MISA DIARIA DE CAMINANDO
CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
|

Página de
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
27 años en
Internet
La edición
de la Misa Diaria, Reflexión Bíblica, Lectio Divina y Santoral es las más
antigua de Internet, comenzó en el año 1998.
Si desea
comunicar algo, escriba al correo electrónico: caminandoconjesus@vtr.net
|
Este subsidio está publicado todos los días en
este ENLACE: MISA DIARIA:
Cantidad de visitas acumuladas desde el año 2003
al ENLACE Misa Diaria:
|
www.caminandoconjesus.cl
www.caminando-con-maria.org www.santateresadelosandes.cl
|
07-04-2025
|
Edición Nº 10.016
|
LITURGIA DE LAS HORAS
|

|
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 55, 2-3
Te
piedad de mí, Señor, porque mis enemigos me asedian y combaten contra mí.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios nuestro, cuya gracia inefable nos enriquece con toda clase de
bendiciones; concédenos pasar de la antigua servidumbre del pecado a una
vida nueva y así prepararnos para la gloria del Reino celestial. Por
nuestro Señor Jesucristo, .tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA
Dn 13, 1-9.15-17.19-30.33-62
De la profecía de Daniel.
Había
en Babilonia un hombre llamado Joaquín. Él se había casado con una mujer
llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy hermosa y temía a Dios,
porque sus padres eran justos y habían instruido a su hija según la Ley de
Moisés. Joaquín era muy rico y tenía un jardín contiguo a su casa. Muchos
judíos iban a visitarlo, porque era el más estimado de todos. Aquel año, se
había elegido como jueces a dos ancianos del
pueblo. A ellos se refiere la palabra del Señor: "La iniquidad salió
en Babilonia de los ancianos y de los jueces que se tenían por guías del
pueblo". Esos ancianos frecuentaban la casa de Joaquín y todos los que
tenían algún pleito acudían a ellos. Hacia el mediodía, cuando todos ya se
habían retirado, Susana iba a pasearse por el jardín de su esposo. Los dos
ancianos, que la veían todos los días entrar para dar un paseo, comenzaron
a desearla. Ellos perdieron la cabeza y apartaron sus ojos para no mirar al
Cielo y no acordarse de sus justos juicios. Una vez, mientras ellos
aguardaban una ocasión favorable, Susana entró como en los días anteriores,
acompañada solamente por dos jóvenes servidoras, y como hacía calor, quiso
bañarse en el jardín. Allí no había nadie, fuera de los dos ancianos,
escondidos y al acecho. Ella dijo a las servidoras: "Tráiganme la
crema y los perfumes, y cierren la puerta del jardín para que pueda
bañarme". En cuanto las servidoras salieron, ellos se levantaron y
arrojándose sobre ella le dijeron: "La puerta del jardín está cerrada
y nadie nos ve. Nosotros ardemos de pasión por ti; consiente y acuéstate
con nosotros. Si te niegas, daremos testimonio contra ti, diciendo que un
joven estaba contigo y que por eso habías hecho salir a tus
servidoras". Susana gimió profundamente y dijo: "No tengo salida:
si consiento me espera la muerte, si me resisto no escaparé de las manos de
ustedes. Pero prefiero caer en las manos del Señor sin haber hecho nada,
que pecar delante de él". Susana gritó con todas sus fuerzas; los dos
ancianos también se pusieron a gritar contra ella, y uno de ellos corrió a
abrir la puerta del jardín. Al oír esos gritos en el jardín, la gente de la
casa se precipitó por la puerta lateral para ver lo que ocurría, y cuando
los ancianos contaron su historia, los servidores quedaron desconcertados,
porque jamás se había dicho nada semejante de Susana. Al día siguiente,
cuando el pueblo se reunió en casa de Joaquín, su marido, también llegaron
los ancianos con la intención criminal de hacer morir a Susana. Ellos
dijeron en presencia del pueblo: "Manden a buscar a Susana, hija de
Jilquías, la mujer de Joaquín". Fueron a buscarla, y ella se presentó
acompañada de sus padres, sus hijos y todos sus parientes. Todos sus
familiares lloraban, lo mismo que todos los que la veían. Los dos ancianos
se levantaron en medio de la asamblea y le pusieron las manos sobre la
cabeza. Ella, bañada en lágrimas, levantó sus ojos al cielo, porque su
corazón estaba lleno de confianza en el Señor. Los ancianos dijeron:
"Mientras nos paseábamos solos por el jardín, esta mujer entró allí con
dos servidoras; cerró la puerta y después hizo salir a las servidoras.
