 11, 1-2. 8-19
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las
realidades que no se ven. Por ella nuestros antepasados fueron considerados
dignos de aprobación. Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios,
partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber adónde iba.
Por la fe,
vivió como extranjero en la Tierra prometida, habitando en carpas, lo mismo
que Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. Porque Abraham
esperaba aquella ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios. También por la fe, Sara recibió el poder de concebir, a pesar de
su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por
eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una
descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la
arena que está a la orilla del mar. Todos ellos murieron en la fe, sin
alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de
lejos, reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Los que
hablan así demuestran claramente que buscan una patria; y si hubieran
pensado en aquélla de la que habían salido, habrían tenido oportunidad de
regresar.
Pero
aspiraban a una patria mejor, nada menos que la celestial. Por eso, Dios no
se avergüenza de llamarse “su Dios” y, de hecho, les ha preparado una
Ciudad. Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac
como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a
aquél de quien se había anunciado: “De Isaac nacerá la descendencia que
llevará tu nombre”. Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía poder aún
para resucitar a los muertos. Por
eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO:
La fe de Abraham y de los patriarcas puede
servirnos de testimonio. Para el autor la característica esencial de la fe
está en que ella invita a abandonar toda seguridad para abrirnos a un
futuro imprevisible. Ésta es la actitud del peregrino, en busca de una
patria nueva, pero que tendrá todo el tiempo necesario para regresar a
aquella que él conoce bien. Efectivamente, la fe es “la garantía de los
bienes que se esperan”, “la prueba de las realidades que no se ven”.
Estamos en camino. Siempre en camino hacia la eternidad.
SALMO Lc 1, 69-75
R. ¡Bendito sea el Señor!
Nos
ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo
había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas. R.
Para
salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian.
Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza.
R.
Se
acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que,
libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos
en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida. R.
ALELUYA Jn 3, 16
Aleluya.
Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único; todo el que cree en
él tiene Vida eterna. Aleluya.
EVANGELIO Mc 4, 35-41
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos.
Un
día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra
orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como
estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte
vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le
dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”. Despertándose, él
increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!”. El viento se aplacó
y sobrevino una gran calma. Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo
no tienen fe?”. Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros:
“¿Quién es éste, que hasta el
viento y el mar le obedecen?”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
“¿Maestro, no te importa que nos hundamos?”.
Ser discípulos de Jesús no es un privilegio para
vivir mejor protegidos contra toda adversidad. El que Jesús haya calmado la
tempestad, significa que el Mesías tenía que restablecer la creación
comprometida con las fuerzas del mal. Marcos tiende a subrayar que dicha
manifestación no despierta la fe. Lo que cuenta para él es el silencio del
Maestro. Creer es confiarse a un Dios vencedor, pero, por lo mismo, a un
Dios ausente y silencioso y, sin embargo, vivir en comunión con él,
convencidos de que él no nos abandona jamás. El Maestro, antes de calmar el
mar embravecido, quita el pánico a los discípulos: “¿Por qué son tan
cobardes? ¿Aún no tienen fe?”. No se reprocha aquí el temor ante un peligro
real, sino la falta de fe en el Maestro, presente aunque dormido.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Recibe con bondad nuestros dones, Señor; y al
santificarlos, haz que se conviertan en causa de salvación para nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cfr. SaI 33, 6
Miren hacia el Señor, quedarán resplandecientes, y
sus rostros no se avergonzarán.
O bien: Cfr. Jn 8,12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me
sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida
ORACIÓN
DESPUÉS DE, LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos, a los que somos
vivificados por tu gracia, alegrarnos siempre con el don recibido. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“¿Quién es
éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.
Mc 4,
35-41
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
“CRUCEMOS A LA OTRA ORILLA”.
Un
día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra
orilla”. Jesús, invita solo a sus discípulos, para que fuesen testigos del
milagro que iba a obrar. Pero fue sólo con ellos, a fin de que nadie viera
su poca fe.