Entonces llegó un joven que estaba escondido y se acostó con ella.
Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver la infamia, nos
precipitamos hacia ellos. Los vimos abrazados, pero no pudimos atrapar al
joven, porque él era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta, se
escapó. En cuanto a ella, la apresamos y le preguntamos quién era ese
joven, pero ella no quiso decirlo. De todo esto somos testigos". La
asamblea les creyó porque eran ancianos y jueces del pueblo, y Susana fue
condenada a muerte. Pero ella clamó en alta voz: "Dios eterno, tú que
conoces los secretos, tú que conoces todas las cosas antes que sucedan, tú
sabes que ellos han levantado contra mí un falso testimonio. Yo voy a morir
sin haber hecho nada de todo lo que su malicia ha tramado contra mí".
El Señor escuchó su voz: cuando la llevaban a la muerte, suscitó el santo
espíritu de un joven llamado Daniel, que se puso a gritar: "¡Yo soy
inocente de la sangre de esta mujer!". ¡Todos se volvieron hacia él y
le preguntaron: "¿Qué has querido decir con esto?". De pie, en
medio de la asamblea, él respondió: "¿Son ustedes tan necios,
israelitas? ¡Sin averiguar y sin tener evidencia ustedes han condenado a una
hija de Israel! Vuelvan al lugar del juicio, porque estos hombres han
levantado un falso testimonio contra ella". Todo el pueblo se apresuró
a volver, y los ancianos dijeron a Daniel: "Ven a sentarte en medio de
nosotros y dinos qué piensas, ya que Dios te ha dado la madurez de un
anciano". Daniel les dijo: "Sepárenlos bien a uno del otro y yo
los interrogaré". Cuando estuvieron separados, Daniel llamó a uno de
ellos y le dijo: "¡Hombre envejecido en el mal! Ahora han llegado al
colmo los pecados que cometías anteriormente cuando dictabas sentencias
injustas, condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, a pesar
de que el Señor ha dicho: "No harás morir al inocente y al
justo". Si es verdad que tú la viste, dinos bajo qué árbol los has
visto juntos". Él respondió: "Bajo una acacia". Daniel le
dijo entonces: "Has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de Dios ya
ha recibido de él tu sentencia y viene a partirte por el medio".
Después que lo hizo salir, mandó venir al otro y le dijo: "¡Raza de
Canaán y no de Judá, la belleza te ha descarriado, el deseo ha pervertido
tu corazón! Así obraban ustedes con las hijas de Israel, y el miedo hacía
que ellas se les entregaran. ¡Pero una hija de Judá no ha podido soportar
la iniquidad de ustedes! Dime ahora, ¿bajo qué árbol los sorprendiste
juntos?". Él respondió: "Bajo un ciprés". Daniel le dijo
entonces: "Tú también has mentido a costa de tu cabeza: el Ángel de
Dios te espera con la espada en la mano, para partirte por el medio. Así
acabará con ustedes". Entonces toda la asamblea clamó en alta voz,
bendiciendo a Dios que salva a los que esperan en él. Luego, todos se
levantaron contra los dos ancianos, a los que Daniel por su propia boca
había convencido de falso testimonio, y se les aplicó la misma pena que
ellos habían querido infligir a su prójimo. Para cumplir la Ley de Moisés,
se los condenó a muerte, y ese día se salvó la vida de una inocente.
Palabra de Dios.
COMENTARIO: En la historia de Susana, está
encerrada la historia de tantas mujeres que sufren el prejuicio, las falsas
acusaciones y la amenaza del castigo por el sólo hecho de ser mujeres.
Susana, entonces, está en desventaja frente a sus acusadores, ancianos de
prestigio. Su palabra no vale. La intervención de Daniel hará aparecer la
justicia y la verdad.
SALMO
Sal 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
El
Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes
praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me
guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras
quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu
bastón me infunden confianza. R.
Tú
preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu
bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la
Casa del Señor, por muy largo tiempo. R.
VERSÍCULO
ANTES DEL EVANGELIO Ez 33, 11
Yo
no deseo la muerte del malvado, sino que se convierta y viva.
Evangelio Jn 8, 12-20
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús
dirigió la palabra a los fariseos, diciendo: “Yo soy la luz del mundo. El
que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida”.
Los fariseos le dijeron: “Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no
vale”. Jesús les respondió: “Aunque yo doy testimonio de mí, mi testimonio
vale porque sé de dónde vine y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde
vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie, y
si lo hago, mi juicio vale porque no soy yo solo el que juzga, sino yo y el
Padre que me envió. En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de
dos personas es válido. Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre
que me envió da testimonio de mí”. Ellos le preguntaron: “¿Dónde está tu
Padre?”. Jesús respondió: “Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre; si
me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre”. Él pronunció estas
palabras en la sala del Tesoro, cuando enseñaba en el Templo. Y nadie lo
detuvo, porque aún no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
Que Jesús se proclame Luz del mundo
no deja de ser provocador. Jesús se ubica en el centro del mundo,
iluminando y atrayendo a las naciones, pero sobre todo disipando las
tinieblas y triunfando sobre el caos, tal como ocurrió en el primer
instante de la creación.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Te
pedimos, Señor, que quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios
te ofrezcamos la feliz pureza del alma, como fruto de nuestra penitencia
corporal. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Jn 8, 10-11
"Mujer,
¿alguien te ha condenado?". Ella respondió: "Nadie, Señor".
Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete y no peques más en adelante.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalecidos
por la celebración de tus sacramentos, te pedimos, Padre, que seamos
purificados de nuestros vicios y lleguemos a ti por el diligente
seguimiento de Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
|
REFLEXIÓN
BÍBLICA
|
"Yo soy la luz del mundo"
Jn 8, 12-20
Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
1. "YO SOY LA LUZ DEL MUNDO; EL QUE ME SIGUE
NO CAMINA EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA VIDA.
Este discurso es situado expresamente por el
evangelista al fin del pasaje, “en el templo” junto al arca de las
ofrendas, (“en el gazofilacio”). La sala propiamente del tesoro no era
accesible al público. Estaba situada en el “atrio de las mujeres.”
Este discurso debe de ser pronunciado en la fiesta de los Tabernáculos o en
días muy próximos a ella, como se ve por la alusión a la luz.
Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo; el
que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Esta palabra de Jesús está armonizada y
presentada al estilo de otras sentencias del mismo
como: “Yo soy el pan de la vida.” (Juan (SBJ) 6,35) o En verdad, en verdad
os digo: “Yo soy la puerta” (Jn 10,7). Y la misma se encuentra
pronunciada por Jesús en otra ocasión “Mientras estoy en el mundo,
soy luz del mundo.” (Jn 9,5)
Consta por la Mishna
que en la primera noche y en la octava de la fiesta de los Tabernáculos
ardían en el “atrio de las mujeres” cuatro enormes candelabros de oro, de
50 codos de altura (más de 25 metros), sobresaliendo unos 13 sobre los
muros del recinto, cargados de innumerables luces, y a cuyo resplandor los
hombres y los miembros más destacados bailaban, los primeros llevando en
sus manos teas encendidas, mientras los levitas tocaban instrumentos
músicos y cantaban salmos. Estos cuatro candelabros de oro se encendían
para conmemorar la columna de fuego y la nube en las que “Yahvé iba delante
de ellos para alumbrarles, y para que así pudiesen marchar lo mismo de día
que de noche” (Ex 13:21.22) 18. También vinieron a significar la luz de la
presencia divina y la luz de la Ley. (Comentario Biblia Nácar-Colunga)
Es muy probable que esta imagen, con la que
Jesús se proclamó “la Luz del mundo,” esté evocada aquí por estas
luminarias de la fiesta de los Tabernáculos, como se prueba por el rito del
agua de esta misma festividad el que Jesús diga: “Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba” (7:37).
Al utilizarla así Jesús, evocaba dos cosas: a)
que era a su “luz” a la que debían gozarse y vivir; b) y siendo aquellas
luminarias evocación de la columna de fuego y nube en la que Yahvé marchaba
ante ellos, para conducirlos por el desierto (Ex 13:21.22); y siendo
símbolo de la presencia de Yahvé, Jesús, al legislar en la zona moral y
religiosa de los hombres, venía a identificar ahora la luz providente de
Yahvé con la suya propia. Era un modo de evocar, conforme a procedimientos
semitas y bíblicos conocidos de “alusión” y “traslación”, su divinidad.