Dice
San Marcos que había otras barcas junto a la suya. Y para que no se
enorgullecieran sus discípulos porque los llevaba a ellos solos, permitió el
peligro en que se vieron, con objeto, pues, de que los impresionase más el
milagro que iba a obrar. El da tiempo al temor entregándose al sueño.
2. “JESÚS ESTABA EN LA POPA,
DURMIENDO SOBRE EL CABEZAL”
La
descripción que hace San Marcos, es descriptiva. Así, precisa: “Jesús
estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal”, Luego presenta a Jesús
mandando por separado al viento y al mar que se sosieguen. Aunque los
apóstoles ya habían presenciado algunos milagros de Jesús, no pensaron en
su poder ante un espectáculo tan imponente, esto les produce una fuerte
admiración de preguntarse quién sea el que tiene tantos poderes. Ya se
había pensado que El fuese el Mesías. Cristo va preparando gradualmente el
proceso de su revelación divina.
Si
Jesús hubiese estado despierto, no habrían temido ni rogado por la
tempestad que se levantó, o no habrían creído que pudiera hacer tal
milagro.
3. “¡MAESTRO! ¿NO TE IMPORTA QUE NOS
AHOGUEMOS?”
En
el evangelio, parece que Jesús los dejó caer en el peligro de la prueba,
para que experimentasen en sí mismos su virtud, cuyos beneficios habían
visto en los otros, así es como dormía, pues, sobre la popa de la barca
reclinada la cabeza en una tabla. Todavía no conocían su gloria los
discípulos que estaban con El, y aunque creían que despierto podía mandar a
los vientos, no creían pudiera hacerlo estando dormido o descansando. Por
eso lo despertaron y le dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”
4. “¡SILENCIO! ¡CÁLLATE!”
Despertándose
Jesús, Él increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” Del
movimiento del mar se levanta cierto sonido o ruido que parece ser como su
voz que anuncia el peligro que amenaza. Por esto, usando de una metáfora,
le manda que se sosiegue con la palabra "cállate", produciendo un
cambio a lo que altera la paz de sus discípulos. El efecto vino de
inmediato, el viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
5. “¿POR QUÉ TIENEN MIEDO?
Después
Jesús les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” Reprendió
entonces a sus discípulos por su falta de fe. Si hubieran tenido fe,
hubiesen creído que aun durmiendo podía conservarlos sanos y salvos. Jesús
se mostró a ellos como Dios, y como hombre, por cuanto se rindió al sueño.
6. “ENTONCES SE DESATÓ UN FUERTE
VENDAVAL, Y LAS OLAS ENTRABAN EN LA BARCA”.
Así
nos sucede algunas veces a nosotros, se nos desata un vendaval de problemas
en nuestra vida y la turbación entra en nosotros con amenaza de hundirnos,
olas que ahogan nuestro ánimo y nuestro deseo de superarnos. Los temores
nos invaden el alma y nos hacen perder el trato íntimo con Dios. Muchas
veces son cosas simples de resolver, pero nos imposibilitan a entregarnos
con tranquilidad a la oración. En otras ocasiones, recibimos alguna noticia
poco agradable y perdemos la calma. Entonces vemos que en el fondo de
nuestro corazón, pareciera que está dormido Jesús, y le preguntamos,
¿porque a nosotros, no te importa que nos ahoguemos?
7. JESÚS, NO DUERME NI ABANDONA A SUS
HERMANOS
En
efecto, el Señor nunca nos deja, pero nosotros sí podemos dejarlo a Él,
entonces parece que si le dejamos, El permite una tempestad en nosotros y
vivimos momentos de contradicción y temor. Para superar todo momento
difícil, no dejemos de acudir a Él, aunque pareciera que no nos está
oyendo, si lo está. Porque El Señor Jesús, no duerme ni abandona a sus
hermanos, pero si prueba su fe, su constancia y su fidelidad. En cierta
oportunidad, Santa Catalina de Siena, se quejó que de que el Señor la había
abandonado en la hora de una prueba y el Señor le respondió, “Nunca estuve
más cerca de ti que en ese momento”
8. SI DAMOS TODO DE SI, PODEMOS
CONFIAR EN LA AYUDA DE JESÚS.