La luz es además símbolo de la salud mesiánica
(Is 9:1). El mismo Mesías era llamado Luz. Al “Siervo de Yahvé” Dios le
puso “como Luz de las naciones” (Is 49:6; 60:1). El anciano Simeón llama a
Jesús “Luz para revelación de las gentes” (Lc 2:32). Asimismo lo llaman los
escritos rabínicos: “El nombre del Mesías es Luz.” Y en Qumrán aparece la
expresión “luz de vida” por camino de salvación (1 Qs
3:7).
De aquí que el que sigue a Jesús y hacerse su
discípulo no está en tinieblas, que es moralmente muerte, sino que le es
“luz de vida,” es decir, esa “vida (que) estaba” en el Verbo, y que se hace
luz para que los hombres tengan con ella la verdadera vida: “En ella estaba
la vida y la vida era la luz de los hombres” (Jn 1,4)
2. AUNQUE YO DOY TESTIMONIO DE MÍ MISMO, MI
TESTIMONIO ES VÁLIDO
Los fariseos presentes comprenden de sobra el
plan rector que Jesús se arroga y la presentación que hace de sí mismo como
Hijo de Dios. Y a su presentación como tal, le arguyen en la línea
leguleya.
Él dice que es así; pero el testimonio propio
no vale, según la Ley. En la Mishna se lee: “No
se puede creer a uno que testifique sobre sí mismo”. Pero la respuesta de
Jesús a este propósito es doble: (Comentario Biblia Nácar-Colunga)
Su testimonio es válido. En otra ocasión admite
esta posición: “Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería
válido. (Jn 5,31). Pero después que la luz de su revelación ha crecido y se
ha manifestado, no la admite. Debe reconocérsele su valor. Si un profeta
estaba seguro de que Dios le hablaba y manifestaba las comunicaciones que
hacía, ¡cuánto más Jesús! Él sabe que “bajó” del cielo y que a él va. Su
caso no se puede juzgar como los otros casos. Por eso, su testimonio es
válido; es el único válido. Pues sólo Él se conoce.
En cambio, ellos le juzgan “según la carne,”
según las apariencias externas, considerándolo un simple hombre. No veían
en el ser humano el resplandor de la divinidad. Por ello, El solo puede
testimoniar quién sea. Jesús aparece con una conciencia clara de quién es.
3. YO NO JUZGO A NADIE; Y, SI JUZGO YO, MI JUICIO
ES LEGÍTIMO
Y, en contraposición a ellos, El “no juzga a
nadie.” La palabra “juzgar” tiene frecuentemente, conforme al uso semita,
el sentido de condenar (Jn 3:17). El significado de esta afirmación pudiera
ser doble: una frase elíptica: “no juzga a nadie” al modo humano, “según la
carne”; o que El no ejerce todavía su
función condenatoria de juez de los hombres. En otros pasajes de Juan no
sólo se afirma lo mismo, sino que se da la razón de por qué no “juzga” con
juicio “condenatorio” ahora a los hombres: “Porque Dios no ha enviado a su
Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por
él.” (Jn 3,17). Probablemente, el segundo sentido es aquí el más creíble y
el que se vincula mejor con el haberse insertado el episodio de la mujer
adúltera, que termina con estas palabras de Jesús: “Ni yo te condeno
tampoco” (Jn 8, 11).
El testimonio del Padre a favor de Jesús.
(Puesto que antes le objetaron ateniéndose a lo legal para negarle valor a
su testimonio, ahora alega la Ley, que da validez al testimonio de dos (Dt
17:6; 19:15; Núm 35:30). Al suyo propio añade también el que le da su
Padre: de quien vosotros decís: "Él es nuestro Dios", (Jn 8,54).
¿Cómo el Padre “da testimonio” de Jesús? Aquí
no lo consigna el evangelio. Pero en otros pasajes del mismo evangelio se
dice: “Por las obras que le da a hacer, Porque el Padre quiere al Hijo y le
muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas,
para que os asombréis.” (Jn 5,54). Los milagros, que son “signos” de su
misión.
4. NI ME CONOCÉIS A MÍ NI A MI PADRE; SI ME
CONOCIERAIS A MÍ, CONOCERÍAIS TAMBIÉN A MI PADRE."