Tenemos
que poner mucho de nosotros y hacerlo en forma habitual cada día, ya que
Jesús nos pide esfuerzo, y si damos todo de sí, podemos confiar en la ayuda
de Jesús. Frente al peligro, Él nos extenderá cariñosamente las manos para
salvarnos, pero nos hará ver la poca fe, nos echará en cara que si
estuvimos en peligro y tuvimos miedo fue por no confiar en Él o porque no
hemos distanciados de Él.
9. LA SEGURIDAD DE QUE CRISTO ESTÁ
CON NOSOTROS
Nuestra
vida, se desarrolla y avanza en medio de las dificultades y tempestades de
esta vida terrenal; algunas veces puede dar la impresión de que vamos a
naufragar, y nos hundiremos totalmente, a pesar de nuestra habilidad para
salir de las situaciones difíciles. Sólo la seguridad de que Cristo está
con nosotros –aunque a veces se piense que está dormido, nos da la
seguridad de salir triunfante de las olas amenazantes y de toda tempestad,
y de poder llegar al puerto definitivo. Ante las dificultades que parecen
insuperables, tengamos confianza en el Cristo invisible, que domina la
situación porque es el Señor de lo imposible.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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DISCÍPULOS
DESCONCERTADOS Y TEMEROSOS
La pregunta sobre la identidad de Jesús es una constante en el
evangelio de Marcos (cf. Mc 1,27). La familiaridad con él no facilita mucho
las cosas a los discípulos; más aún, habituarse a tenerlo como compañero de
camino, tomarlo con ellos en su propia barca, puede engendrar la ilusión de
haberse apoderado de él. Pero la inesperada tempestad supone para ellos un
brusco despertar, un despertar que pone en crisis la confianza en el
Maestro, y casi oímos la decepción en sus voces: “¿No te importa que perezcamos?”.
Cuántas veces nos sentimos tranquilos, al amparo de nuestras
comunidades bien organizadas, protegidos por la asiduidad a los ritos y
tranquilizados por lecturas edificantes. Incluso cuando nos aventuramos a
salir al exterior, creemos seguir teniendo con nosotros al Señor, aunque,
en realidad, no nos fiamos hasta el fondo de él: a la primera adversidad, a
los primeros fracasos, le reprochamos habernos abandonado.
La fragilidad, la incertidumbre, la duda, nos parece que son sólo de
los otros: nosotros conocemos bien el catecismo, ¡qué diantre! Sin embargo,
también temblamos apenas se levanta el viento: somos nosotros los
discípulos desconcertados y temerosos.
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ORACION
(3)
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Socorre nuestra fragilidad, Señor, y humilla nuestro orgullo. Abre
nuestros ojos para que reconozcamos nuestro pecado. Nos jactamos ante los
otros, como si el don de formar parte de tu rebaño fuera una garantía y no
una gracia inmerecida. Ayúdanos a comprender que el conocimiento de tu
Evangelio es un don que debemos comunicar a los otros, y no una posesión
que debemos guardar celosamente.
Sostennos en las pruebas, para que no caigamos en la tentación de
considerar el mal como un desmentido de tu bondad. Te acusamos a menudo de
estar lejos, de no ver ni oír nuestros lamentos; merecemos tus reproches
mucho más que tus discípulos: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no
tenéis fe?”.
No eres tú el que duerme, Señor. Somos nosotros los que no
conseguimos verte. Perdónanos y ten piedad de nuestra poca fe.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Pagina de
la Misa Diaria,
esta preparada y es enviada por Pedro S. A.
Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como
un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les
ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando
gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota:
Para la Liturgia
de la Palabra,
utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y
comentario de la Palabra,
utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de
Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad
Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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