Los fariseos le
preguntan, burlescamente, dónde está su Padre. Naturalmente no se refieren
a San José, su padre “legal,” sino al que El constantemente les está
alegando ser su padre celestial, y precisamente matizándose aquí que es el
que “vosotros decís que es vuestro Dios” (Jn 8:54). La burla la plantean en
el terreno leguleyo. ¿Dónde está su Padre? Que venga y que testifique. Ya
que para ellos son la materialidad de las personas las que cuentan y no
otras formas testificales. Era decirle que su argumento estaba al margen de
la Ley y remitido a una zona no jurídica.
La respuesta de Jesús es profunda y
contundente. No conocen al Padre, precisamente porque por su obstinación no
lo quieren conocer a Él como el Enviado y el Hijo de Dios. “¿No crees (le
dice a Felipe, que le decía que le mostrase al Padre) que Yo estoy con el
Padre y el Padre en mí?” (Jn 14:9.10). Probablemente este tema se vincula
por “encadenamiento semita” con el anterior. “El Padre, que mora en mí,
hace sus obras”: enseñanzas y milagros (Jn 14:10.11).
La síntesis del relato no dice todo lo que
pasó; pero se adivina. Debieron de querer prenderle, como en otras
ocasiones, por hacerse así igual a Dios (Jn 10:29-39). Pero “nadie puso en El las manos, porque aún no había llegado su hora,” de
muerte y glorificación. La providencia de Dios está en juego, más esto no
excluye la cooperación de Jesús, como en otras ocasiones en que, queriendo
prenderlo, “se deslizó de entre sus manos” (Jn 10:39).
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
LUZ QUE VINO A ILUMINAR
LAS TINIEBLAS DEL MUNDO.
En el Evangelio de este
V lunes de Cuaresma Jesús nos ha dicho: “Yo soy la luz del mundo” y nos
avisa que si le seguimos no andaremos en las tinieblas, sino que tendremos
la luz de la Vida.
Cuando irrumpe un rayo
de luz en una habitación, inmediatamente se ilumina el interior, incluso
las esquinas más ocultas u olvidadas: así pasa cuando irrumpe la Palabra en
la historia.
Lo mismo sucede con
Jesús, luz que vino a iluminar las tinieblas del mundo.
Es inútil resistir:
quien no acoge la luz, automáticamente ya está juzgado.
Y es ahora,
precisamente, cuando se descubre lo que antes podía ocultarse astutamente o
hacer que pareciera justicia impecable.
La Palabra de Dios
escudriña lo más hondo del corazón, saca a la luz las intenciones más
secretas, desenmascara las tramas de la mentira.
Aparece a las claras
quién es el que se fía de Dios y sólo teme no corresponder a la grandeza de
su amor misericordioso, y quién, por el contrario, con una mente y un
corazón mezquino busca en otra parte gratificaciones furtivas, como si la
felicidad fuera incompatible con la verdad evangélica.
Es la misma vida, en su
día a día, quien lleva a cabo el discernimiento.
Dichoso quien se deja
traspasar por la Palabra de Dios como por un rayo de luz que separa en el
propio corazón el oro de la escoria.
A la luz de la verdad
podrá gustar la libertad del abandono filial en las manos paternas de Dios,
y nada ni nadie le podrá atemorizar o engañar.
|
ORACION (3)
|
Jesús, tú que dijiste: “Yo soy la luz del mundo”.
Ven, dulce luz, verdad que nos da vida.
Penetra en el corazón, abre las ventanas del alma, ilumina los
pensamientos, las esperanzas y los deseos.
Sácanos de la rutina que pretenda apagar en nosotros la vigilancia y
el ánimo de resistir al mal.
Resplandece con tu luz en la niebla de la duda donde todo se oculta.
Resplandece y haz que evitemos las seducciones que asedian nuestro
camino cotidiano.
Haznos gustar con tu luz la belleza transparente de una rectitud a
toda prueba, el alivio de las lágrimas de arrepentimiento, el gozo del
perdón dado y recibido, cuando nos descubrimos falsos o mezquinos.
Ilumina nuestras mentes para que no engañemos o desviemos a nuestros
hermanos.
Alumbra nuestras oscuridades para salir del desconcierto que nos
produce las tinieblas.
Pedro
|
FUENTES DE LA PAGINA
|
La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3)
Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
|
|